La nueva vida de Napster: de cambiar la industria de la m¨²sica a valer apenas 60 millones
La 'startup' que revolucion¨® las descargas musicales y puso las bases de empresas como Netflix acaba de ser adquirida por una empresa de realidad virtual
La marca Napster busca su lugar en el mercado despu¨¦s de varias intentonas fallidas. Hubo un tiempo, a principios de siglo, mucho antes de que se popularizase el streaming de canciones o de que naciesen YouTube o Spotify, en el que esta compa?¨ªa cofundada por Sean Parker (tambi¨¦n cofundador de Facebook) y Shawn Fanning era la gran estrella del firmamento tech. Con su invento, una red entre ordenadores de todo el mundo (p2p, que significa peer to peer, es decir, red entre pares) para compartir archivos ...
La marca Napster busca su lugar en el mercado despu¨¦s de varias intentonas fallidas. Hubo un tiempo, a principios de siglo, mucho antes de que se popularizase el streaming de canciones o de que naciesen YouTube o Spotify, en el que esta compa?¨ªa cofundada por Sean Parker (tambi¨¦n cofundador de Facebook) y Shawn Fanning era la gran estrella del firmamento tech. Con su invento, una red entre ordenadores de todo el mundo (p2p, que significa peer to peer, es decir, red entre pares) para compartir archivos musicales, los entonces ubicuos mp3, no solo hizo a?icos a la industria discogr¨¢fica de entonces. ¡°Gracias a Napster, la gente se dio cuenta de que no quer¨ªa pagar por un disco completo si solo quer¨ªa dos canciones¡±, asegura Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Informaci¨®n y de la Comunicaci¨®n de la UOC. ¡°El cambio de filosof¨ªa que impuso resulta palmario en los negocios actuales, desde Netflix hasta Spotify¡±.
Veinte a?os despu¨¦s de su ca¨ªda, MelodyVR, una empresa brit¨¢nica dedicada a la emisi¨®n de eventos en realidad virtual, acaba de anunciar la adquisici¨®n de la matriz de la empresa, RealNetworks en una operaci¨®n que valora a la compa?¨ªa en 70 millones de d¨®lares (casi 60 millones de euros al cambio). El pago se efectuar¨¢ en efectivo (15 millones), en acciones de MelodyVR (11 millones) y en obligaciones de pago a sellos discogr¨¢ficos y editores musicales valoradas en otros 44 millones, seg¨²n los datos que maneja el diario Financial Times. Napster y MelodyVR seguir¨¢n, al menos por ahora, funcionando como negocios independientes, y a medida que se establezcan los planes construir¨¢n una plataforma que incorpore tanto m¨²sica inmersiva virtual en vivo como servicios de transmisi¨®n de m¨²sica.
Vodafone, Bertelsmann, Roxio... Varios son los nombres que han tratado de buscar futuro a un nombre con mucho pasado. Napster ha sido en los ¨²ltimos trimestres una empresa deficitaria como servicio musical en l¨ªnea (streaming). Sus ingresos ascendieron a 106 millones de d¨®lares el pasado a?o, seg¨²n los datos de Statista, a a?os luz de los 6.706 millones del l¨ªder del sector, Spotify. Actualmente cuenta con unos tres millones de usuarios y 90 millones de canciones en cat¨¢logo. Nada que ver con lo que era a principios de siglo.
Napster fue la creaci¨®n del programador Shawn Fanning y el emprendedor y programador Sean Parker, quien saltar¨ªa a la fama por ser uno de los primeros inversores (y primer presidente) de Facebook. Napster era un programa gratuito que permit¨ªa a sus usuarios (un pico de 80 millones en 2000) crear una red para intercambiar canciones en forma de archivos mp3 (de ah¨ª lo de la red entre pares). Napster, en todo caso, no era un sistema puro para compartir estos ficheros, como s¨ª lo es BitTorrent. En vez de eso, contaba con un servidor central que se dedicaba a indexar usuarios y archivos compartidos. Las transferencias, eso s¨ª, s¨ª se hac¨ªan de ordenador a ordenador. Ser¨ªa este servidor central el que resultar¨ªa fatal para su futuro.
El programa debut¨® en junio de 1999 y su ¨¦xito fue masivo para las cifras de ese momento. La industria musical de hace 20 a?os poco sab¨ªa de descargas. Pero s¨ª se daba cuenta de que se le iba el negocio por el sumidero. Las denuncias por infracciones del copyright se transformaron en el primer gran debate p¨²blico sobre la naturaleza de los derechos de autor en la Red. ¡°Lo m¨¢s interesante de este sistema es que interact¨²as con tus compa?eros, intercambias informaci¨®n con una persona de la calle¡±, aseguraba por aquel entonces el propio Fanning.
