De la ¡°erecci¨®n por interacci¨®n¡± al safari de troles: c¨®mo las mujeres pueden combatir el abuso ¡®online¡¯
La investigadora Nina Jankowicz, que acaba de recibir una masiva campa?a de acoso por ocupar un cargo p¨²blico, ha escrito un libro con herramientas y estrategias para que las usuarias puedan sobrevivir en internet
La investigadora y experta en desinformaci¨®n Nina Jankowicz, de 33 a?os, public¨® su libro C¨®mo ser una mujer online en ingl¨¦s en abril. Hab¨ªa sido v¨ªctima de campa?as de acoso y quer¨ªa contar sus estrategias para ayudar a otras mujeres. Entonces no sab¨ªa, sin embargo, que lo peor estaba por llegar.
El 27 de abril fue nombrada directora de una nueva Oficina de Desinformaci¨®n del Gobierno para coordinar amenazas contra EE UU. Cuando lo anunci¨® en Twitter, un l¨ªder de opini¨®n republicano tuite¨® a sus 1,7 millones de seguidores que hab¨ªan creado el ¡°Ministerio de la Verdad¡±. As¨ª empez¨® una campa?a que salt¨® a la televisi¨®n y que llev¨® a ¡°pausar¡± el trabajo de la nueva oficina y a la dimisi¨®n de Jankowicz. ¡°Ni en mis sue?os m¨¢s salvajes pens¨¦ que exist¨ªa la posibilidad de ser el objetivo de una campa?a nacional de acoso¡±, dice por videollamada a EL PA?S desde su casa cerca de Washington.
Here's my official portrait to grab your attention. Now that I've got it: a HUGE focus of our work, and indeed, one of the key reasons the Board was established, is to maintain the Dept's committment to protecting free speech, privacy, civil rights, & civil liberties. ?? pic.twitter.com/C4xiEGfhDt
— Nina Jankowicz (@wiczipedia) April 27, 2022
Jankowicz tambi¨¦n escribi¨® el libro, a¨²n sin traducci¨®n espa?ola, porque hab¨ªa comprobado la diferencia en el acoso online entre hombres y mujeres. ¡°Con un hombre en mi cargo hubiera sido totalmente diferente¡±, dice. ¡°Que yo fuera una mujer joven embarazada que ten¨ªa una presencia online muy s¨®lida era algo que ellos pod¨ªan destrozar¡±. En el libro, Jankowicz explica la diferencia de abuso que reciben dos periodistas que firman una misma historia cuando uno de ellos es mujer y m¨¢s joven.
En un sondeo de Pew Research de 2021 sobre acoso online, un 61 % de las mujeres dice que el acoso en internet es ¡°un problema importante¡±, mientras que el 48 % de los hombres dice lo mismo. Las mujeres que han sido acosadas online tienen m¨¢s del doble de probabilidad que los hombres de decir que est¨¢n ¡°extremadamente o muy molestas¡± por su ¨²ltimo encuentro.
En su texto explica c¨®mo afrontar ataques menos complejos que la campa?a que le llev¨® a cerrar sus cuentas de Instagram y Facebook y mantener una presencia menor en Twitter. Estos son algunos de los puntos clave.
1. ?Por qu¨¦ simplemente no pasas de ellos?
El libro empieza con una descripci¨®n de acoso a una mujer en la vida real, con gente chillando en la calle y amenaz¨¢ndola en el coche. Nadie permitir¨ªa eso, claro. Pero en internet es distinto. Cuando Jankowicz se quejaba a sus familiares tambi¨¦n le dec¨ªan que no prestara atenci¨®n. No es tan f¨¢cil: ¡°No sobrerreacciono, estas cosas me afectan. La primera vez, en 2020, incluso mi marido y mi madre no lo entend¨ªan. Me dec¨ªan: ¡®apaga, no mires¡¯. Si no has pasado por algo as¨ª, es dif¨ªcil imaginar c¨®mo es¡±, explica. ¡°Y pienso especialmente en los hombres, que a menudo son los que me dicen que exagero. No entienden lo que es ser mujer ni sienten esa amenaza visceral¡±, a?ade.
