17 obras maestras del pop-rock cuyas versiones son incluso mejores

Para ser un artista total hay que tener mucho ego... y tambi¨¦n grandes dosis de humildad. Cuando David Bowie escuch¨® la versi¨®n que hicieron Nirvana de su cl¨¢sico The man who sold the world, dijo: "Me ha volado la cabeza. Esa forma de cantar de Kurk Cobain... Claramente supera a la m¨ªa". ?Es posible superar una obra maestra? S¨ª, porque hablamos de opiniones, de sentimientos, de arte... Y siempre se puede llegar m¨¢s alto. En el mundo de la m¨²sica pop-rock ha pasado en algunas ocasiones. Hemos recopilado 17, siempre, claro est¨¢, a nuestro subjetivo juicio. Lo bueno es ser pr¨¢cticos: tenemos dos grandes interpretaciones de una misma obra sublime.

Ahora puede parecer incre¨ªble que Bob Dylan admita que otro artista ha mejorado una de sus obras, pero eso es exactamente lo que pas¨® con All along the watchtower. Claro que todo se puede entender si tenemos claro que la canci¨®n en cuesti¨®n, editada a finales de 1967 por Dylan -en aquellos d¨ªas en permanente estado de gracia- recibi¨® nuevo tratamiento de chapa y pintura por parte de otro infinito talento.

"Me encant¨® la grabaci¨®n de Hendrix y desde que muri¨® la estoy haciendo a su manera. Es extra?o que cuando la canto, siempre siento como si fuera de alguna manera un tributo para ¨¦l", admite Dylan en las notas de su recopilatorio de 1985 Biograph sobre la versi¨®n ideada por Jimi, quien pas¨® todo 1968 d¨¢ndole vueltas hasta dar con la el¨¦ctrica toma que incluy¨® en Electric Ladyland, su tercer y ¨²ltimo disco en vida, editado en octubre de aquel mismo a?o.

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?C¨®mo es posible que alguien se atreva a versionar una canci¨®n del considerado mejor disco de la historia, Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band, que los Beatles publicaron en 1967? ?Puede haber alguien tan temerario? Bien, en realidad hay muchos, pues es una composici¨®n centenares de veces reinterpretadas, aunque todas ellas por debajo de la original.

Todas salvo una. El arenoso torrente vocal de un joven Joe Cocker (24 a?os cuando la grab¨®) apareci¨® como la madre de todas las tormentas del desierto para reubicar el orden aparentemente inmutable. As¨ª, de fresco pop psicod¨¦lico pasamos en 1968 a un blues rock que cuenta con la guitarra de alto octanaje de Jimmy Page en su versi¨®n en estudio. Cuando el cantante ingl¨¦s la cant¨® al a?o siguiente en Woodstock, la latente discusi¨®n se zanj¨® sin m¨¢s: la de Cocker era mejor que la de los Beatles.

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La grabaci¨®n original fue registrada por Trent Reznor, l¨ªder de Nine Inch Nails, mientras viv¨ªa en la casa de Los Angeles donde en 1969 Charles Manson y los miembros de su familia asesinaron a Sharon Tate y otras cuatro personas. En ese ambiente inevitablemente morboso y l¨²gubre compuso el l¨ªder de Nine Inch Nails este tema que reflexiona sobre la muerte, la destrucci¨®n y la p¨¦rdida.

Lo que no pod¨ªa imaginar su autor es que en 2002 Hurt caer¨ªa en manos de un Johnny Cash crepuscular (con 70 a?os, falleci¨® un a?o despu¨¦s) que, con la ayuda del productor Rick Rubin, la convirti¨® en su emocionante despedida del mundo de los vivos. Un ep¨ªlogo que, acompa?ado de un certero v¨ªdeo, se convirti¨® en la ¨²ltima gran obra de la leyenda del country, capaz de agigantar la canci¨®n con su intenso y profundo recitado.

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El final de Pat Garret and Billy The Kid, western cl¨¢sico dirigido en 1973 por Sam Peckinpah, consigue ascender hasta la categor¨ªa de legendario gracias a la aportaci¨®n de este Knockin' on heaven's door de Bob Dylan, perfecta banda sonora para el desenlace de la historia. Tal fue su impacto que es una de esas canciones reinterpretadas por una lista interminable de aristas, de Eric Clapton y U2 a Lana del Rey.

