Reuniones en el metaverso: ?ser¨¢n los videojuegos la salvaci¨®n para la fatiga del Zoom?
Decenas de nuevas plataformas se han propuesto crear mundos virtuales que imiten al f¨ªsico y han empezado por algo tan cotidiano como los encuentros de trabajo
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Luis Flavio Torres Gallardo corretea por la oficina. Se cuela en las salas, pintando en las pizarras, moviendo las plantas. ¡°Todo esto lo he construido yo¡±, dice sin dejar de correr, ¡°aunque la verdad, no tengo ni idea de construcci¨®n¡±. Sale a la calle, donde sorprende escuchar el sonido del mar. ¡°Chulo, ?verdad?¡±, dice con un ¨¢pice de orgullo lanz¨¢ndose hacia la playa. Tambi¨¦n la ha construido ¨¦l. El periodista le sigue y se mete en el agua. ¡°No me voy a ahogar, ?verdad?¡±, pregunta. ¡°No, tranquilo, en Gather Town no puedes morir¡±.
Gather Town es un mundo virtual para mantener reuniones en internet. Es una forma de hacer un juego de las videollamadas. La imagen de los participantes se ve en una peque?a ventana, pero toda la pantalla la ocupa un escenario pixelado y bidimensional. Por ¨¦l se mueven libremente el avatar de Torres Gallardo, consultor legal y de seguridad de esta empresa, y el de este redactor, que le va persiguiendo por el mundo virtual. Es como reunirse en un videojuego de los ochenta, solo que aqu¨ª no hay game over (algo que confirmo manteniendo a mi avatar bajo el agua m¨¢s tiempo del recomendable). No se muere ni se mata, solo se organizan reuniones. Imagina un juego de Pokemon en el que en lugar de coleccionar bestias fant¨¢sticas tienes que ir a la oficina. Eso es Gather Town.
A pesar de su est¨¦tica, hace tiempo que Gather Town dej¨® de ser un juego. Torres Gallardo no facilita datos econ¨®micos, pero confirma que por este escenario virtual ya han pasado millones de personas. ¡°Hemos crecido de forma exponencial¡±, asegura mientras nuestros avatares dan un paseo por la playa. ¡°Ahora mismo, semanalmente, tenemos alrededor de 120.000 usuarios¡±. La aplicaci¨®n (de momento solo disponible en navegador de internet) se lanz¨® al mercado en mayo de 2020, con medio mundo encerrado en su casa por la pandemia del COVID-19. Desde entonces en sus salas se han celebrado reuniones de trabajo, cumplea?os y eventos empresariales. Incluso bodas. Todos los eventos se alojan de forma gratuita en el servidor, a menos que superen los 25 participantes. ¡°Si hay m¨¢s invitados la conexi¨®n disminuye. Para evitarlo deber¨ªamos aumentar la capacidad de los servidores y eso tiene unas tarifas¡±, explica Torres Gallardo. En cualquier caso, desde la empresa aseguran que su finalidad principal no es la econ¨®mica. Ellos quieren ayudar a crear algo mucho m¨¢s grande: el metaverso.
No est¨¢n solos en el intento. Decenas de nuevas plataformas se han propuesto crear un mundo virtual que imite al f¨ªsico. Y han empezado por algo tan cotidiano como las reuniones de trabajo. AltSpace VR fue una de las pioneras. Fundada en 2013, esta plataforma para alojar presentaciones y ruedas de prensa fue adquirida por Microsoft en 2017. Nottopia es un espacio virtual m¨¢s reducido, aqu¨ª solo dan clases los profesores de la Universidad de Nottingham. Virtulab replica eventos del mundo real en el virtual. Las opciones son muchas, pero la que m¨¢s ruido ha hecho hasta la fecha ha sido Horizon Workrooms. El pasado mes de agosto Mark Zuckerberg presentaba este servicio de realidad virtual. La nueva apuesta del due?o de Facebook, Instagram y Whatsapp es una sala de reuniones virtual. La herramienta, que est¨¢ en fase beta abierta, organiza reuniones en las que el v¨ªdeo es sustituido por un avatar con est¨¦tica anime. Puede que al hablar del metaverso nos imaginemos un mundo parecido al de Ready Player One, pero la realidad, incluso la virtual, es mucho menos ¨¦pica. De momento el metaverso tiene est¨¦tica de dibujos animados y se usa, sobre todo, para hablar de balances, costes y estrategias. Para mantener reuniones de trabajo.
