Ya nadie escribe los emails que mataron a las cartas
Durante la primera d¨¦cada del siglo XXI era habitual intercambiar correos electr¨®nicos personales con seres queridos. Las redes sociales y, sobre todo, WhatsApp han acabado con la pr¨¢ctica.
Adriana Ponte-Gu¨ªa, de 46 a?os, cuenta que cuando ella y su expareja empezaron a tontear lo hicieron por correo electr¨®nico con unos mensajes en los que fing¨ªan ¡°ser personajes del siglo XVIII¡±. Adem¨¢s de mails de amor, manten¨ªa una correspondencia digital habitual con amigos que estaban lejos (tambi¨¦n con los m¨¢s cercanos, pero intercambios ¡°menos frecuentes y menos extensos¡±). Hace ya unos a?os que su buz¨®n de entrada ya no recibe apenas correos personales. ¡°Creo que todo ha sido arrasado por el WhatsApp y la mensajer¨ªa instant¨¢nea¡±, cuenta ¡ªc¨®mo no¡ª por correo electr¨®nico.
La llegada y expansi¨®n del correo electr¨®nico, que celebr¨® su 50 aniversario en 2021, revolucion¨® la forma en la que nos comunic¨¢bamos con personas que estaban lejos. De pronto, escribir cartas ya no era necesario. La ¨¦poca dorada del correo electr¨®nico personal se puede rastrear siguiendo la historia de la penetraci¨®n de internet en los hogares, desde finales de los noventa, hasta la revoluci¨®n de los smartphones que inici¨® el iPhone en 2007.
En 2003, por ejemplo, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), el 25,2% de los hogares espa?oles dispon¨ªa de acceso a internet (la mitad de los hogares que ten¨ªan ordenador). Sin embargo, no tener internet en casa no significaba no conectarse: el 68,1% de los j¨®venes de 15 a 24 a?os se hab¨ªa conectado al menos una vez en los ¨²ltimos tres meses. Ya fuese desde casa, una biblioteca, la universidad o un cibercaf¨¦, muchos de esos usuarios enviaban correos a sus amigos a trav¨¦s de sus cuentas en servicios como Hotmail, el correo electr¨®nico de Microsoft, que ten¨ªa seis millones de usuarios en Espa?a en 2004.
Ya unos a?os antes, en 1998, la comunicaci¨®n personal por correo electr¨®nico protagoniz¨® una de las comedias rom¨¢nticas m¨¢s taquilleras del momento, Tienes un e-mail. Dirigida por Nora Ephron, en la pel¨ªcula Meg Ryan y Tom Hanks se conoc¨ªan en una sala de chat de AOL.com y pasaban a enamorarse a trav¨¦s del intercambio de correos electr¨®nicos (sin saber, porque usaban nicks ¡ªlos nombres de usuario de la ¨¦poca¡ª, que se conoc¨ªan en persona y se odiaban, como en toda buena romcom, nombre que reciben las comedias rom¨¢nticas).
Esta facilidad para intercambiar mensajes hizo que muchas personas cambiaran las cartas tradicionales por el correo electr¨®nico. Ahora las cartas personales son algo marginal (seg¨²n el Panel de hogares de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia, durante la segunda mitad de 2020 un 75% de los hogares no recibi¨® ninguna carta de un particular, porcentaje que ha ido creciendo a?o tras a?o), pero los emails que en teor¨ªa las mataron, tambi¨¦n han seguido el mismo camino.
La revoluci¨®n de la mensajer¨ªa instant¨¢nea
¡°Cartas, correos electr¨®nicos y mensajer¨ªa instant¨¢nea cumplen la misma funci¨®n: comunicarse a distancia, establecer una copresencia, mantener una correspondencia con infinidad de prop¨®sitos¡±, explica por correo electr¨®nico Elisenda Ard¨¨vol, catedr¨¢tica de Estudios de Artes y Humanidades de la UOC. Para esa funci¨®n, cada m¨¦todo de comunicaci¨®n desbanca al anterior. ¡°La carta que se manda por correo supone una desventaja frente al correo electr¨®nico, y este queda en desventaja frente a la inmediatez de la mensajer¨ªa instant¨¢nea¡±, detalla la experta.
Eso es lo que cree que pas¨® Lorena Dur¨¢n, de 36 a?os. Ella se escrib¨ªa muchos correos con amigos, especialmente en la primera d¨¦cada del siglo XXI. Ahora todav¨ªa env¨ªa alguno, pero ¡°muchas veces mandas ese mail y no lo ven o cae en el vac¨ªo o te responden por Whatsapp¡±, cuenta por tel¨¦fono. ¡°Creo que nos hemos acostumbrado a la inmediatez de todo, al doble check [las dos marcas de la plataforma que indica que el mensaje ha sido le¨ªdo]¡±, apunta la entrevistada. Por su parte, Adriana Ponte-Gu¨ªa a?ade que ¡°es un tema circular: al responder r¨¢pidamente, el bombardeo de mensajes es mucho m¨¢s frecuente y demandante, lo que te obliga a responder de la misma manera. Aquel tiempo valioso y extenso para pensar mejor lo que dices y a qui¨¦n se lo dices ya no es posible, no existe¡±, se?ala.
