El negocio del f¨²tbol conf¨ªa en el ¡®blockchain¡¯ para compensar los estadios vac¨ªos
Clubes como el Bar?a, el Atl¨¦tico de Madrid, la Juventus o el Paris Saint Germain se lanzan a vender 'tokens' para monetizar la fidelidad de sus hinchas
Los anuncios muestran a ni?os con los ojos como platos entrando por primera vez en grandes estadios de la mano de sus padres, pero hace tiempo que la industria del f¨²tbol busca el negocio lejos de la venta de entradas. Es un esfuerzo que comenz¨® a comienzos de este siglo, cuando los grandes clubes empezaron a pasar parte de la pretemporada en pa¨ªses como China, Jap¨®n y Estados Unidos; ahora, con los estadios convertidos en cascarones vac¨ªos, se acelera. La evangelizaci¨®n de los aficionados globales, de Vietnam a California, est¨¢ entrando en una nueva fase, y de la misma forma que internet y las redes sociales cambiaron la relaci¨®n entre clubes y seguidores, ahora blockchain abre nuevas v¨ªas de relaci¨®n, y de negocio.
Esa es al menos la esperanza de Alexandre Dreyfus, un empresario franc¨¦s, pr¨¢cticamente autodidacta, que lleva montando negocios digitales desde 1995, seg¨²n cuenta con orgullo por videoconferencia desde Malta, donde reside. Tras dedicarse al juego online, el a?o pasado puso en pie Chiliz, cuya marca es socios.com, en espa?ol para todo el mundo. Se trata de una plataforma de compra e intercambio de tokens -fichas digitales- para los aficionados de, de momento, ocho clubes de primer nivel, como la Juventus, el Paris Saint Germain y el Atl¨¦tico de Madrid. Uno de los m¨¢s rutilantes, el F¨²tbol Club Barcelona, anunciar¨¢ este mismo mes la fecha de lanzamiento de las suyas, que ya promociona en redes sociales.
? ?Nos encantan estas propuestas!
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) June 11, 2020
? Seguir a @socios y enviarnos m¨¢s dise?os con la etiqueta #BARiscoming https://t.co/KfedHecgRS pic.twitter.com/qAwSPz12ot
Con esas fichas digitales, el aficionado, desde cualquier lugar del mundo, ¡°tendr¨¢ derecho a participar en encuestas y votaciones, sin sentirse discriminado¡± por no vivir en las capitales globales del f¨²tbol. Por ejemplo, decidir qu¨¦ canci¨®n suena en el estadio cuando el equipo sale al campo o las im¨¢genes del t¨²nel de vestuarios. A cambio pagar¨¢ dos euros por cada token.
Socios.com funciona con su propia criptomoneda, que se llama como la empresa promotora, Chiliz, y el valor del token fluct¨²a. Son caracter¨ªsticas que acercan a socios.com al mundo de cripto, que arrastra connotaciones negativas ligadas a la especulaci¨®n y el fraude y es escrutado por los organismos financieros reguladores. ¡°Usamos tokens porque somos una empresa global, y as¨ª es m¨¢s f¨¢cil para los aficionados: en las salas recreativas ya se utilizaban hace d¨¦cadas¡±, explica Dreyfus. ¡°Y recurrimos a blockchain porque para hacer algo nuevo necesitamos una nueva tecnolog¨ªa¡±. Pero, asegura, en las fluctuaciones de precio de los tokens solo hay una inocente pizca de gamificaci¨®n para hacer m¨¢s atractivo el producto: ¡°Es un producto con unidades limitadas, como la entrada para un buen partido: puedas hacer dinero con ella si la revendes, pero no es tu intenci¨®n¡±.
Si viste jugar a Chendo, esto no es para ti
Para Jos¨¦ Bonal, profesor de Marketing Deportivo de la Universidad Europea, el negocio de socios.com tiene, a priori, todo el sentido del mundo: ¡°En los ¨²ltimos a?os, los clubes han trabajado mucho en ser globales, con giras y academias, y ahora entran en una segunda fase, en la que tratan de convertir esa base de nuevos aficionados en ingresos. ?De qu¨¦ me sirve tener un mill¨®n de seguidores en India si todo lo que consigo son likes en Facebook?¡±, se pregunta.