Para entender mejor la magnitud del acoso, en una entrevista en mayo con la radio NPR detall¨® el tipo de insultos que recibi¨® tras ser nombrada: ¡°Hubo acusaciones de que soy transg¨¦nero, conjeturas sobre mi fertilidad, hombres que dec¨ªan que deber¨ªa abandonar asuntos de seguridad nacional e irme a tener beb¨¦s. Tambi¨¦n hab¨ªa una fijaci¨®n con mi embarazo. Que por qu¨¦ aceptar¨ªa un trabajo as¨ª antes de irme de baja por maternidad. O mi aumento de peso, c¨®mo ha cambiado mi cuerpo. Hubo, en t¨¦rminos generales, abuso sexual, que no puedo repetir ahora, pero que es f¨¢cil de imaginar. Hubo amenazas de divulgar mi informaci¨®n personal, lo que lograron, y ahora esos detalles han sido adquiridos por personas que desean hacerme da?o¡±, enumer¨®, en un resumen acelerado.
¡°I don¡¯t think anybody ¨C man, woman, Republican, Democrat ¨C no matter your background, should ever have to endure anything like this¡± @NPR
— Bloomsbury Politics & Area Studies (@BloomsburyPol) July 22, 2022
Read about the consequences of online abuse with @wiczipedia: https://t.co/nslrYtmyHF
Buy the book: https://t.co/Q8h7ct46Ty#CyberSafety pic.twitter.com/mZIkq41SCM
Jankowicz ha comprobado que, aunque hay mucho abuso en redes o p¨¢ginas minoritarias como 8kun o Parler, los acosadores aspiran a que su v¨ªctima lo vea con la esperanza de que le afecte. Y tienen raz¨®n, lo ve y le afecta: ¡°Debo decir que me afecta, como si alguien me dijera algo horrible. Justo esta ma?ana publiqu¨¦ un hilo sobre el coste de tener un beb¨¦ en EE UU, y alguien dijo ¡®oh, es desinformaci¨®n, si¨¦ntete mal por tu hijo con una madre como t¨²'. Y yo pienso: pero si es un beb¨¦ de semanas. No tiene ning¨²n sentido. Pero eso se queda contigo. Y es algo banal comparado con los que me dicen que he cometido traici¨®n y deber¨ªa ser ahorcada¡±, explica.
$32,627.33.
— Nina Jankowicz (@wiczipedia) July 27, 2022
That¡¯s how much it would have cost me to have my baby¡ªincluding my anesthesia, midwifery care, and hospital stay¡ªwithout insurance.
? thread ?
2. Pero tampoco puedes irte de las redes
Jankowicz ha reducido su exposici¨®n, pero hoy ser activa en redes es parte esencial del trabajo de una investigadora. Abandonar no es una opci¨®n. ¡°De alguna manera afectan a mi derecho a trabajar. Sin Twitter no tendr¨ªa la audiencia que tengo para mi trabajo. Ah¨ª es donde he tenido oportunidades de escribir, de hablar, donde me encuentran los miembros del Congreso para invitarme a declarar¡±, dice.
3. La erecci¨®n por interacci¨®n y el safari de troles
?Qu¨¦ inter¨¦s tiene tanta gente en meterse con una mujer como Jankowicz? Hay algo que es estructural: ¡°La misoginia que existe en la sociedad se ve amplificada en las redes porque puedes decir cosas con impunidad. Lo peor que te puede pasar es que pierdas tu cuenta¡±, dice. Pero en los casos de mujeres con una presencia p¨²blica, cuya opini¨®n cuenta y es escuchada, hay algo m¨¢s. Por alg¨²n motivo creen que no deber¨ªan estar ah¨ª, que no saben suficiente: ¡°Creen que si contin¨²an trole¨¢ndote, te desalojar¨¢n de tu lugar en el pedestal, y pasar¨¢n a ser ellos quienes tengan la verificaci¨®n azul y las decenas de miles de seguidores¡±, dice.