Napster se convirti¨® en el repositorio en el que se pod¨ªa encontrar cualquier canci¨®n. Gratis. Tanto fue as¨ª, que la demo de I Disappear, una canci¨®n de Metallica que todav¨ªa no se hab¨ªa ni acabado se puso a disposici¨®n de los usuarios, lo cual llam¨® la atenci¨®n de la RIAA (Recording Industry Association of America) y de la propia banda: el legendario grupo de trash metal fue uno de los principales arietes de la ofensiva. Llegaron, incluso, a reclamar a la empresa una indemnizaci¨®n de 10 millones y a poner sobre la mesa los nombres de unos 330.000 de sus fans que se intercambiaban sus canciones. ¡±Si vamos a vender nuestra m¨²sica en Internet ser¨¢ de la forma que nosotros queramos, y no podemos hacerlo si el tipo de al lado la regala¡±, declaraba p¨²blicamente Lars Ulrich, el bater¨ªa de Metallica. El rapero, productor y empresario Dr. Dre tambi¨¦n se sum¨® a la batalla judicial.
I fought the law (and the law won), la canci¨®n de The Crickets (despu¨¦s de morir Buddy Holly) que popularizaron Bobby Fuller Four y The Clash explica perfectamente lo que sucedi¨® con Napster a lo largo de 2000 y 2001. Sus abogados esgrimieron que estaban protegidos por la llamada Home Recording Act de 1992, que permit¨ªa la reproducci¨®n de archivos para uso personal. La RIAA argument¨® que Napster no se adher¨ªa a las definiciones publicadas en la ley.
La discogr¨¢fica alemana Bertelsmann se ali¨® con la startup para crear una tienda legal bajo suscripci¨®n que terminar¨ªa fracasando. Mientras tanto, Napster encontr¨® una posible soluci¨®n: bloquear las canciones que los artistas o sus discogr¨¢ficas quisiesen bloquear. Despu¨¦s de varios parches y recursos de ¨²ltima hora, la jueza de la Corte Federal Marilyn Hall Patel decret¨® el cierre definitivo del servicio en julio de 2001. Para seguir operando, Napster ten¨ªa que hacer frente a una indemnizaci¨®n millonaria. No ten¨ªa los fondos, Bertelsmann intent¨® comprar la compa?¨ªa, pero nada evit¨® que en 2002 se declarase en bancarrota.
Comenzaron entonces una serie de transacciones: la primera que se atrevi¨® fue Roxio en noviembre de 2002. La empresa la reconvirti¨® en una tienda de m¨²sica con el nombre de Napster 2.0. Seis a?os m¨¢s tarde, ser¨ªa el turno de Best Buy, que desembols¨® 121 millones de d¨®lares (85 millones de euros) con el fin de competir con iTunes de Apple y Amazon. En 2011 se fusiona con Rhapsody, el servicio de m¨²sica en streaming rival de Spotify. Para sobrevivir, lleg¨® a aliarse con Telef¨®nica y Vodafone... hasta llegar a la compra anunciada hoy.
Cambio de modelo de negocio
La primera v¨ªctima de Napster fue, obviamente, la industria musical. ¡°Napster lo que hizo fue dar un golpe en la mesa y cambiar las reglas de juego¡±, asegura Elena Neira, de la UOC. ¡°El problema con los contenidos es que la industria ha querido mantener el control de c¨®mo se iban a consumir. Ese modelo ya no existe, se ha roto por completo¡±. La huella de Napster no solo se puede observar en la preponderancia actual del streaming, sino en modelos de negocio como Netflix. ¡°Sin ninguna duda, el modelo que ha adoptado Netflix cuando lanza su negocio digital se inspira en los modelos de torrents, en su manera de distribuci¨®n y en el formato de estrenos. Y, al final, este consumo colaborativo y compulsivo viene desde Napster¡±.
¡°Una generaci¨®n encontr¨® en Internet la manera de compartir contenido sin pagar por ¨¦l¡±, explica Guillermo de Haro, profesor del ¨¢rea de sistemas del IE. ¡°El caso de Napster fue sintom¨¢tico. La industria tumb¨® una empresa, pero no consigui¨® tumbar la tecnolog¨ªa que permit¨ªa el intercambio gratuito de archivos. Quien lo ha conseguido ha sido el modelo de negocio¡±.
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