Cuando Extremadura quiso ser el Silicon Valley espa?ol
La producci¨®n en una planta de Casar de C¨¢ceres de los ordenadores Dragon, que tuvieron su programa en TV3, es uno de los fen¨®menos tecnol¨®gicos m¨¢s fascinantes de los ochenta
El 19 de diciembre de 1984 el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, inaugur¨® en Casar de C¨¢ceres la planta de ordenadores Dragon. La nave hab¨ªa sido un almac¨¦n de piensos. "Me pareci¨® una f¨¢brica muy mona, rodeada de campos", recuerda Javier Saavedra, consejero delegado.
Uno de los asistentes recuerda que Ibarra mencion¨® Silicon Valley como modelo. El propio presidente no lo niega hoy: "Era sorprendente para la mayor¨ªa de los extreme?os, pero era una oportunidad para m¨ª. Llevaba un a?o de presidente de una comunidad que no hab¨ªa estado nunca en una revoluci¨®n tecnol¨®gica o industrial. Quer¨ªan que cultiv¨¢ramos tomates y patatas, pero yo quer¨ªa otro camino", dice.
"Todos pensaban que era un camelo, un cuento, una estafa", recuerda Ibarra
Si la idea de que la regi¨®n m¨¢s pobre de Espa?a fuera un centro tecnol¨®gico en 1984 parece dif¨ªcil hoy, tambi¨¦n lo parec¨ªa entonces. Cuando Alfonso Gonz¨¢lez, director de compras, quer¨ªa llamar desde el extranjero a la f¨¢brica, deb¨ªa pedir la conferencia con horas de antelaci¨®n. Un ingeniero brit¨¢nico recuerda c¨®mo el autob¨²s pasaba por encima del cable el¨¦ctrico principal de la f¨¢brica: "Desde que lo vi, ped¨ªa bajarme antes y ver c¨®mo el autob¨²s saltaba sobre el cable sin m¨ª montado", seg¨²n Lydon Davies.
"Todos pensaban que era un camelo, un cuento, una estafa", recuerda Ibarra. Pero hubo un grupo de hombres ¨Ctodo fueron hombres¨C que quisieron intentarlo. Probablemente ayud¨® que la mayor parte de la inversi¨®n fuera dinero p¨²blico. Unos lo llamar¨¢n un pelotazo, otros dir¨¢n que fue una oportunidad p¨¦rdida.
Estos ordenadores extreme?os han sido objeto de nostalgia y un sinf¨ªn de leyendas en la comunidad de apasionados por los inicios de la inform¨¢tica en Espa?a. EL PA?S por primera vez ha contactado con los protagonistas que quedan vivos para reconstruir su historia.
Dragon Data era una compa?¨ªa galesa que vend¨ªa en 1982 ordenadores de 32 y 64 KB. Una empresa llamada ICS empez¨® a distribuirlos en Espa?a. A alguien se le ocurri¨® que ser¨ªa un negocio ensamblarlos en Espa?a. ?Qui¨¦n puede invertir? En ICS buscaron a un pol¨ªtico bien conectado. Dieron con Eduardo Merig¨®, exsecretario de Estado en Industria con Adolfo Su¨¢rez, impulsor del Partido Dem¨®crata Liberal y presidente de Visa Espa?a. "La idea me pareci¨® buena y establec¨ª los primeros contactos para intentar una serie de ayudas en zonas de preferente desarrollo", dijo Merig¨® en 1984 al Abc. Extremadura fue la regi¨®n m¨¢s entusiasta.
"Lleg¨® a Madrid con el coche y nos fuimos a C¨¢ceres. Fue toda una aventura, inimaginable hoy"
El acuerdo inicial con Dragon Data era para establecer en Extremadura una sucursal de ensamblaje y distribuci¨®n por Espa?a, norte de ?frica y Am¨¦rica Latina. Pero Dragon Data quebr¨® y Eurohard, la empresa espa?ola presidida por Merig¨® asociada con Sodiex (Sociedad para el Desarrollo Industrial de Extremadura), que depend¨ªa del Gobierno de Espa?a, y la Diputaci¨®n de C¨¢ceres pag¨® 150 millones, para quedarse con todo. "Fue a precio de saldo", dijo Merig¨® en EL PA?S en 1987. En 1991 fue acusado de tr¨¢fico de influencias en Canarias y muri¨® en octubre de 2017.
Empezaba ah¨ª una historia con varios episodios m¨ªticos.
