¡°Dependemos demasiado de la tecnolog¨ªa: apaga las notificaciones y no mires el m¨®vil cada cinco minutos¡±
John Hennessy y David Patterson, padres de la ciencia computacional galardonados por la Fundaci¨®n BBVA, reflexionan sobre la transformaci¨®n digital y vaticinan que el siguiente gran hito ser¨¢ el coche sin conductor
John Hennessy (Nueva York, 1952) y David Patterson (Illinois, Estados Unidos, 1947) no son dos personas cualquiera en la ciencia computacional. Su trabajo durante la d¨¦cada de los 70 en la llamada arquitectura de los ordenadores (la forma en la que estos aparatos est¨¢n construidos) permiti¨® que se estandarizara su fabricaci¨®n y mejorase su eficiencia, dando paso al boom tecnol¨®gico actual y el de d¨¦cadas pasadas. Hennessy, adem¨¢s es el actual presidente de Alphabet, la matriz de Google, y ha sido presidente de la Universidad de Stanford. Patterson, por su parte, fue profesor de la Universidad de Berkeley durante 40 a?os hasta 2016. Ambos ganaron el Premio Turing en 2017 por su contribuci¨®n a la ciencia computacional.
De la misma manera, la Fundaci¨®n BBVA ha anunciado esta semana que ha concedido el Premio Fronteras del Conocimiento en Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n a ambos por ¡°fundar como nueva ¨¢rea cient¨ªfica la arquitectura de ordenadores, la disciplina que dise?a el cerebro de todo sistema inform¨¢tico, su procesador central¡±. Juntos, crearon en los 80 el sistema RISC, las siglas en ingl¨¦s de ordenadores con conjunto de instrucciones reducido, que sigue estando vigente en los ordenadores actuales (lo usan cerca del 99% de los productos del mercado, seg¨²n datos de la ACM. ¡°Estamos en una nueva edad de oro de los ordenadores¡±, aseguran en esta entrevista realizada por videoconferencia.
Pregunta. Cuando comenzaron a trabajar, la arquitectura de ordenadores era un l¨ªo, con todos los fabricantes operando por su cuenta. ?Es as¨ª?
David Patterson. Los ordenadores se hab¨ªan dise?ado hac¨ªa d¨¦cadas, y se hab¨ªan desarrollado de un modo particular. Lo que era relativamente nuevo eran los microprocesadores. Su irrupci¨®n nos llev¨® a la idea de que hab¨ªa que hacer las cosas de una forma completamente diferente. Sobre todo, debido a la llamada Ley de Moore, que desde 1965 expresa que aproximadamente cada dos a?os se duplica el n¨²mero de transistores en un microprocesador. Ahora, los microprocesadores son m¨¢s potentes que las unidades centrales (mainframe computers).
P. ?C¨®mo explicar¨ªan el sistema que idearon, RISC a una persona que no tiene ni idea de ordenadores?
D. P. Bueno, John y yo tenemos mucha experiencia con esa pregunta¡ Cuando un programa (software) habla con la m¨¢quina (hardware) usa un vocabulario. El nombre de ese vocabulario es conjunto de instrucciones (instruction set). Podemos imaginar un vocabulario que tiene largas palabras de muchas s¨ªlabas. Si ley¨¦semos una novela compuesta con esas palabras nos llevar¨ªa m¨¢s tiempo, porque ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de entender. La alternativa pasa por tener muchas m¨¢s palabras m¨¢s cortas, que te permitir¨ªan leer de una forma m¨¢s r¨¢pida aunque la novela fuese m¨¢s larga. La cuesti¨®n es, ?d¨®nde est¨¢ el equilibrio entre ambas formas para lograr la mayor eficiencia? Al final, constatamos que era cuatro veces m¨¢s r¨¢pido usar un vocabulario m¨¢s corto y sencillo. Al principio era una cuesti¨®n controvertida, y casi filos¨®fica.
