Por qu¨¦ el despido de una investigadora negra de Google se ha convertido en un esc¨¢ndalo global
El silenciamiento y salida de Timnit Gebru generan nuevas dudas sobre el compromiso de las grandes tecnol¨®gicas con sus prop¨®sitos ¨¦ticos
La investigadora de Google Timnit Gebru recibi¨® un email a principios de diciembre, mientras estaba de vacaciones. ¡°Aceptamos tu dimisi¨®n inmediatamente, desde hoy¡±, le escribi¨® una vicepresidenta de la compa?¨ªa. El problema es que Gebru no hab¨ªa dimitido, solo hab¨ªa dicho que lo har¨ªa en el futuro si no se cumpl¨ªan unas condiciones. La decisi¨®n hab¨ªa sido provocada aparentemente por un correo interno en el que criticaba la censura de un art¨ªculo acad¨¦mico. Y fue en seguida a Twitter a contarlo: ¡°Me han cortado el acceso a la cuenta corporativa. Me han despedido fulminantemente¡±. ¡°Me si...
La investigadora de Google Timnit Gebru recibi¨® un email a principios de diciembre, mientras estaba de vacaciones. ¡°Aceptamos tu dimisi¨®n inmediatamente, desde hoy¡±, le escribi¨® una vicepresidenta de la compa?¨ªa. El problema es que Gebru no hab¨ªa dimitido, solo hab¨ªa dicho que lo har¨ªa en el futuro si no se cumpl¨ªan unas condiciones. La decisi¨®n hab¨ªa sido provocada aparentemente por un correo interno en el que criticaba la censura de un art¨ªculo acad¨¦mico. Y fue en seguida a Twitter a contarlo: ¡°Me han cortado el acceso a la cuenta corporativa. Me han despedido fulminantemente¡±. ¡°Me siento mal por mis colegas, pero para m¨ª es mejor conocer la bestia que hacerlo ver¡±, a?adi¨® en otro tuit.
Desde ese d¨ªa, y hasta el pasado viernes, 2.351 empleados de Google y 3.729 acad¨¦micos de todo el mundo han firmado una carta en apoyo de Gebru. El presidente ejecutivo de Google, Sundar Pichai, ha escrito un email a todos los empleados, donde dec¨ªa querer recuperar la confianza de sus trabajadores, pero sin pedir disculpas. La comunidad global de ingenieros e investigadores dedicados a la inteligencia artificial sostiene desde entonces un debate sobre los l¨ªmites de la investigaci¨®n financiada por grandes empresas y el papel de Google como compa?¨ªa, que ya se ha quitado toda m¨¢scara tras abandonar su ingenuo eslogan original de ¡°no seas malo¡±.
Gebru es una investigadora pionera en el ¨¢mbito de la ¨¦tica en la inteligencia artificial (IA). Su mayor logro acad¨¦mico fue un art¨ªculo de 2018 donde, con otros coautores, descubri¨® que el reconocimiento facial solo se equivocaba al detectar el g¨¦nero de hombres blancos un 1% de las veces, pero un 35% con mujeres negras. Despu¨¦s de llegar de Etiop¨ªa con 16 a?os, se licenci¨® en Ingenier¨ªa El¨¦ctrica en la Universidad de Stanford y particip¨® en la creaci¨®n del primer iPad en Apple. Luego pas¨® por Microsoft. Despu¨¦s de su doctorado en visi¨®n artificial con la c¨¦lebre profesora Fei Fei Li, lleg¨® a Google a finales de 2018.
El tipo de despido ¨Dpor correo electr¨®nico, de vacaciones¡ª no es el habitual para una figura de este nivel. ¡°Despedir a una persona con un email es el segundo peor modo despu¨¦s de con un post-it¡±, escribi¨® el catedr¨¢tico e ingeniero espa?ol Ricardo Baeza Yates en respuesta a Gebru. La especulaci¨®n sobre las causas reales del despido se dispar¨®. Estas son las causas m¨¢s comentadas durante estos d¨ªas. Todas reflejan como m¨ªnimo cierta falta de sensibilidad, lo que le deja en mal lugar a Google por su comportamiento generoso o delicado con acosadores y otros casos sonados.