Pero la m¨¢s lograda es la de Guns N'Roses, pues la banda angelina la hizo suya al incluirla en su ¨¢lbum de 1991 Use your illusion 2, present¨¢ndosela a toda una nueva generaci¨®n que tambi¨¦n qued¨® prendada por su gran secreto: una sencilla progresi¨®n de acordes sobre la que fluye toda la grandilocuencia de los versos de Dylan. Axl Rose, Slash y compa?¨ªa la siguen tocando en su gira de reuni¨®n en una versi¨®n de casi diez minutos con desarrollos instrumentales ampliados y grandes coros.

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La grabaci¨®n de Bob Marley & The Wailers se convirti¨® en un cl¨¢sico del reggae tras su lanzamiento en 1973 dentro del ¨¢lbum Burnin'. Sin embargo, tuvo que llegar Eric Clapton un a?o despu¨¦s para romper todas las barreras y llevar al tema directamente al n¨²mero 1 de la lista estadounidenses.

Con su mano lenta dibujando nuevos paisajes a trav¨¦s de su perpetua Fender Stratocaster, Clapton agrand¨® el mensaje en favor de la justicia de Marley a trav¨¦s de un elegante soft-rock para las masas que mantiene el toque jamaicano. Todo un acierto.

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Uno de los m¨¢s grandes cl¨¢sicos de Leonard Cohen. Por ello resulta sorprendente que no tuviera gran impacto tras su lanzamiento en 1984 en el ¨¢lbum Various positions.

Tuvo que llegar John Cale en 1991 para darle una vuelta y dejarla desnuda a voz y piano, con renovada letra a partir de quince folios de versos que le mand¨® el propio Cohen. A partir de ah¨ª, el propio Cohen cant¨® esta nueva visi¨®n de su tema, que tambi¨¦n sirvi¨® de inspiraci¨®n para la m¨¢s apote¨®sica de sus versiones, la incluida por el malogrado Jeff Buckley en su disco Grace, de 1994. Delicadeza y sentimiento a borbotones.

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Pincha aqu¨ª para ver el v¨ªdeo de la versi¨®n de Jeff Buckley. Cuidado: duele.

Pocos, muy pocos de los chavales que vieron en bucle en el oto?o de 1994 en la MTV a Kurt Cobain cantar en el Unplugged in New York de Nirvana este The man who sold the world sab¨ªan que en realidad no era obra suya. Tampoco les importaba en ese momento, pues se trataba b¨¢sicamente de no dejar marchar del todo al ¨ªdolo ca¨ªdo del grunge, fallecido en abril de 1994, y mantenerle en el mundo de los vivos a toda costa.

Sin duda, su funesto deceso influy¨® en la trascendencia de la versi¨®n, pues de alguna manera qued¨® como ¨²ltimo testimonio del icono de toda una d¨¦cada, si bien hay que admitir tambi¨¦n que, aunque el sonido es bastante calcado, en ¨²ltima instancia el grupo consigue darle una tonalidad m¨¢s ¨¢spera y desesperada, muy acorde con el sentimiento del momento. Nueva vida para el tema 24 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n.

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El ¨¦xito logrado por Whitney Houston con la pel¨ªcula y la banda sonora de El guardaespaldas (1992) fue uno de esos tan mastod¨®nticos que al mismo tiempo que te a¨²pan hasta el olimpo te zarandean con inusitada violencia. Una aceptaci¨®n tan descomunal que en realidad resulta sorprendente, pues el tema principal, I will always love you, ni siquiera era original.

De hecho, hay que retroceder casi dos d¨¦cadas, hasta 1973, para dar con su autora, Dolly Parton. Su versi¨®n country tuvo cierto ¨¦xito y lider¨® las listas del g¨¦nero en Estados Unidos en 1974, e incluso repiti¨® con una regrabaci¨®n en 1982. El potencial era evidente, pero tuvo que llegar la mejor Whitney para instalarlo con su portentoso despliegue vocal durante catorce semanas en el n¨²mero 1 de la lista de Estados Unidos. Tras su muerte, en 2012, regres¨® al podio de la lista.

