Malentendidos, desconexi¨®n con el resto del equipo, ansiedad: la cara oculta del teletrabajo
Tener la oficina en casa conlleva retos para los que no nos hab¨ªan preparado. Y quiz¨¢ haya que ir prepar¨¢ndose para convivir mucho tiempo con ellos
Desde que teletrabajamos han surgido conflictos derivados de la comunicaci¨®n telem¨¢tica; malos rollos del tipo ¡®tardan mucho en contestarme¡¯, o ¡®le escribo y no est¨¢¡¯, o ¡®no le veo la cara y no s¨¦ c¨®mo me lo est¨¢ diciendo¡±, reconoce Mar¨ªa Soria, jefa de recursos humanos de La Tienda Home, un portal de venta de muebles. ¡°Se presupone mucha informaci¨®n en las conversaciones y se malinterpreta el tono del correo o el chat en cosas banales que normalmente tendr¨ªan f¨¢cil soluci¨®n yendo a la mesa del compa?ero¡±, prosigue. ¡°Cuando las relaciones se enfr¨ªan tambi¨¦n flaquea la actitud de colaboraci¨®n, con lo que es m¨¢s dif¨ªcil solucionar problemas sobredimensionados¡±, reflexiona Soria. En su empresa creen haber encontrado el remedio: ¡°Dimos c¨¢maras voluntarias a los empleados y la comunicaci¨®n ha mejorado una barbaridad¡±.
El teletrabajo era una idea de futuro hasta que lleg¨® la covid-19. En 2019 solo el 4,8% de la poblaci¨®n activa de Espa?a trabajaba habitualmente desde casa, seg¨²n Eurostat. Durante el estado de alarma la proporci¨®n lleg¨® a colocarse en torno al 16%, de acuerdo con la EPA. En ausencia de una cultura del teletrabajo previamente consolidada, la pandemia ha movido las gu¨ªas sobre las que discurren las relaciones laborales. El teletrabajo conlleva nuevas situaciones ante las que no todos saben reaccionar.
Malentendidos y falta de comunicaci¨®n?
¡°La comunicaci¨®n escrita empez¨® a suponer un problema¡±, coincide Javier Fondevila, CEO de Holded, sobre la introducci¨®n del teletrabajo generalizado. ¡°Los mensajes se empiezan a trasladar por escrito y a veces el nivel de sensibilidad puede verse afectado. ?C¨®mo lo abordamos? En las reuniones hicimos hincapi¨¦ en que nadie escriba de mala fe¡±, cuenta el emprendedor. Otro problema similar surge cuando la informaci¨®n directamente deja de fluir. ¡°Desde que teletrabajamos forzosamente falta poder compartir informaci¨®n in situ con mis compa?eros¡±, narra ?scar, administrativo en una empresa multinacional. ¡°Antes en la oficina avanz¨¢bamos de manera conjunta, ahora debo retomar el ERTE iniciado por un compa?ero y me toca empezar casi de cero¡±, explica.
M¨¢s all¨¢ de los malentendidos y las p¨¦rdidas de informaci¨®n, la psic¨®loga Mar¨ªa Soria considera que la gran dificultad actual en la gesti¨®n de los recursos humanos procede de un error en el planteamiento del teletrabajo, pues a menudo se concibe como una adaptaci¨®n tecnol¨®gica del trabajo convencional. ¡°Pensamos que es lo mismo pero desde casa, y en realidad necesitamos reformular la manera de trabajar¡±, afirma. Dicha traslaci¨®n resulta perversa cuando el trabajo devora la esfera personal. ¡°Yo teletrabajando no consigo desconectar, cuando termino utilizo el mismo ordenador y escucho la misma tele que durante la jornada laboral. Es imposible¡±, reflexiona Diego, profesional del sector sanitario. ¡°Y si quiero un respiro y no tengo a mis compa?eros cerca, ?c¨®mo lo hago? ?Me pongo a jugar a la Nintendo Switch en medio de un proyecto?¡±.
Soledad, ansiedad, depresi¨®n
Obviamente, tambi¨¦n hay adeptos al trabajo remoto: el 74% de los espa?oles, seg¨²n una encuesta auspiciada por la C¨¢mara de Comercio. No siempre es f¨¢cil producir encadenado a una mesa ba?ada por el chorro de luz artificial de la oficina. Ni conciliar cuando el correo lo tenemos a 30 kil¨®metros de casa. Es un sistema que funciona de manera voluntaria pero que hace sufrir cuando falta espacio, ventilaci¨®n, tranquilidad o compa?¨ªa. ¡°Ha habido m¨¢s casos de soledad de lo que las empresas puedan identificar¡±, apunta Salvador Sicart, director de HAYS Response, la filial del grupo de selecci¨®n de personal dedicada a proyectos de duraci¨®n variable. ¡°Todo el mundo tiene que sensibilizarse con ciertos casos de bajas por ansiedad o depresi¨®n. Lo apuntar¨ªa como una de las cosas a mejorar. Es dif¨ªcil detectar estos casos, porque, ?c¨®mo sabes que alguien no est¨¢ fingiendo su sonrisa en la webcam para conservar el trabajo? Necesitamos un nuevo modelo para detectar esos casos¡±, afirma Sicart, que reconoce cierta incapacidad para introducir las emociones en el di¨¢logo laboral. ¡°Se est¨¢ prestando menos atenci¨®n a la parte emocional porque prima lo funcional, c¨®mo conseguir rentabilidad, c¨®mo administrar las contrataciones y despidos, etc¨¦tera. La parte emocional parece que subyace, pero en muy pocos casos ha sido el elemento principal de preocupaci¨®n de las empresas¡±.