1/ El correo electr¨®nico. El correo de la vicepresidenta mencionaba un correo que Gebru escribi¨® a una lista interna de empleados de Google. ¡°Algunos aspectos del correo que enviaste anoche a empleados que no son de la direcci¨®n reflejan un comportamiento que es inconsistente con las expectativas de un directivo de Google¡±. ?Qu¨¦ dec¨ªa ese correo? Gebru no pudo recuperarlo porque ya no ten¨ªa acceso a su cuenta. Pero a las pocas horas ya estaba en la newsletter del periodista Casey Newton. ¡°Despu¨¦s de todas las micro y macroagresiones y acoso recibido tras mandar mis historias aqu¨ª, hab¨ªa dejado de escribir¡±, escrib¨ªa Gebru.
Pero ese d¨ªa ten¨ªa algo m¨¢s que decir. El texto entero es un desahogo, una queja p¨²blica por c¨®mo la hab¨ªan tratado sus superiores a prop¨®sito de un art¨ªculo acad¨¦mico del que se deb¨ªa ¡°retractar¡±. ¡°Una semana antes de irte de vacaciones te ponen una reuni¨®n¡±, contaba Gebru. ¡°Nadie te avisa de qu¨¦ va. All¨ª te dicen que ¡®se ha decidido¡¯ que debes rectificar el paper en una semana. No eres digna de tener conversaciones desde que eres alguien cuya humanidad (por no hablar de sus conocimientos reconocidos) no es aceptada o valorada por esta empresa¡±.
Era un correo sobre la presunta censura de un art¨ªculo acad¨¦mico que Gebru y otras investigadoras, de dentro y fuera de Google, hab¨ªan enviado a una conferencia. De repente ese art¨ªculo no parec¨ªa tener la calidad suficiente. ?Qu¨¦ informaci¨®n contendr¨ªa ese art¨ªculo que tanto preocupaba a Google?
2/ El art¨ªculo acad¨¦mico. Nadie ha publicado el art¨ªculo entero. Pero algunos periodistas han podido leerlo. No hay nada explosivo para el sector de IA ¨¦tica. Habla del inmenso gasto energ¨¦tico que conlleva elaborar modelos de IA: necesitan mucha potencia computacional. Tambi¨¦n se refiere a los sesgos creados por modelos que escriben despu¨¦s de entrenarse con billones de palabras encontradas en Internet. ¡°Las injusticias estructurales que hay en la sociedad permean los datos. Es muy dif¨ªcil encontrar datos no sesgados porque la sociedad est¨¢ sesgada¡±, explica Ariel Guersenzvaig, profesor de la Escuela Universitaria de Dise?o e Ingenier¨ªa Elisava (Barcelona). Con el lenguaje es evidente: si los modelos se entrenan con lo que decimos repetir¨¢n nuestros patrones para siempre.
¡°Lo que sale en el art¨ªculo acad¨¦mico, seg¨²n se ha publicado hasta ahora, no dir¨¦ que es sabido, pero cualquiera que conozca la literatura acad¨¦mica no se sorprender¨¢ de nada¡±, dice Guersenzvaig.
3/ ¡°La mujer negra enfadada¡±. Si ni el correo ni el art¨ªculo parecen explosivos, ?quiz¨¢ fueron solo la excusa? ¡°El paper es probablemente una excusa para sacarse de encima a una persona que les estaba resultando problem¨¢tica¡±, dice Mara Balestrini, doctora en Ciencias de la Computaci¨®n por el University College of London.
La definici¨®n de ¡°mujer negra enfadada¡± es la caricatura que hace la propia Gebru sobre el rol que los comunicados de Google parecen querer otorgarle: una persona conflictiva que se ha ganado el despido por pesada. ¡°Me pintan como la mujer negra enfadada porque te ponen en este lugar de trabajo terrible y si hablas de ello te conviertes en el problema¡±, dice Gebru en la ¨²nica entrevista que ha dado hasta ahora tras el conflicto. Uno de los verbos que Gebru m¨¢s ha usado es gaslight, que proviene de una obra teatral de principios del siglo XX, llevada luego al cine. Un hombre acosaba psicol¨®gicamente a su mujer haci¨¦ndole creer que se estaba volviendo loca. Abusar y encima cargar el muerto al otro. Eso es lo que Google ha hecho con ella, seg¨²n Gebru.