P. ?Se puede decir de alguna manera que su trabajo ha permitido el boom de la tecnolog¨ªa que estamos viviendo?
John Hennessy: Bueno, a nosotros nos motivaban todos los cambios que se estaban produciendo. Y creo que constituye un buen recordatorio de que siempre que hay una disrupci¨®n, como la que estaba sucediendo en aquel entonces con el salto a los microprocesadores, hay que echar la vista atr¨¢s y revisar la forma en la que est¨¢s solucionando los problemas y preguntando si esa manera sigue siendo v¨¢lida.
P. ?Qu¨¦ pinta ten¨ªan los ordenadores en aquella ¨¦poca?
J. H. Eran inmensos ordenadores y unidades centrales. El ordenador que nosotros usamos para desarrollar nuestro trabajo era la VAX-11/780 [un ordenador comercializado en 1977 por Digital Equipment Corporation (DEC), empresa que fue adquirida por Compaq en los 90 y esta, a su vez, por Hewlett Packard en 2002,], que costaba entre 250.000 y 500.000 d¨®lares, y era mucho m¨¢s lento de lo que cualquier tel¨¦fono inteligente s actualmente.
D. P. Ten¨ªa el tama?o de una nevera. Recuerdo estar dando clase y decir ¡°alg¨²n d¨ªa, un solo chip ser¨¢ m¨¢s r¨¢pido que esta nevera¡±¡ Era tan grande que a la electricidad le llevaba tiempo llegar a todos sus componentes. En aquel momento, los estudiantes se rieron, cre¨ªan que cuanto m¨¢s grandes m¨¢s r¨¢pidos¡
P. ?Estamos experimentando una edad de oro de los ordenadores, no solo de los tradicionales, sino tambi¨¦n gracias a m¨®viles y otros dispositivos? ?Se atreven a hacer un pron¨®stico hacia d¨®nde nos dirigimos, dado que la Ley de Moore est¨¢ llegando a su fin?
D. P. Absolutamente. En el pasado, la mitad del desarrollo ten¨ªa que ver con los avances en los semiconductores, y la otra mitad con lo que hacemos John y yo, en c¨®mo juntas estos dispositivos. Debido al fin de la Ley de Moore y el hecho de que la gente sigue queriendo que sus ordenadores sean cada vez m¨¢s r¨¢pidos, el peso recaer¨¢ cada vez m¨¢s en la arquitectura. Esta va a ser la d¨¦cada de la arquitectura de ordenadores.
J. H. Esto se puede observar en el chip de Apple M1 [el primero que la compa?¨ªa ha instalado en sus Mac tras su ruptura con Intel], que combina procesadores espec¨ªficos para cada tarea. Estamos dando el salto hacia procesadores generales hacia una especializaci¨®n de los componentes para lograr m¨¢s eficiencia. La clave es la especializaci¨®n: hacer peque?os ordenadores que hagan una sola cosa m¨¢s eficazmente.
P. ?Qu¨¦ opinan de los ordenadores cu¨¢nticos? ?Ser¨¢n una alternativa viable?
D. P. Tengo curiosidad por o¨ªr a John sobre esto. Es una tecnolog¨ªa excitante, pero habr¨¢ apenas 20 o 30 cosas que pueda hacer, y, adem¨¢s, son ordenadores de gran tama?o: no va a haber tel¨¦fonos cu¨¢nticos. Estos aparatos van a estar alojados en centros de datos. No ser¨ªa eficiente.
J. H. Creo que el ¨¢rea en el que se est¨¢ trabajando son lo que llamamos near-intermediate quantum, buscando aplicaciones que puedan trabajar con ordenadores de menor tama?o, porque a corto o medio plazo estas m¨¢quinass no van a ser capaces de solucionar grandes problemas. Se est¨¢n buscando aplicaciones, es una caza que se est¨¢ llevando a cabo actualmente, no hay ninguna killer application (aplicaci¨®n de ¨¦xito que conlleve un avance de una tecnolog¨ªa).
