Un joven burgal¨¦s recrea en Minecraft el patrimonio cultural de la Espa?a vac¨ªa
Gabriel Garc¨ªa utiliza este popular videojuego, empleado tambi¨¦n como herramienta pedag¨®gica en las aulas, para defender la riqueza hist¨®rica de zonas despobladas
El burgal¨¦s Gabriel Garc¨ªa tiene 28 a?os y, como otros tantos de su generaci¨®n, pasaba muchas horas jugando al Minecraft con sus colegas. Este videojuego consiste en la creaci¨®n de mundos y el usuario tiene la capacidad de ir construyendo edificios y n¨²cleos. Entonces, Garc¨ªa y un amigo pensaron: ¡°?Por qu¨¦ no replicar edificios y monumentos de Burgos?¡±. Lo que comenz¨® como una idea l¨²dica poco ambiciosa se ha convertido, seis a?os despu¨¦s, en un proyecto llamado ¡°Minecrafteate¡± y que ha efectuado m¨¢s de 215 r¨¦plicas de toda clase de patrimonio cultural de la provincia y de Espa?a, particularmente de zonas despobladas. El impulsor del plan ha conseguido mostrar en modo virtual las complejidades arquitect¨®nicas de las obras que imita y ha logrado que miles de usuarios se interesen por la historia de emblemas como la catedral de Burgos o de templos menos conocidos, pero ricos culturalmente, como las iglesias burgalesas de Fuenteodra o de Villamor¨®n.
Garc¨ªa, que tiene dos grados superiores en realizaci¨®n de proyectos visuales y en iluminaci¨®n y captaci¨®n de im¨¢genes y que ahora se est¨¢ formando por su cuenta en dise?o gr¨¢fico, relata que empezaron por ¡°simple ocio¡±. Su primera creaci¨®n fue el silo del barrio de Gamonal, que ¡°gust¨® mucho¡± y le hizo valorar a¨²n m¨¢s las virtudes del Minecraft, que considera interesante para que los estudiantes aprendan con m¨¢s ganas, especialmente asignaturas como Historia o Arte, o incluso erijan sus propias invenciones. Garc¨ªa, que se inspira en fotograf¨ªas o en la observaci¨®n pura y dura de los edificios que imita virtualmente, muestra un compromiso firme contra el abandono patrimonial de la Espa?a vac¨ªa. Por eso colabora encantado, sin cobrar nada por sus horas de trabajo, con asociaciones que intentan impulsar y conservar ese legado cultural en decadencia, como la iglesia de Fuenteodra, del siglo XVI. El inesperado impacto de estas r¨¦plicas les ha granjeado tambi¨¦n el contacto de profesores que utilizan esos m¨¦todos en sus aulas. Un docente de Barcelona, explica orgulloso Garc¨ªa, les pidi¨® un modelo del museo de las aguas de Llobregat y ahora ese mismo museo utiliza la recreaci¨®n para ilustrar a los visitantes sobre sus rasgos y detalles minuciosos. Asimismo, han sido invitados al congreso nacional de videojuegos de C¨®rdoba, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mes de octubre, para mostrar las capacidades de Minecrafteate.
La ¨²ltima novedad la aporta Nora Pulido, de 33 a?os y de Ciudad Real, que le presta su voz para hacer un recorrido hist¨®rico y cultural por esos monumentos. La castellanomanchega se coordina con el burgal¨¦s para, con un micr¨®fono y un ordenador, narrar los componentes arquitect¨®nicos de cada obra. Primero, se?ala, se ¡°empolla¡± los rasgos de ese monumento y estructura un guion que haga ¨¢gil la lectura e interese a quien vea el v¨ªdeo que cuelgan en YouTube. Pulido rechaza que estas producciones sean ¡°frikadas¡± sino que defiende su valor como m¨¦todo educativo ¡°porque los videojuegos llegan mucho a los chavales¡±. Ella est¨¢ volviendo a estudiar y va camino de rematar el bachillerato, por eso celebra la repercusi¨®n de Minecrafteate y respeta sobremanera el potencial educativo de estas nuevas tecnolog¨ªas. Sus amigos profesores, asegura, han aplaudido este nuevo m¨¦todo que, a su vez, permite reivindicar las muestras culturales escasamente conservadas que abundan en zonas en riesgo de despoblaci¨®n.
En las aulas
El uso de tecnolog¨ªas como los videojuegos puede servir como una herramienta que estimule al alumnado hacia el aprendizaje. Salvador G¨®mez, profesor de Periodismo en la Universidad de Valladolid y especializado en los news games y videojuegos del ¨¢mbito period¨ªstico, recurre en sus aulas a uno de ellos para que los estudiantes se metan en la piel de un autor de noticias falsas y detecten las formas de intoxicaci¨®n informativa sin recurrir siquiera a verificadores. G¨®mez sostiene que ejemplos ¡°guays¡± como el Minecraft pueden desafiar la capacidad creativa de los jugadores porque van mucho m¨¢s all¨¢ de otros videojuegos cuyo mero objetivo era educar y eran ¡°un desastre e igual de aburridos¡± que un libro o un formato cl¨¢sico. El docente destaca que si toda la vida las r¨¦plicas caseras con cerillas, naipes o puzles serv¨ªan para ¡°llamar la atenci¨®n¡± y aproximar la ense?anza, los videojuegos pueden multiplicar esta funci¨®n, como en el caso de Burgos. Eso s¨ª, matiza, no hay milagros en las clases porque ¡°no son sin¨®nimos de educaci¨®n completa, como creen algunos gur¨²s¡±, sino complementos que reten a sus pupilos y sus capacidades creadoras o retentivas. Estos ¡°cauces de expresi¨®n¡±, reflexiona el experto, incrementan la sensibilidad art¨ªstica porque, pese a no ser lo mismo que acudir a la impresionante catedral g¨®tica burgalesa, ayuda a analizar y entender sus detalles.
Una de las claves que han percibido en el ¨¢mbito educativo radica en las habilidades sociales que se trazan a ra¨ªz de los videojuegos. Andrea Plaza, maestra de 28 a?os en Madrid, se sorprendi¨® cuando descubri¨® que aplicar el Minecraft a sus lecciones foment¨® la interacci¨®n entre la clase, algo que hasta los padres y madres le hicieron notar, agradecidos. Plaza recuerda que ella constat¨® las posibilidades que ofrece el Minecraft cuando, en un m¨¢ster en tecnolog¨ªa educativa, apreci¨® c¨®mo los grupos iban adquiriendo ¡°roles no impuestos¡± y a base de ¡°ensayo y error¡± se obten¨ªa un aprendizaje y desarrollo, algo que ha apreciado cuando lo ejecuta en el colegio. Los cursos de quinto y sexto de Primaria, precisa, con edades de entre siete y ocho a?os, tienen un ¡°gran potencial¡± mientras que ya en la ESO hay que orientar un poco la herramienta. Uno de los ejemplos donde esta arroja m¨¢s rendimiento, apostilla, se encuentra al crear escenarios de transformaci¨®n y sensibilizaci¨®n, como cuando reconstruyen ecosistemas virtuales da?ados para ver c¨®mo los har¨ªan evolucionar. La profesora, como G¨®mez, avisa de que estos videojuegos no son milagrosos, pero aportan ¡°un sabor distinto¡± por lo que significan para las clases: ¡°Consiguen que la gente se motive y aprendan jugando¡±.
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