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Convertir en un juego la hora del caf¨¦
Jorge Lana ha echado la tarde jugando y charlando con sus compa?eros en Gather Town. Lana es fundador de Minimum Run, una agencia de servicios de marketing y productos digitales. ¡°Nosotros nacimos durante la pandemia y trabajamos en remoto, a pesar de tener unas oficinas en Madrid¡±, explica. ¡°Por eso hacemos din¨¢micas de trabajo por internet. Por ejemplo, organizamos una comida virtual a la semana. Cada uno est¨¢ en su casa, pero conversamos mientras comemos como si estuvi¨¦ramos en la cantina de la oficina¡±. Lana no cree que estas aplicaciones acaben sustituyendo a las videollamadas cl¨¢sicas. ?l mismo las sigue usando para fines m¨¢s serios, pero cree que Gather Town es un buen entorno para socializar de forma virtual sin que suponga un esfuerzo extra.
Desde que la pandemia nos encerr¨® en casa, las videollamadas de trabajo se han multiplicado. Las empresas aseguran que le dedican a estas herramientas entre tres y cinco veces m¨¢s tiempo que antes, seg¨²n una encuesta realizada por Zoom. Esta empresa ha pasado de tener 10 millones de usuarios a 300 en un a?o. El uso y abuso de las videollamadas ha generado la llamada ¡°fatiga de Zoom¡±, un efecto de desgaste producido por ver nuestra cara en la pantalla sometida al escrutinio ajeno y por las dificultades para captar el lenguaje no verbal. Por eso aplicaciones como Gather Town quieren reducir nuestra imagen f¨ªsica y potenciar una virtual, aumentar la libertad y la sensaci¨®n de realidad de estos eventos que hasta ahora se limitan a presentar un carrusel de v¨ªdeos de nuestras caras.
Pero, ?es posible convertir la hora del caf¨¦ en un videojuego? Pablo Barrecheguren, neurocient¨ªfico y autor del libro Neurogamer, C¨®mo los videojuegos nos ayudan a comprender nuestro cerebro, tiene dudas al respecto. ¡°Somos animales sociales y los est¨ªmulos que se producen cuando tomamos un caf¨¦ con un compa?ero pueden ser importantes¡±, se?ala. ¡°Pero a d¨ªa de hoy no todos los est¨ªmulos sensoriales que est¨¢n presentes en una interacci¨®n social son digitalizables¡±.
Esconderse bajo la piel sint¨¦tica de un avatar, en lugar de mostrar nuestra imagen en una videollamada, puede ser menos estresante, m¨¢s c¨®modo. Pero tambi¨¦n es menos real. ¡°En la comunicaci¨®n social hay una capa de interacci¨®n social a nivel de lenguaje no verbal que se suele perder en gran medida en los avatares digitales¡±, apunta el experto. Por eso, grandes compa?¨ªas como Microsoft est¨¢n trabajando no tanto en a?adir avatares, como en potenciar y perfeccionar las videollamadas. O en otras herramientas como Mesh, que hacen uso de la realidad mixta, combinando elementos virtuales con im¨¢genes reales.
De vuelta en Gather Town, Torres Gallardo gu¨ªa al periodista hasta la azotea de un edificio de oficinas. Es de noche, se sientan frente a una fogata y se oye el crepitar digital de las llamas. ¡°En un mapa como este fue donde se hizo una boda¡±, comenta. Cuesta imaginar a una pareja que quiera celebrar su enlace en este mundo, por muy moderno que sea, pero tampoco es la idea. El metaverso, explica Torres Gallardo, no quiere sustituir los eventos del mundo f¨ªsico, sino humanizar los del mundo virtual. ¡°Lo que nosotros buscamos es mejorar las relaciones virtuales, acercar a la gente¡±, asegura. Y eso, a veces, pasa por convertir en juego la hora del caf¨¦.
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