Estos son los hechos, pero el revuelo que ha provocado implica que ha tocado fibras sensibles. En principio es solo un despido m¨¢s en una empresa con 130.000 empleados. ?Por qu¨¦ ha provocado un esc¨¢ndalo as¨ª?
1/ ¡°Si me han hecho esto a m¨ª¡±. El gran problema que Gebru ve a su situaci¨®n es el de todas las mujeres negras que est¨¢n en una situaci¨®n m¨¢s precaria que la suya. Gebru fund¨® en 2016 el grupo Negros en IA. ¡°La mayor historia para m¨ª es que si esto me ocurre a m¨ª, ?qu¨¦ le est¨¢ pasando a otra gente?¡±, dice Gebru ahora.
Google tiene un 1,6% mujeres negras en su plantilla general, solo un 0,7% en cargos t¨¦cnicos y un 1,1% en puestos directivos. Casi el 50% de los puestos directivos son para hombres blancos. ¡°Tienes acosadores que se van con millones de d¨®lares¡±, dice Gebru. ¡°Tienes a toda esa gente con un comportamiento tan t¨®xico que hay otros diciendo ¡®es que son valiosos para la empresa¡¯, ¡®oh, es que son socialmente raros¡¯ o lo que sea. Y entonces tienes una joven negra que tiene que probarse una y otra vez. Llegu¨¦ a un punto donde mis conocimientos son valorados por la gente, pero no dentro de Google¡±, a?ade.
2/ ¡°Si le han hecho esto a ella¡±. Y una empresa que trata as¨ª a sus empleados brillantes, ?c¨®mo tratar¨¢ a sus miles de millones de usuarios? Esa es la pregunta que se hace Anna Jobin, soci¨®loga e investigadora de la Universidad de Lausanne (Suiza). ¡°Si una compa?¨ªa como Google no puede soportar lo que Timnit Gebru tiene que decir y escuchar y aprender para innovar mejor, ?qu¨¦ pasa con todas los dem¨¢s asuntos ¨¦ticos de su negocio? As¨ª que ya no es que los asuntos personales [como los hipot¨¦ticos problemas de Gebru en Google] no importen, sino que ya no son solo personales. Son importantes social, pol¨ªtica y ¨¦ticamente¡±, a?ade.
3/ ?Qui¨¦n nos permitir¨¢ investigar? Las grandes empresas tecnol¨®gicas son quiz¨¢ la mayor fuente de financiaci¨®n para investigadores como Gebru. Las universidades son esenciales, pero tienen mucho menos dinero. ¡°A m¨ª Intel me financi¨® mi doctorado. La diferencia con lo que pod¨ªa hacer un doctorando espa?ol era abismal¡±, explica Balestrini. ¡°Hay muy pocos empleadores de esta naturaleza. Para la IA ¨¦tica si no est¨¢s en la universidad no hay trabajo. Llegar a Google o Facebook es la posibilidad de acceder a grandes vol¨²menes de datos¡±, a?ade.
El trato a Gebru podr¨ªa suponer un punto de inflexi¨®n para la contrataci¨®n de ingenieros de IA. Si los m¨¢s sensibles ven que el departamento de ¨¦tica es despreciado, quiz¨¢ busquen m¨¢s all¨¢ de Google para trabajar. Balestrini es esc¨¦ptica: ¡°No quiero ser pesimista, pero no van a dejar de tener grupos de investigadores por esto. Si estas cosas van a cambiar es porque haya m¨¢s alerta de los problemas t¨¦cnicos y a la vez surjan m¨¢s oportunidades de trabajo para investigadores, como ahora ocurrir¨¢ con el programa Horizon Europe¡±, dice.
La pol¨¦mica generada recuerda que Google ya ha dejado de ser para siempre el h¨¦roe de las b¨²squedas. Los problemas que ocurren dentro de sus oficinas se ven con un foco distinto.
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