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Exitazo que define toda una ¨¦poca, la de la m¨²sica disco, y que rein¨® en las listas m¨¢s importantes del planeta tras su lanzamiento en 1978, convirtiendo a Gloria Gaynor en icono del final de aquellos maravillosamente locos setenta. Carne instant¨¢nea de versi¨®n, otras que se atrevieron a cantarla fueron divas de la talla de Diana Ross y Shirley Bassey, pero no pudieron repetir en el centro de la diana.

Los rockeros alternativos Cake tampoco lo consiguieron en t¨¦rminos de ventas, si bien el lavado de cara que le propinaron a la canci¨®n es sin duda de los m¨¢s llamativos. La despojaron de su aura festiva para conducirla por nuevos e inexplorados derroteros con un desparpajo que llev¨® a Gaynor a se?alarla como su versi¨®n favorita.

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En 1984, Prince qued¨® prendado de Susannah Melvoin, una joven para la que lleg¨® a montar todo un grupo, The Family, para el que ¨¦l mismo compuso y grab¨® casi en solitario todo un disco hom¨®nimo. En esos surcos est¨¢ Nothing compares 2 U, con Prince tocando todos los instrumentos y poniendo coros junto a Susannah al cantante principal, apodado St Paul.

No pas¨® gran cosa con el ¨¢lbum y la canci¨®n qued¨® olvidada hasta que un lustro despu¨¦s el artista despidi¨® a su experimentado m¨¢nager Steve Fargnoli. La venganza del viejo zorro fue un machetazo: ofreci¨® sin tener consentimiento Nothing compares 2 U a una desconocida irlandesa llamada Sinead que, ayudada por el productor Nellee Hooper, lo converti¨® en un exitazo atemporal. Ella ni conoc¨ªa a Prince y cuando, poco despu¨¦s, trataron de entablar alg¨²n tipo de relaci¨®n, casi llegan a las manos, pues ¨¦l nunca perdon¨® esta ofensa.

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Cl¨¢sico del country escrito por Johnny Christopher, Mark James y Wayne Carson, grabada por primera vez por Brenda Lee en 1972. Desde entonces, acumula m¨¢s de trescientas versiones por todo tipo de variopintos artistas, destacando las de Elvis Presley en aquel mismo a?o y la de Willie Nelson, que le vali¨® incluso un Premio Grammy en 1983 en la categor¨ªa de Canci¨®n del A?o.

Sin embargo, hubo que esperar hasta 1988 para degustar la reinterpretaci¨®n m¨¢s original e impactante, con el personal¨ªsimo toque de Neil Tennant y Chris Lowe, Pet Shop Boys, que por aquel entonces hac¨ªan de la vanguardia tendencia masiva para todos los p¨²blicos. Tanto era as¨ª que lustros despu¨¦s, en 2014, su versi¨®n de 'Always on my mind' fue votada por los oyentes de BBC Music en una gigantesca encuesta como la mejor de la historia.

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Cl¨¢sico compuesto por Charles Fox y Normal Gimbel a partir de una idea de Lori Lieberman, quien grab¨® la versi¨®n original en 1971. Pero nada pas¨® hasta que Roberta Flack la escuch¨® por casualidad en un avi¨®n y llam¨® inmediatamente a Quincy Jones para ponerse manos a la obra y hacerla suya. Con gran ¨¦xito en 1973 al llegar al n¨²mero 1 en Estados Unidos, Canad¨¢ y medio mundo.

Muchos otros artistas se aproximaron despu¨¦s a la canci¨®n, pero nadie con tanta inspiraci¨®n como The Fugees en su disco The Score, de 1996. Con Lauryn Hill en la voz principal y un sampleado del tema Bonita applebum, de A Tribe Called Quest, el grupo consigui¨® llevar la composici¨®n a otro lugar. Y Killing me softly volvi¨® a arrasar en todo el mundo dos d¨¦cadas despu¨¦s. En 1997 su grabaci¨®n gan¨® un Grammy.

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Pocos d¨ªas despu¨¦s de que el famoso riff de guitarra se le "apareciera en sue?os" a Keith Richards, The Rolling Stones grababan y editaban en el verano de 1965 el que ser¨ªa su primer n¨²mero 1 en Estados Unidos. Pocos dudan de que es uno de los grandes himnos rockeros de la historia.