1. El Range Rover sin papeles. Alfonso Gonz¨¢lez fue contratado para dirigir el traslado de maquinaria y componentes de Gales a C¨¢ceres. Llen¨®, recuerda, m¨¢s de 20 contenedores. Unos meses antes hab¨ªa ido de visita a la f¨¢brica una delegaci¨®n extreme?a, encabezada por Ibarra y C¨¦sar Ram¨ªrez, presidente de Sodiex. All¨ª Ram¨ªrez se encaprich¨® de un Range Rover de Dragon Data.
Cuando Gonz¨¢lez volv¨ªa a Espa?a, le pidieron que viniera con uno de los coches. "Convenc¨ª a unos de los chicos brit¨¢nicos que me hab¨ªa ayudado para que se viniera en ferri hasta Santander, lleg¨® a Madrid con el coche y nos fuimos a C¨¢ceres. Fue toda una aventura, inimaginable hoy", recuerda. Era un coche caro, pero con el volante al lado contrario. Ram¨ªrez lo estuvo usando por C¨¢ceres durante un tiempo y luego se qued¨® abandonado en la planta.
2. "La Piedad nos enchufa". La f¨¢brica recibi¨® m¨¢s de 5.000 solicitudes de trabajo. "En C¨¢ceres nuestra presencia era conocida en toda la ciudad", dice Lorenzo Est¨¦banez, director de la planta y cuya suegra era extreme?a. "Cuando se supo que el yerno de la Piedad iba de director de la f¨¢brica, mi suegra recibi¨® m¨¢s de cien llamadas pidiendo que colocara a alg¨²n pariente".
3. La gran innovaci¨®n: la carcasa. La idea era crear el primer ordenador espa?ol. Pero al principio lo m¨¢ximo que cambiaron fue la carcasa y la "?". Ram¨®n Benedito, un dise?ador catal¨¢n que fue Premio Nacional, a¨²n recuerda c¨®mo llev¨® el prototipo a Javier Saavedra al Hotel Terramar en Sitges. "Defin¨ª la forma, el tipo de reja, la inclinaci¨®n, las se?as de identidad de un modelo. El encargo fue el 1 de agosto, el 16 de agosto di la maqueta y el 29 me pagaron 180.000 pesetas", dice Benedito. Aquello iba a ser el Dragon 200, cuyo original se conserva hoy en el Museu del Disseny de Barcelona. Su interior iba a ser igual que el 64. En C¨¢ceres ensamblaban las piezas.
Los plazos eran buenos. La maqueta estaba en agosto y hab¨ªa margen para el molde y la fabricaci¨®n. Pero se bloque¨®. Est¨¦banez sospecha problemas de dinero y trapicheos: "El asunto del molde me lleg¨® cuando ya estaba fabricado. Cost¨® tres veces m¨¢s de lo que hubiera sido normal. Este asunto se llev¨® muy en secreto desde Madrid. Fui a Barcelona para verlo y al llegar all¨ª me dijeron que no pod¨ªamos ir a la f¨¢brica porque hab¨ªa una huelga", lamenta, as¨ª que no vio nada.
4. El Ministerio no quiere "dragones". La gran esperanza de Dragon era colarse en los colegios espa?oles. En la ¨¦poca el Ministerio de Educaci¨®n ten¨ªa en marcha el Proyecto Atenea para informatizar las aulas. Ibarra pens¨® que ser¨ªa una buena salida. Hab¨ªa un paisano extreme?o de director general, adem¨¢s: Jaime Naranjo. "Nunca tuvimos una reuni¨®n simp¨¢tica con el Ministerio. No cre¨ªan en eso. ?C¨®mo vamos a meternos con ordenadores de Extremadura?", dice Ibarra.
Ordenadores extreme?os en la tele catalana
Quiz¨¢ la aventura m¨¢s loca del Dragon fue la televisi¨®n. La compa?¨ªa produjo un anuncio que empezaba "Espa?a 1984" y sal¨ªan unos robots sorprendidos por c¨®mo avanzaban los humanos. En un r¨®tulo orgulloso del anuncio se le¨ªa "hecho a mano". Pero la gran apuesta por el marketing fue una serie para ense?ar inform¨¢tica a j¨®venes. El programa lo emiti¨® TV3, no TVE. ?Por qu¨¦ Eurohard no fue a TVE? Ni el director de TVE de la ¨¦poca, Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o, ni el director de Programas, Ram¨®n Criado, consultados por este peri¨®dico, recuerdan ninguna propuesta de Dragon.
