De la desinformaci¨®n a la superinformaci¨®n: v¨ªdeos de TikTok y fuentes en tiempo real cambian la guerra en Ucrania
Esta revoluci¨®n transforma la inteligencia y puede hacer que Putin pierda una batalla. ?Se disipa la niebla de la guerra?
¡°Creo que fuimos los primeros en ver la invasi¨®n. Y la vimos en una app de tr¨¢fico¡±. A las 3:15 del 24 de febrero, Jeffrey Lewis, un experto en inteligencia de fuentes abiertas, vio un atasco de tr¨¢fico en la frontera rusa con Ucrania, mirando en Google Maps, y lo tuite¨®: ¡°Alguien est¨¢ en movimiento¡±. Eran los rusos.
Hablamos mucho de desinformaci¨®n, pero lo asombroso en Ucrania es la superinformaci¨®n: es ingente lo que sabemos sobre el conflicto, en abierto y en tiempo real.
Lo se?al¨® muy pronto Daniel Johnson, periodista y exoficial de Infanter¨ªa: ¡°Han pasado 24 horas desde que Rusia invadi¨® Ucrania, pero ya tenemos m¨¢s informaci¨®n sobre lo que est¨¢ pasando all¨ª de la que tendr¨ªamos en una semana de la guerra en Irak¡±. En 14 d¨ªas, por ejemplo, la p¨¢gina de Wikipedia sobre el conflicto tiene 26.000 palabras, lectura para dos horas.
Internet y la tecnolog¨ªa est¨¢n disipando la niebla de la guerra, el t¨¦rmino militar que se usa para describir su incertidumbre. Y eso importa por dos motivos: ha cambiado la inteligencia b¨¦lica y podr¨ªa hacerle perder una batalla a Vlad¨ªmir Putin.
Inteligencia para todos
Mucha informaci¨®n relevante en la guerra ya no la aportan esp¨ªas ni sat¨¦lites militares. Son recursos al alcance de cualquiera, como los mapas de tr¨¢fico de Google. Por eso se multiplican los expertos en inteligencia de fuentes abiertas (OSINT), dedicados a recolectar, analizar y tomar decisiones con estos datos.
Una mina de detalles son los cientos de v¨ªdeos que proliferan en redes sociales. Ya cont¨¦ que en TikTok se vio c¨®mo Rusia desplegaba tropas en la frontera antes de invadir Ucrania. Ahora tenemos im¨¢genes de lo que ocurre en el pa¨ªs, cada d¨ªa y en cada ciudad, como los dos tanques que fotografi¨® un vecino de Brovari, desvelando la presencia rusa en la ciudad.
Alrededor de estas im¨¢genes hay un esfuerzo colectivo. Vecinos que desmienten la ubicaci¨®n de un ataque, personas que buscan las coordenadas exactas mirando en Street Maps, y grupos de verificaci¨®n organizados, como Bellingcat o el Center for Information Resilience. Hay expertos que comparte informaci¨®n, analistas, periodistas y organismos como el Instituto de Estudios para la Guerra, que nos ayuda a mapear el avance ruso.
El analista Stijn Mitzer est¨¢ documentando cada foto del equipo ruso destruido o capturado. A fecha de 8 de marzo, contaba 934 piezas de equipamiento, incluidos 148 tanques, con su modelo detallado: T-64BV, T-64AV, T-72B3, etc.
A esto hay que sumar tecnolog¨ªas como las im¨¢genes satelitales que llegan cada noche. Han servido para encontrar un convoy ruso camino de Kiev, se?alar puentes destruidos o mostrar la llegada de nuevas tropas rusas a Bielorrusia. Tambi¨¦n se est¨¢n usando herramientas imprevistas. Un ejemplo son los datos de tr¨¢fico de Google, ahora desactivados; otro, los sat¨¦lites de la NASA que normalmente detectan fuegos forestales, pero que estos d¨ªas nos sirven para ver lugares bajo el fuego de las bombas.
Centro m¨¦dico
y consultas
Edificio
residencial
H
Irpin
25 metros
Guarder¨ªa
Imagen:
Googlemaps
Irpin
Kiev
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H
Irpin
25 metros
Guarder¨ªa
Imagen:
Googlemaps
Irpin
Kiev
Un ejemplo de los ataques sobre civiles que hemos documentado con videos, mapas abiertos y el trabajo de grupos de verificaci¨®n.
?Una batalla que pierde Putin?
Muchos analistas creen que Vlad¨ªmir Putin cometi¨® errores de c¨¢lculo al planear la invasi¨®n. Uno de esos errores, a mi juicio, fue subestimar las consecuencias de un ataque que iba a ser emitido en directo, por gente corriente y celebridades. Gracias a la ubicuidad de las c¨¢maras, a la capacidad de las redes para amplificar, y a ese escrutinio colectivo del que hablaba antes, para Putin ha sido imposible ocultar la realidad del campo de batalla.
Y eso habr¨¢ tenido consecuencias. Si el presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, no hubiese inundado las redes con mensajes de resistencia, ?hubiese cambiado eso la guerra? ?Habr¨ªan sido tan r¨¢pidas y decisivas las sanciones occidentales sobre Rusia si los ciudadanos no hubi¨¦semos visto a estudiantes ucranios que dejaban los apuntes para coger un fusil? Y los bombardeos rusos, ?ser¨ªan peores si Putin no supiese que una hora despu¨¦s del ataque las im¨¢genes de la barbarie recorrer¨¢n el mundo?
En Ucrania hay tambi¨¦n una guerra por la informaci¨®n, de propaganda, si quer¨¦is, que los ucranios van ganando. As¨ª lo describ¨ªa John Thornhill en Financial Times: ¡°Ucrania ha movilizado a la sociedad civil y hay una colaboraci¨®n entre su Estado y la gente. En cambio, el Estado ruso domina casi toda su comunicaci¨®n. Es una competici¨®n entre una red horizontal y una estructura vertical, entre un coro y un meg¨¢fono¡±.
Los l¨ªmites de la informaci¨®n
Por supuesto, ning¨²n tel¨¦fono m¨®vil disipar¨¢ la niebla que envuelve a una se?ora en Kiev, que sale a buscar una farmacia expuesta a las bombas. Tampoco servir¨¢n las redes sociales para suplantar a un corresponsal de guerra, que est¨¢ all¨ª mirando con sus ojos, hablando con la gente y sintiendo su mismo miedo. El periodismo sobre el terreno es una heroicidad ¨²til.
La guerra real es la que ellos ven. Hay algo imp¨²dico en mirarla desde Espa?a, por ordenador, mientras localizas un edificio derruido y lo apuntas en Excel. Llevo haciendo eso 13 d¨ªas. Mirando im¨¢genes de caras borrosas; mirando la web de una guarder¨ªa donde temo que haya pasado una desgracia; viendo las fotos de los ni?os en el patio, que siguen ah¨ª colgadas. Disipar la niebla de la guerra no dignifica. Observarla desde lejos la teatraliza. Pero es dif¨ªcil negar la utilidad de todo esto: las guerras tambi¨¦n son una lucha de informaciones, y ahora mismo hay mucha informaci¨®n desperdigada en internet.
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