Su peso en la cultura popular del siglo XX es indiscutible y, precisamente por eso, ha sido objeto de infinidad de versiones, unas m¨¢s atinadas que otras. En el primer grupo, en el de las certeras, aparece destacada la que Otis Redding registr¨® apenas unas semanas despu¨¦s que los mism¨ªsimos autores para su ¨¢lbum de versiones de septiembre de 1965. A¨²n m¨¢s vigorosa y con un impetuoso ritmo de soul descarrilado, incluso hubo no pocos despistados que acusaron a los Stones de robar la canci¨®n al maestro del soul.

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Bob Dylan es el autor original de esta canci¨®n cuya primera grabaci¨®n podemos encontrar en su c¨¦lebre disco de marzo de 1965 Bringing it all back home. Se trata de una de las composiciones m¨¢s populares de su inabarcable cat¨¢logo, que ha sido reinterpretada en vivo y regrabada en estudio por todo tipo de artistas, como Judy Collins, Odetta y William Shatner. Estamos, en definitiva, ante uno de los cl¨¢sicos m¨¢s memorables del folk estadounidense... por partida doble.

Y es que menos de un mes despu¨¦s de Bob Dylan, The Byrds publicaban como su primer sencillo su propia versi¨®n de Mr. Tambourine Man, con la que alcanzaron el n¨²mero 1 en Estados Unidos y Reino Unido. Una adaptaci¨®n abreviada, con unos juegos de voces celestiales y en una clave diferente que consigui¨® un impacto m¨¢s fulminante y profundo, por lo que se le atribuye gran responsabilidad en el auge del folk-rock de la segunda parte de los sesenta. Una visi¨®n m¨¢s concisa y, justo por eso, m¨¢s accesible.

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Gloria Jones no obtuvo el ¨¦xito que esperaba con esta ahora c¨¦lebre composici¨®n de Ed Cobb. Su primera materializaci¨®n, en 1964, no entr¨® en ninguna lista de ¨¦xitos y termin¨® encontrando acomodo en el superpoblado rinc¨®n del olvido. Y eso a pesar de que bien podr¨ªa pasar como uno de esos cl¨¢sicos axiom¨¢ticos de la Tamla-Motown.

Precisamente ese toque fue el que resucit¨® a la canci¨®n, convirti¨¦ndola en popular en la escena brit¨¢nica del northern soul. Tanto fue as¨ª que Gloria la regrab¨® en 1976, pero fracas¨® de nuevo. Fue ya en 1981 cuando Soft Cell la repensaron completamente para convertirla en n¨²mero 1 y cl¨¢sico del pop de sintetizadores a trav¨¦s de la sugerente voz de Marc Almond.

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Tema escrito por Sonny Curtis en 1958 y grabado por The Crickets cuando ¨¦ste se incorpor¨® a la banda en el lugar del malogrado Buddy Holly. Pero nada paso con su en¨¦rgico estribillo hasta que Bobby Fuller Four la hicieran suya en 1965.

La historia contin¨²a cuando 23 a?os despu¨¦s Joe Strummer y Mick Jones descubrieron la canci¨®n por pura casualidad en una jukebox de un estudio de San Francisco mientras preparaban su segundo disco, Give 'em enough rope (1978). Quedaron prendados instant¨¢neamente y terminaron incluy¨¦ndola en su EP de 1979 The cost of living, insuflando a sus acordes toda la furia necesaria para transformarla en pieza ic¨®nica del punk de combate.

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Lou Reed abandon¨® The Velvet Underground en agosto de 1970, al poco de terminar la grabaci¨®n de su cuarto disco, Loaded, que lleg¨® a las tiendas en noviembre. No le gustaban ni la mezcla de las canciones ni tampoco las presiones de la discogr¨¢fica para conseguir canciones de ¨¦xito en las radios (por ah¨ª anda una Sweet Jane nada del agrado del m¨²sico en su primera encarnaci¨®n).

I found a reason es un tema ahogado en esa tormentosa marejada que, treinta a?os despu¨¦s, fue rescatado por Cat Power en The Covers Record, su cuarto trabajo, repleto de eso, de versiones, hechas a piano y voz. "Es hermoso, hermoso, hermoso. Mi favorito", sentenci¨® Dave Grohl al respecto en declaraciones al NME en aquel a?o 2000. Y s¨ª, tienes raz¨®n, Dave.

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