As¨ª que es probable que Eurohard fuera directamente a TV3. ?Por qu¨¦? Saavedra, consejero delegado, no recuerda m¨¢s que la conexi¨®n catalana era Merig¨®, nacido en Tarragona. TV3 emiti¨® dos veces en 1985 "Connecta el micro i pica l'start". El "micro" no es "micr¨®fono", sino "microordenador". "Cost¨® 80 millones. Mucho dinero. Nunca m¨¢s he tenido la responsabilidad de una producci¨®n de tanto dinero y he hecho m¨¢s de 100 documentales", dice Xavier Juncosa, su realizador.
"Quiz¨¢ hubo alg¨²n delirio de grandeza y pag¨¢bamos lo que nos ped¨ªan porque ¨ªbamos a ganar mucho dinero", dice Saavedra. El productor catal¨¢n del programa fue Tato Escayola, socio de famosas discotecas en Barcelona y miembro de la gauche divine de la ¨¦poca. "Era un tipo con muchos contactos", dice Juncosa. "Es posible que fuera a tres bandas, con una parte TV3, junto a La Caixa y Eurohard."
"Intentaron que ese tipo de ordenador participara en el proyecto", admite Naranjo. "Ibarra me consult¨® y ped¨ª un informe de esos ordenadores. El informe fue muy negativo, aunque no recuerdo en qu¨¦ t¨¦rminos", dice.
5. Siempre hay uno que sabe. Este camino lleno de derrotas y gastos excesivos estuvo rematado por la falta de conocimientos inform¨¢ticos y empresariales. "Poco despu¨¦s de llegar al Casar, nos llamaron de Madrid para decirnos que enviaban a un chaval para que trabajara temas de programaci¨®n. Era Jordi Palet, que era un cr¨ªo, pero que sab¨ªa m¨¢s del Drag¨®n que los t¨¦cnicos", dice Est¨¦banez.
En los 80 los chavales se impon¨ªan. Palet ten¨ªa 18 a?os reci¨¦n cumplidos y ya hab¨ªa programado incluso un juego de aviones para Dragon 32: "Casi todo lo hac¨ªa con Ensamblador y partes con Basic. Era cr¨ªptico, binario puro. Los que programan hoy no saben lo que era aquello", dice Palet. Al acabar COU, le ofrecieron un sueldo espectacular de 250.000 pesetas y le mandaron a C¨¢ceres de director de I+D.
Palet vio en seguida que un chico listo no basta para levantar una empresa: "Lo que faltaba era gente que le diese continuidad y crear nuevos equipos. Hab¨ªan llegado modelos medio dise?ados de Dragon Data. Hasta no ver el ¨¦xito del 200 no se ve¨ªa claro qu¨¦ comercializar", explica. Pero el ¨¦xito del 200 no lleg¨® nunca.
Eso no impidi¨® que Palet, adem¨¢s de hacer control de calidad, traducir del ingl¨¦s y poner parches en todos lados, tuviera tiempo para innovar realmente: "Conservo mis notas del Dragon 128, como yo lo llamaba. Son esquemas de mi pu?o y letra, con sus circuitos integrados y otros componentes. No ten¨ªa herramientas de dise?o para trabajar m¨¢s que papel y l¨¢piz. Hubiera sido el primer ordenador ¨ªntegramente espa?ol. Era mi visi¨®n de c¨®mo deb¨ªa ser el futuro, con monitor, y tengo el prototipo de la placa", explica, pero nunca ocurri¨®. Adem¨¢s del 200 y el 200E ("E" de espa?ol, con la letra "?"), Dragon solo acab¨® su versi¨®n del MSX, aunque ya hecho en Hong Kong. "El declive es un problema de financiaci¨®n causado porque vol¨® dinero", lamenta Palet.
6. ?Pero vol¨® dinero? No es que en Espa?a no hubiera j¨®venes preparados. El juego m¨¢s vendido para Spectrum en Reino Unido en 1983, La pulga, fue creado por dos chavales precisamente extreme?os, Paco Su¨¢rez y Paco Portalo. Pero una empresa de ¨¦xito es mucho m¨¢s que eso. Jos¨¦ Luis Dom¨ªnguez, que es el espa?ol que se hizo m¨¢s rico con los microordenadores, se dedic¨® a importar Amstrad. No a fabricarlos: "Siempre quisimos fabricar, todo el mundo quer¨ªa ser fabricante y m¨¢s en los ochenta. Quer¨ªamos ser alguien m¨¢s que un distribuidor", dice Saavedra.