D. P. Y adem¨¢s est¨¢ el tema del fr¨ªo con el que tienen que operar. Y tampoco va a servir mucho para el aprendizaje autom¨¢tico (machine learning), porque resulta dif¨ªcil introducir datos en estos aparatos.
P. Cree que dependemos demasiado de ordenadores y de la tecnolog¨ªa en general hoy en d¨ªa?
J. H. Creo que puede que s¨ª. Pero es simple: apaga las notificaciones y no consultes tu m¨®vil cada cinco minutos. Eso crear¨ªa un estilo de vida m¨¢s saludable. Eso s¨ª, requiere algo de disciplina.
D. P. Soy parte de la generaci¨®n de la televisi¨®n. Crec¨ª con ella, y algunos padres dejaban a sus hijos ver lo que quieran cuando quieran. Los m¨ªos no, me impon¨ªan restricciones. Pasa lo mismo con la tecnolog¨ªa: si permites a tus hijos que usen internet y la tecnolog¨ªa en general todo el rato, probablemente no los est¨¦s criando de la manera correcta. No vas a tener una vida equilibrada, especialmente con la pandemia, si todo lo que haces es ver Netflix. O los videojuegos¡
Una cosa es hacer tu trabajo, sobre todo durante la pandemia... Y gracias a que existen los ordenadores¡ sin ellos, yo no tendr¨ªa trabajo, para empezar. La tecnolog¨ªa es habilitadora, pero tambi¨¦n es adictiva y seductora. Es peligroso usarla demasiado, pero no tengo claro cu¨¢l es la soluci¨®n.
D. P. Hay un visionario c¨¦lebre en la ciencia de la computaci¨®n llamado Alan Kay. Hace 40 a?os tuvo una idea revolucionaria llamada el Dynabook. Su definici¨®n era que ¡°el ordenador ser¨¢ tan importante que si te lo dejas en casa, tendr¨¢s que dar la vuelta para ir a buscarlo¡±. De lo que ¨¦l hablaba, lo vemos ahora, era del tel¨¦fono m¨®vil. Es una tecnolog¨ªa cr¨ªtica que usamos mucho. Pero no puedo criticar a gente que crea productos que la gente adora usar. Se pide a los cient¨ªficos que tengan cuidado con lo que crean debido a sus consecuencias, pero este es m¨¢s bien un problema de popularidad.
P. ?Creen que habr¨ªa que limitar lo que las m¨¢quinas son capaces de aprender a hacer?
D. P. Mi colega Stewart J. Russell es uno de los grandes impulsores de la inteligencia artificial y ha escrito alguna de las obras m¨¢s famosas sobre inteligencia artificial. ?l es uno de los que ha comenzado a definir reglas sobre lo que los ordenadores pueden hacer antes de que se convierta en algo sensible. Y, aunque este no es mi ¨¢rea, creo que el peligro es lejano todav¨ªa: quiz¨¢s queda un siglo, o m¨¢s. Yo ya Estoy impresionado con las cosas que las m¨¢quinas pueden hacer. Sobre todo, los coches sin conductor: cuando esta tecnolog¨ªa se implante, se ahorraran cientos de miles de millones en accidentes de tr¨¢fico. Tendr¨¢ la misma importancia que el surgimiento de internet.
J. H. No significa que o haya que preocuparse de la tecnolog¨ªa. Todas las tecnolog¨ªas tienen usos buenos y malos. La inteligencia artificial se puede convertir en un arma poderos¨ªsima, y deber¨ªa haber un acuerdo internacional en que no se debe usar nunca. Tenemos que llegar a acuerdos. Y, por supuesto, tambi¨¦n habr¨¢ desequilibrios econ¨®micos, a igual que sucedi¨® con la Revoluci¨®n Industrial. Pero tambi¨¦n se crear¨¢n nuevas oportunidades.
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