Necesito encontrar un pin espec¨ªfico para responder al t¨ªo/los t¨ªos que me corrigen, matizan, aclaran, siempre, cualquier cosa, en cualquier tuit. A veces sobre mi propio trabajo.
— Nikki Garc¨ªa (@nikkigarcia_es) August 11, 2022
Por qu¨¦ lo hacen. Es espantoso.#NotAllMenButAlwaysAMan pic.twitter.com/LOZJpGaGry
En el libro da cinco perfiles de se?ores que suelen interactuar con ella y que conviene dejar de lado. La mayor¨ªa suele sufrir de lo que la columnista australiana Van Badham explica en el libro: la ¡°erecci¨®n por interacci¨®n¡±. As¨ª lo explica Bandham: ¡°Logran que se les ponga m¨¢s dura que nunca en su vida cuando t¨², una famosa, habla, interact¨²a con ellos. Eso significa que t¨² eres al menos igual que ellos, probablemente inferior¡±. ¡°Es dif¨ªcil calmar a hombres con erecci¨®n por interacci¨®n¡±, a?ade Jankowicz.
Gente explic¨¢ndome cosas.
— Luz S¨¢nchez-Mellado ?????? (@luzsmellado) August 11, 2022
Zzz
Los cinco tipos de troles que Jankowicz describe son, uno, el profesor sabelotodo, que siempre sabe un poco m¨¢s que t¨² y usa el mansplaining a menudo; dos, el falso pelota, que elogia a su futura v¨ªctima y que cuando responde simplemente ¡°gracias¡± ya parece implicar que son amigos; tres, el vago, que cree que Google no existe y el deber de esa mujer es explicarle cosas como si fuera la Wikipedia; cuatro, el viejo que solo escribe en may¨²sculas; y cinco, incels y protofascistas, que no dejan sin comentar cualquier aspecto f¨ªsico.
4. La falta de respuestas f¨¢ciles: no bombardees un pueblo
En el libro Jankowicz explica que la mejor opci¨®n a menudo es silenciar: t¨² no lo ves y ¨¦l no lo sabe. Jankowicz los llama ¡±hombres mosquito¡± que siguen zumbando en el vac¨ªo sin saber que son ignorados. Pero muchas veces el bloqueo es inevitable para alguien que es asqueroso, aunque entonces el atacante se entera y puede usarlo para ganar visibilidad. En EE UU, hay una herramienta llamada BlockParty que sirve para bloquear masivamente a gente que usa lenguaje infame.
La respuesta habitual cuando alguien insulta es que ¡°no alimentes su ego respondi¨¦ndole¡±, aunque sea para ridiculizarle. A veces no es tan sencillo. Una opci¨®n que a Jankowicz le gusta usar para criticar p¨²blicamente a sus acosadores es un pantallazo con los datos de usuario ocultos: as¨ª se ven sus mensajes rid¨ªculos sin que saque ning¨²n beneficio de la interacci¨®n. Sin embargo con su fama creciente, ha optado por hacerlo cada vez menos para ¡°no abrir nuevos vectores de ataque¡±.
Otra estrategia a evitar para no parecer demasiado poderosa es evitar re¨ªrse de cuentas sin apenas seguidores, para que no parezca que ¡°arrasas un poblado¡± sin miramientos. Jankowicz recuerda tambi¨¦n la diferencia en c¨®mo se miden las reacciones de hombres y mujeres: ¡°Cuando los hombres se encuentran con un comportamiento que no les gusta, maldicen. Bloquean. Tiran mierda o trolean abiertamente. Y el mundo piensa que son m¨¢s machos por eso. A las mujeres, en cambio, si llaman la atenci¨®n de un comportamiento mucho peor, se nos dice que somos ¡®emocionales¡¯, ¡®d¨¦biles¡¯, ¡¯exageradas¡¯ o ¡®hist¨¦ricas¡±.
