La digitalizaci¨®n musical: una cooperaci¨®n de ¨¦xito
Con la ayuda de la inform¨¢tica, la musicolog¨ªa puede dar un paso m¨¢s en la difusi¨®n del patrimonio y en la investigaci¨®n musical
La digitalizaci¨®n de partituras musicales es un proceso largo y complejo que se lleva estudiando desde hace relativamente poco tiempo si lo comparamos con el procedimiento para documentos textuales. Por ello, digitalizar una partitura entra?a varios retos: por un lado, la m¨²sica puede anotarse en diferentes niveles de abstracci¨®n: en la m¨²sica no solo se trata de plasmar una nota, sino tambi¨¦n todos los par¨¢metros que acompa?an a la partitura, como su duraci¨®n, tono, matices, tempo, clave, etc. Por una parte, est¨¢ el sonido en s¨ª, pero, por otra, prima c¨®mo se presenta en la cabeza del compositor y su forma de entenderla, ya que existen varios niveles desde que el compositor idea una melod¨ªa hasta que el p¨²blico la escucha primera vez.
Por otro lado, hay que tener en cuenta las diferentes versiones entre las que habr¨¢ que decidir a la hora de digitalizar, como puede ser el criterio propio del compositor y/o del editor con respecto a la obra. En la m¨²sica antigua, por ejemplo, observamos que no podemos tener un acceso directo a ella, sino en una edici¨®n o traducci¨®n moderna, por lo que habr¨¢ versiones m¨¢s subjetivas que otras, dado que el editor puede decidir qu¨¦ representar en la partitura de una manera concreta. Pero, ?cu¨¢l es la edici¨®n perfecta? Por supuesto, no es una que haya sido transcrita pensando en nuestro sistema moderno, como si la pieza original hubiera sido compuesta como tal. Por consiguiente, la edici¨®n cr¨ªtica musical es una de las mayores preocupaciones para los music¨®logos. A lo largo del siglo XXI, los editores musicales han intentado presentar ediciones neutrales para no responsabilizarse, por ejemplo, de una opini¨®n subjetiva de lo que quiere decir un signo un poco borroso en una partitura.
Debido a esta problem¨¢tica, la representaci¨®n musical por escrito es un fen¨®meno complejo que ha ido evolucionando en las ¨²ltimas d¨¦cadas con la finalidad de afianzar un sistema ¨®ptimo y est¨¢ndar en el mundo de la digitalizaci¨®n musical. Pero no ha resultado tarea sencilla, ya que se han creado decenas de aplicaciones de este tipo sin reglas est¨¢ndar ni especificaciones concretas. Igualmente, estas aplicaciones tampoco son compatibles entre s¨ª. No obstante, actualmente nos encontramos con dos de las mejores iniciativas y m¨¢s extendidas en el mundo de la digitalizaci¨®n musical: MusicXML y MEI.
MusicXML es una iniciativa creada por Michael Good en el a?o 2004. Como ¨¦l mismo explica, es un formato est¨¢ndar para representar la notaci¨®n musical desde el siglo XVII hasta la actualidad y se basa en el lenguaje de marcado extensible XML (un lenguaje de etiquetas que nos permite identificar los diferentes elementos del contenido que estamos digitalizando, lo cual nos facilitar¨¢ localizarlos autom¨¢ticamente despu¨¦s). MusicXML ha conseguido representar tanto m¨²sica acad¨¦mica como popular. Adem¨¢s, MusicXML pretende que esta herramienta pueda anotar tambi¨¦n la m¨²sica antigua y la m¨²sica atonal (m¨²sica que carece de tonalidad). Por su parte, MEI (Music Encoding Initiative) es un lenguaje de marcado est¨¢ndar extensible que deriva directamente de TEI (lenguaje de etiquetas utilizado para codificar cualquier tipo de estructura textual) y se utiliza para la anotaci¨®n de textos musicales en el ¨¢mbito digital. Gracias a ser un lenguaje muy flexible y amplio que abarca cualquier tipo de obra, estilo o ¨¦poca, se ha convertido en un claro referente de la documentaci¨®n musical digital.
Mientras que MEI tiene como objetivo crear un marco para la codificaci¨®n de datos musicales y permitir un an¨¢lisis basado en el contenido, MusicXML pretende ser un formato de intercambio, es decir, es un c¨®digo de representaci¨®n de datos y metadatos de manera gen¨¦rica. Empero, a modo de similitud, los dos soportan bastante informaci¨®n de la partitura musical, como son las barras, posici¨®n de la plica, instrumentaci¨®n, ligaduras¡ y proporcionan recomendaciones y est¨¢ndares de reglas comunes para la creaci¨®n y gesti¨®n de partituras en formato digital. Un estudio detallado de estas tecnolog¨ªas, incluyendo el proceso de digitalizaci¨®n de una partitura y propuestas de mejora para conseguir un ¨²nico lenguaje est¨¢ndar, fue llevado a cabo por la autora como Trabajo de Fin de M¨¢ster en el M¨¢ster de Letras Digitales de la Universidad Complutense de Madrid.
Aunque ambos programas han supuesto un gran avance para la digitalizaci¨®n musical de partituras, a¨²n queda mucho camino por recorrer para crear un ¨²nico lenguaje est¨¢ndar que reconozca todo el corpus que contiene la m¨²sica. Por ejemplo, ninguno de estos sistemas permite crear una nueva regla para casos concretos, lo que los hace muy r¨ªgidos e impide registrar las particularidades. Si se consiguiera una forma de codificar no solo las notas, sino tambi¨¦n otros aspectos de la m¨²sica como marcas de tempo, claves, armaduras, reguladores, indicaciones de los propios compositores o, incluso, m¨²sica dodecaf¨®nica o m¨²sica modal del siglo XX, conseguir¨ªamos preservar la informaci¨®n de manera m¨¢s fiel.
A pesar de todas estas dificultades, las bibliotecas contin¨²an desarrollando multitud de proyectos de digitalizaci¨®n, lo cual ha conseguido aumentar notablemente las visitas a sus p¨¢ginas web y archivos. Aunque todav¨ªa queda mucho camino por conseguir en el terreno de la digitalizaci¨®n musical, existen proyectos, como los de la Biblioteca Nacional de Espa?a, que auguran un futuro prometedor.
Nieves Gonz¨¢lez Gil es music¨®loga y ling¨¹ista.
Cr¨®nicas del Intangible es un espacio de divulgaci¨®n sobre las ciencias de la computaci¨®n, coordinado por la sociedad acad¨¦mica SISTEDES (Sociedad de Ingenier¨ªa de Software y de Tecnolog¨ªas de Desarrollo de Software). El intangible es la parte no material de los sistemas inform¨¢ticos (es decir, el software), y aqu¨ª se relatan su historia y su devenir. Los autores son profesores de las universidades espa?olas, coordinados por Ricardo Pe?a Mar¨ª (catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid) y Macario Polo Usaola (profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha).
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