La tokenizaci¨®n es el camino para fomentar un sentimiento de pertenencia del club con sus nuevos aficionados, m¨¢s infieles que los nativos. ¡°En Asia tienen una mirada m¨¢s cortoplacista, ligada a las grandes estrellas como Cristiano Ronaldo y a dinast¨ªas ganadoras. Y pueden ser de diferentes clubes en diferentes ligas¡±, contin¨²a el experto en marketing deportivo. Por eso hay que ofrecerles algo especial.
Dreyfus ejemplifica con una visita que realiz¨® a una pe?a de aficionados de la Juventus en Singapur: ¡°Respiran cada minuto pensando en el equipo, pero muy probablemente jam¨¢s estar¨¢n en el estadio. Lo que quieren es sentirse escuchados, formar parte de una comunidad. En Twitter son solo un n¨²mero m¨¢s¡±.
Negocio global
El negocio solo se entiende por tanto, desde una mirada global: el 80% de los tokens del PSG, que de momento son los m¨¢s exitosos en socios.com, circulan fuera de Francia, en 53 pa¨ªses; en el caso del Galatasaray turco, el 76% fueron adquiridos en otros mercados, explica Dreyfus. Pero tambi¨¦n tiene un fuerte componente generacional: ¡°Eres precisamente el tipo de persona al que no va dirigido socios.com¡±, dice el empresario al periodista, mayor de 40 a?os, aficionado de uno de los equipos de su ciudad y visitante ocasional de su estadio.
Maduro, atl¨¦tico (de club, no de f¨ªsico) y sentimental, el periodista se pregunta d¨®nde qued¨® el viejo f¨²tbol. ¡°El deporte es un reflejo de la sociedad y no al contrario, as¨ª que no es que cambie el mundo del deporte, sino que cambia la sociedad¡±, explica David Moscoso, profesor de Sociolog¨ªa del Deporte de la Universidad Pablo de Olavide.
Moscoso apoya sus argumentos con los datos de la ¨²ltima Encuesta de H¨¢bitos Deportivos en Espa?a, elaborada en 2015 por el entonces Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte. Entre 2000 y 2015 se redujo en 13 puntos el porcentaje de personas que asisten a espect¨¢culos deportivos, hasta el 35%. Y ya hace cinco a?os el 45% de los aficionados al deporte se informaban sobre sus clubes a trav¨¦s de internet, y un 24% a trav¨¦s de las redes sociales.
El perfil de este aficionado ¡°hipertecnologizado¡± sustenta el pron¨®stico de Moscoso: esto es un cambio generacional imparable y que va a m¨¢s. Se trata de hombres de entre 15 y 35 a?os, interesados sobre todo por el f¨²tbol, pero tambi¨¦n por, en este orden, el automovilismo, tenis, motociclismo y el baloncesto. Y la pandemia acelera el proceso, pronostica, en una tendencia general que abarca desde el acercamiento a los ¡®eSports¡¯ por el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional hasta las sesiones digitales de entrenamiento personal, tan en boga durante los confinamientos.
¡°Antes se ligaba en una discoteca y ahora se liga online. De la misma forma, el f¨²tbol va a tener un componente tecnol¨®gico m¨¢s pronto que tarde¡±, asegura Bonal. Pero ¡°el romanticismo no se pierde; se transforma. Cada generaci¨®n lo vive a su manera¡±. La emoci¨®n de ir al estadio de la mano del padre es puro siglo XX; en el XXI la excitaci¨®n tiene soporte digital.
El gran aficionado te vigila
Ya hace tiempo que los datos de los deportistas profesionales son monitorizados casi de forma obsesiva por clubes e intermediarios, pues de su rendimiento dependen contratos de cifras mareantes. Pero esa monitorizaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ llegando a la otra cara de la moneda, la de los aficionados. Dreyfus reconoce que parte del modelo de negocio de socios.com est¨¢ basado en el trasiego de datos: ¡°Los clubes, salvo los muy grandes, no tienen tecnolog¨ªa para saber qu¨¦ aficionados tienen por ah¨ª. En nuestros acuerdos les damos informaci¨®n interesante¡±, cuenta.
¡°Empresas como socios.com producen en primer lugar una bolsa localizada de consumidores¡±, explica David Moscoso, muy valiosa tanto para los organizadores de las competiciones como para los patrocinadores. ¡°Se mercantiliza la informaci¨®n personal, y los aficionados obtienen una recompensa¡±, asegura el profesor, pero el precio no son los pocos euros de cada ¡®token¡¯, sino la monitorizaci¨®n de sus intereses.
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