5. ?Entonces qu¨¦ puedo colgar?
Jankowicz tuvo una banda de m¨²sica en la universidad que se disfrazaba de Harry Potter. Fotos y v¨ªdeos de la ¨¦poca han sido usados contra ella. Sabe ya que nunca volver¨¢ a aquella inocencia. Pero no solo eso: a menudo vigila si elogia un tuit o un libro de alguien porque puede implicar lanzarle a la jaur¨ªa. Por supuesto, no publica en redes abiertas ninguna foto de su hijo reci¨¦n nacido.
Estas son algunas de las reflexiones que hace antes de publicar: ¡°Pienso, si digo esto, ?c¨®mo lo interpretar¨¢n estos diferentes tipos de personas a quienes les encanta odiarme? A veces no me importa y tiro millas porque me apasiona sacar algo a la luz. Sol¨ªa publicar fotos de caminatas, pero lo hac¨ªa despu¨¦s del hecho para que la gente no supiera que estoy all¨ª. Ahora probablemente ya no lo har¨¦ porque establece un patr¨®n de comportamiento. Otra cosa con la que no he tenido que lidiar todav¨ªa, porque estoy de baja por maternidad, es que voy a volver a dar conferencias. Sol¨ªa anunciarlas y ya no. Es triste para m¨ª porque es una de las cosas que me gustan de mi trabajo, conectar con la gente¡±, dice.
6. Busca comunidades afines
Un gran remedio que Jankowicz encontr¨® para los peores momentos es el de comunidades de mujeres que sufren situaciones parecidas. Tiene un grupo peque?o en los mensajes directos de Twitter y habla a menudo con otras que han sufrido campa?as.
¡°En el grupo somos unas 25¡±, dice. ¡°Esas relaciones han sido muy importantes para m¨ª, y es algo que, cuando asesoro a mujeres j¨®venes, les digo que tambi¨¦n lo hagan, porque nunca se sabe a d¨®nde podr¨ªa llegar. Esas redes de apoyo de personas que lo entienden desde tu perspectiva, donde no tienes que explicarles y crear estas met¨¢foras como he tenido que hacer para las personas en mi vida. Realmente importa¡±, a?ade.
7. Protege tu vida real
Una parte importante del libro est¨¢ destinada a simples estrategias online para proteger cuentas, contrase?as y datos reales esparcidos por internet. Jankowicz paga un servicio que se dedica a borrar su informaci¨®n de p¨¢ginas p¨²blicas. En la ¨²ltima campa?a, por ejemplo, se dio cuenta de que si debiera comprar otra casa lo har¨ªa a trav¨¦s de una empresa para que su nombre no quedara codificado. Son precauciones que hasta ahora no le entraban en la cabeza.
Una de sus reflexiones esenciales es por qu¨¦ solo las mujeres deben soportar el peso del acoso. Ni la polic¨ªa ni las plataformas, a distintos niveles, act¨²an. ¡°En EE UU, dadas las leyes de libertad de expresi¨®n, a menos que existan amenazas cre¨ªbles de violencia, rara vez las mujeres tienen alg¨²n recurso para el acoso online. Y la polic¨ªa no est¨¢ preparada para lidiar con esto. Te dicen: ?qu¨¦ quieres que haga? Esta persona podr¨ªa estar en Tombuct¨²¡±, lamenta.
Luego est¨¢n las empresas de redes sociales: ¡°Se benefician de este contenido realmente indignante. Es falta de motivaci¨®n econ¨®mica. Saben que deber¨ªan hacerlo, pero ganan dinero con el contenido asqueroso porque mantiene a los usuarios atrapados¡±, explica. Y el problema es que en su carrera solo ha visto las cosas ir a peor, en unas redes, dice, creadas b¨¢sicamente por y para hombres: ¡°Est¨¢ empeorando. Nuestras democracias son las que sufren y la representaci¨®n de las mujeres en las comunidades marginadas de la sociedad¡±, a?ade.
Puedes seguir a EL PA?S TECNOLOG?A en Facebook y Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.