A veces reconforta el sentimiento de pertenencia a un proyecto com¨²n, alivia la incertidumbre. Pero en estas circunstancias tampoco es f¨¢cil sostenerla. ¡°En nuestro caso lo m¨¢s complicado durante la etapa de teletrabajo est¨¢ siendo el mantener la cultura de empresa¡±, cuenta Javier Fondevila. ¡°Por ejemplo, durante el confinamiento fichamos a 15 personas y fue muy dif¨ªcil darles la bienvenida sin que respirasen el ambiente de la oficina¡±, recuerda. ¡°Cuando no podemos estar todos en el mismo edificio intentamos suplantar la presencialidad con actividades digitales y lugares de encuentro, caso de un canal en Slack llamado Coffee Room¡±.
El Whatsapp echa fuego
En ese sentido, humanizar el teletrabajo pasa muchas veces por desdibujar las fronteras entre ocupaci¨®n, ocio e intimidad. El m¨®vil vibra insistente sobre la mesilla porque nuestra oficina se desfoga en el grupo de Whatsapp. El departamento entero se mete en nuestro sal¨®n porque las videollamadas resuelven problemas de comunicaci¨®n. Por la tarde, concierto en Instagram Live. Por la noche, escape room virtual. La empresa se multiplica para llegar digitalmente a donde no puede hacerlo de manera presencial. ?Supone eso una invasi¨®n? ¡°Cuando se hace de manera voluntaria me parece sumamente positivo¡±, responde Sicart. ¡°Los departamentos de marketing han puesto a funcionar el cerebro a mil por hora y han sacado actividades maravillosas¡±, afirma. ¡°Por experiencia, la gente lo agradece¡±.
La participaci¨®n en actividades extralaborales, le¨ªda como un term¨®metro de la identificaci¨®n con la empresa, se resiente cuando hay tensi¨®n latente entre gerencia y trabajador. ¡°Antes te asomabas y ve¨ªas qui¨¦n estaba en su puesto, pero con el teletrabajo es complicado controlar. Por desgracia, lo de la presencia a veces cuenta m¨¢s que la productividad y la sensaci¨®n de desconfianza aument¨® al inicio de la pandemia¡±, relata Soria, de La Tienda Home, satisfecha tras el cambio de visi¨®n de su compa?¨ªa. ¡°Ahora valoramos el resultado y no la presencialidad. Ese era el camino, pero a efectos pr¨¢cticos es con el teletrabajo cuando m¨¢s est¨¢ funcionando¡±, cuenta.
En relaci¨®n a la productividad en el trabajo remoto hay un estudio de referencia elaborado en 2015 por Nicholas Bloom, profesor de la Universidad de Stanford, a partir de los resultados obtenidos en un experimento de nueve meses en una importante empresa de turismo. El experto concluy¨® que el teletrabajo mejora el rendimiento de los empleados en un 13% ¡ªsi no es consecuencia de un encierro involuntario.
Despidos por videollamada
Tal vez el simulacro de interacci¨®n humana m¨¢s surrealista es el que se da en los despidos por Zoom. Sentir el v¨¦rtigo en una llamada que se entrecorta. Apagar la c¨¢mara y recibir el finiquito por email. Un corte seco y fr¨ªo que ahorra estr¨¦s al otro lado de la l¨ªnea: ¡°El presentismo hace que conviertas en informalidad cualquier tipo de comu-nicaci¨®n con la gente que convives ocho horas al d¨ªa, pero desde que trabajamos de manera remota hemos a?adido cierta formalidad a las relaciones y eso es positivo en algunos aspectos concretos, como el hecho de comunicar el despido¡±, afirma Sicart.
En un futuro de menor contacto f¨ªsico las empresas deber¨¢n ajustar sus mecanismos para mejorar la productividad sin bloquear el factor humano. Durante la transici¨®n al modelo mixto de presencialidad y teletrabajo parece importante escuchar las inquietudes del empleado, crear oportunidades de comunicaci¨®n, fomentar la mediaci¨®n desde recursos humanos e implicar al trabajador en la organizaci¨®n de sus tareas remotas para anticipar carencias de informaci¨®n ¡ªas¨ª avanzar¨¢ aunque el compa?ero no conteste.
Convivir con la distancia social en el trabajo
Tambi¨¦n tocar¨¢ asumir la distancia de manera natural. Aqu¨ª las empresas de log¨ªstica llevan ventaja. De las pocas que crecen durante la pandemia, estas compa?¨ªas son ejemplo de compa?erismo remoto bien resuelto. ¡°Siempre puede haber tensiones por d¨¦ficit de afecto, pero nosotros llevamos d¨¦cadas teletrabajando sin problemas¡±, afirma Juan Pablo L¨¢zaro, presidente de la compa?¨ªa de transporte urgente y log¨ªstica Sending. ¡°En el comit¨¦ de direcci¨®n funcionamos con multillamadas desde hace 20 a?os. Los clientes se comunican por tel¨¦fono, los compa?eros igual, los transportistas tambi¨¦n; algunos se han hecho novios tras conocerse por tel¨¦fono. La pregunta no es si nos tensiona el teletrabajo, la pregunta es por qu¨¦ no lo adoptamos antes¡±, sentencia L¨¢zaro. Quiz¨¢ sea tan simple como agarrarse al presente desbocado con la tecnolog¨ªa de anta?o: cerrar sesi¨®n en Whatsapp y tirar del viejo telefonazo.
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