Saavedra piensa ahora que la mejor opci¨®n de negocio era otra. Primero, hacerse ricos con la venta de ordenadores a precio de saldo. Luego ya se invertir¨ªa. "El gobierno no quer¨ªa un negociete sino fabricar y formar gente. Pero si el negocio hubiera sido especulativo nos habr¨ªamos forrado: compramos por 150 millones algo que val¨ªa 500 millones. Los vendemos y nos vamos a casa", seg¨²n Saavedra
?Alguien se meti¨® dinero en el bolsillo? El presidente Ibarra no tiene por qu¨¦ dudar: "?Cu¨¢les eran las intenciones de C¨¦sar Ram¨ªrez? No tengo por qu¨¦ sospechar. Estaba aqu¨ª para fomentar la instalaci¨®n de empresas. ?Las intenciones de Merig¨®? No s¨¦ porque no le conoc¨ªa", dice. Pero estas cosas se hacen con finura, explica Alfonso Gonz¨¢lez: "Las intenciones son dif¨ªciles de adivinar. La primera intenci¨®n de los que montaron el tinglado era sacarle dinero a la autonom¨ªa, ganar influencia. No quiero decir que pensaran que fuera a acabar como acab¨®. Se hicieron unas cuentas de que eso iba a acabar siendo el Silicon Valley espa?ol. All¨ª nos impusieron una serie de empresas, que eran consultoras de Merig¨®".
7. Si la empresa va mal, ponemos un arancel. El ministro Carlos Solchaga firm¨® en julio de 1985 un nuevo arancel para importaciones. Cada ordenador extranjero de 64 KB tendr¨ªa que pagar 15.000 pesetas. Dragon era el principal favorecido y Amstrad, el gran perjudicado. La medida dur¨® unos meses, hasta que Espa?a entr¨® en la Uni¨®n Europea en 1986. "Eso s¨ª que lo hice yo. Como ¨¦ramos liberales de origen, dud¨¢bamos. Pero tambi¨¦n pens¨¢bamos que como ni?o peque?o ten¨ªas que protegerte de los grandes", recuerda Saavedra.
Dragon ya iba mal. El Ministerio de Educaci¨®n no quer¨ªa sus ordenadores y la campa?a de Navidad de 1985 no despegaba por falta de componentes. La empresa malvivi¨® hasta 1987, pero nadie iba a salvarla.
"Nosotros pensamos que ¨ªbamos a trasladar aquella empresa a Casar de C¨¢ceres e iba a funcionar igual. Pero fuimos unos pretenciosos. Porque una cosa es fabricar Renault con el apoyo de la casa madre y otra es fabricar Renault sin nadie. No es lo mismo fabricar un cami¨®n Barreiros que alta gama. Fuimos ingenuos", dice Saavedra.
8. "Son peces gordos". Cuando todo se fue al traste, la empresa dej¨® de pagar a sus empleados unos meses. Palet se erigi¨® en representante de los trabajadores. Logr¨® embargar parte de los bienes para venderlos y que cobraran todos. En una de las denuncias cruzadas, acab¨® detenido en la polic¨ªa judicial que hab¨ªa entonces en la Puerta del Sol. Su abogado arregl¨® el malentendido. Cuando se iban, el comisario les par¨®: "?Quieren un consejo? Estos son peces muy gordos, no van a lograr nada contra ellos, no se molesten en demandarles".
Las leyendas urbanas del Dragon
Hoy seg¨²n qu¨¦ edici¨®n de un Dragon es un aparato codiciado. Desde hace a?os corre por foros la leyenda de que cuando cerr¨® la empresa, los ordenadores acabaron en un vertedero cercano. O que los empleados se llevaban aparatos bajo el brazo para recuperar la falta de salario. Los empleados de la ¨¦poca lo dudan: "No creo que fuera masivo que los trabajadores se quedaran con cosas, porque hab¨ªa seguridad para que no te llevaras nada, si eras un mero ensamblador o t¨¦cnico, y m¨¢s al final con los embargos", dice Palet.
Otro de los misterios es d¨®nde estaba exactamente la nave. La direcci¨®n era "Carretera Sevilla-Gij¨®n, Kil¨®metro 202" y ya no existe como tal en Google Maps. El lugar aproximado m¨¢s probable es este descampado delante del Hipercash C¨¢ceres de Casar.
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