Ard¨¨vol indica tambi¨¦n que la mensajer¨ªa instant¨¢nea ¡°es mucho m¨¢s accesible a todos que el correo electr¨®nico o la escritura de una carta, mucho m¨¢s formal¡±. La cuesti¨®n de la formalidad es otra de las claves. Juana Rubio-Romero, doctora en Filosof¨ªa, profesora en la Universidad de Nebrija y especialista en investigaci¨®n social y comunicaci¨®n, ha investigado mucho sobre el uso de WhatsApp en j¨®venes y explica que no emplean el correo electr¨®nico para conversar porque lo ven como ¡°excesivamente formal¡±, algo relegado a cuestiones acad¨¦micas o administrativas. De hecho, apunta que cree que la generaci¨®n Z ha dado un paso m¨¢s all¨¢ y se ha mudado de WhatsApp a Instagram, porque ven que la aplicaci¨®n de mensajer¨ªa instant¨¢nea es muy formal para ellos.
En lo de la formalidad incide tambi¨¦n Cristina Vela Delfa, profesora del departamento de Lengua Espa?ola en la Facultad de Ciencias Sociales, Jur¨ªdicas y de la Comunicaci¨®n de la Universidad de Valladolid y autora del libro La comunicaci¨®n por correo electr¨®nico. An¨¢lisis discursivo de la correspondencia digital (Iberoamericana Vervuert, 2021). ¡°Si se compara con otros textos no digitales, el correo electr¨®nico se inclina hacia la informalidad; en cambio, comparado con otros textos digitales, es el m¨¢s formal de todos ellos¡±, explica.
Esto no significa que no sea posible ser informal por correo electr¨®nico, donde se pueden a?adir hasta emojis, sino que poco a poco su uso se ha desplazado hacia ese registro. Pero usamos pocos emojis en los mails, entre otras cosas, por un tema de usabilidad, explica Agnese Sampietro, doctora en Ling¨¹¨ªstica por la Universidad de Valencia, investigadora posdoctoral en la Universitat Jaume I y autora de una tesis sobre emoticonos y emojis. ¡°Si tecleo un correo con el ordenador e introducir emojis no es tan f¨¢cil como en WhatsApp, pues no lo har¨¦¡±. Adem¨¢s, a?ade que somos criaturas de costumbres y que, como no estamos acostumbrados a utilizar los emojis en los correos electr¨®nicos, no lo hacemos. ¡°Adem¨¢s, los mensajes de WhatsApp son m¨¢s cortos, se parecen m¨¢s a un di¨¢logo, mientras que los correos electr¨®nicos suelen ser m¨¢s largos y se parecen m¨¢s a g¨¦neros escritos, como la carta¡±, explica.
Por ¨²ltimo, Elisenda Ard¨¨vol a?ade tambi¨¦n que la mensajer¨ªa instant¨¢nea hace que nos sintamos siempre conectados y ¡°no sintamos la necesidad de escribir a nuestros seres queridos aunque est¨¦n lejos, ya que sabemos que podemos llevar un control de su actividad diaria a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil¡±.
?Nos perdemos algo al abandonar los emails personales?
Cualquiera que haya tenido una ¨¦poca de bastante correspondencia personal por correo electr¨®nico sabe que, si no borr¨® su archivo o perdi¨® su cuenta, puede acceder a esos correos antiguos con una simple b¨²squeda. Ese registro, m¨¢s complicado en WhatsApp, es una de las cosas que m¨¢s le gustan a Lorena Dur¨¢n. ¡°Guardo con much¨ªsimo cari?o en carpetas esos emails. Me hace mucha gracia leerlos y ver c¨®mo ve¨ªamos las cosas y c¨®mo las vemos ahora¡±, relata. Ella asegura que sigue prefiriendo escribir esos textos m¨¢s largos en un teclado de ordenador que en un tel¨¦fono. ¡°Creo que adem¨¢s genera menos invasi¨®n. Me siento m¨¢s c¨®moda escribiendo un email, me parece m¨¢s personal¡±, indica.
Lo que m¨¢s echa de menos Adriana Ponte-Gu¨ªa de aquellos mails, que en su caso empezaron a desaparecer en 2009 (a?o en el que tambi¨¦n naci¨® WhatsApp), es la profundidad. ¡°Se hablaba de sentimientos, se describ¨ªan situaciones, se ped¨ªan opiniones sobre hechos de las familias, de los pa¨ªses, de las culturas de quienes estaban lejos¡±, recuerda. Tambi¨¦n valoraba especialmente que ¡°se respond¨ªa con tiempo, pensando cada palabra y cada frase, intuyendo c¨®mo lo iba a tomar el otro¡±.
Cristina Vela Delfa cree que, en parte, tenemos esa sensaci¨®n de profundidad y pausa en contraste con la vor¨¢gine del resto de nuestra vida digital. ¡°Ante la explosi¨®n y la interactividad de las redes sociales, la sensaci¨®n de intimidad que genera la tranquilidad del hogar, del ordenador personal, desde el que se escriben buena parte de los correos electr¨®nicos, frente al acceso masivo a las redes sociales a trav¨¦s del tel¨¦fono, afianza su dimensi¨®n reflexiva e intimista¡±, reflexiona.
Sin embargo, toda esta nostalgia solo es posible para quien vivi¨® esa ¨¦poca dorada del correo electr¨®nico y la llen¨® de mails personales. Los m¨¢s j¨®venes se siguen escribiendo mensajes de amor, pero por otras v¨ªas. ?D¨®nde est¨¢n entonces ahora las cartas de amor? Juana Rubio-Romero admite que no lo sabe, pero tiene una intuici¨®n. ¡°Yo creo que en Instagram o Whatsapp. No creo que vayan a mandar una carta de amor por mail. El mail es un medio de comunicaci¨®n absolutamente formal¡±, insiste. ¡°No es conversacional. Ni amor ni nada, el correo electr¨®nico es un anacronismo para ellos¡±.
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