La incredulidad se instala en ¡®Supervivientes¡¯
Los propios colaboradores de Telecinco ponen en duda la autenticidad de un flirteo
La fantas¨ªa l¨¦xica que hay en los realities de Telecinco es sorprendente. Con Gran Hermano consagraron la expresi¨®n edredoning para referirse al acercamiento ¨ªntimo de una pareja. Los protagonistas est¨¢n vigilados por las c¨¢maras, nocturnas si conviene, y protegen con un edred¨®n una intimidad que, con su permiso, saben vulnerada¡ muchas veces para no hacer lo que el espectador se imagina que hacen. De aqu¨ª viene el neologismo que se ha incorporado al vocabulario de la audiencia de Telecinco. Un concepto festivo si no se produce la grav¨ªsima deriva de abusos sexuales que estudian los tribunales. Ahora, con Supervivientes, m¨¢s que una sin¨¦cdoque se utiliza una met¨¢fora para referirse a la misma circunstancia. Se habla de que han hecho una carpeta, un carpetazo. Ser¨ªa realmente dif¨ªcil exportar a una playa de Honduras el concepto elaborado en Gran Hermano. Abriga demasiado. Para alegr¨ªa de la audiencia ya ha habido una carpeta entre Hugo Sierra e Ivana Icardi.
La rapidez con que se ha producido, al poco de llegar a la isla, casi sin tiempo para intimar, hace pensar en una t¨¢ctica de los dos protagonistas del episodio para dar lo que se quiere de ellos. Y son una pareja experimentada. Ella intervino en el Gran Hermano italiano del a?o pasado y es la ex de un compatriota, Gianmarco, que ahora tambi¨¦n deambula por Telecinco. ?l ha ganado un GH local y desde el inicio del actual Supervivientes es uno de los platos fuertes cocinados por Telecinco porque lo han hecho coincidir en el programa con su exsuegra. Para rematar la escena, Gianmarco sale con la ex de Hugo, ganadora del ¨²ltimo GH. Empieza a haber una llamativa endogamia en la familia de Mediaset. En Navidad no cabr¨¢n en ninguna casa, de tantos que son y de tanto como se necesitan, para pelearse, para enamorarse o para simularlo.
Pero lo m¨¢s llamativo de todo no es que ellos puedan hacer teatro, sino que en los programas de la propia Telecinco m¨¢s de un colaborador se dedica a difundir la sospecha. ¡°Es una pel¨ªcula, no me creo nada¡±, coment¨® otra concursante, Yiya. Por su parte, Joaqu¨ªn Prat, en el programa de Ana Rosa y viendo ¡°el carpetazo m¨¢s precoz de la historia de Supervivientes¡±, afirm¨® sin tapujos que era un montaje, una mentira, una tomadura de pelo. El propio Gianmarco, que de esto sabe lo suyo, tuiteaba que solo hab¨ªan pasado cuatro d¨ªas y ya ten¨ªa que ver ¡°esa payasada¡± que considera una broma de carnaval. Realmente, la pareja ha forzado la veracidad dando a la historia una velocidad inapropiada.
Y en S¨¢lvame no tienen problema para decir que ¡°es una construcci¨®n para el reality¡± y llegan a reconocer que ¡°necesitamos estos contenidos¡±, agradeciendo impl¨ªcitamente la comedia a la pareja. En su campa?a de refuerzo de Supervivientes, el programa de la tarde no escatima en titulares llamativos. Por ejemplo: ¡°Su enamoramiento nos huele mal¡± o, reproduciendo la expresi¨®n de una concursante, ¡°abrimos el caj¨®n de la mierda¡± (sic). Parece ser que no hay un mortal que crea en la verdad de la relaci¨®n. Y si la propia Telecinco permite manifestaciones tan contundentes sobre la falsedad sentimental de los apareamientos en sus realities es se?al de que la audiencia no pide autenticidad. Quiere que le cuenten un cuento.
Por esta misma raz¨®n, ha acabado en nada un juicio de los colegas de Lydia Lozano a la colaboradora de S¨¢lvame que han hecho durar d¨ªas y d¨ªas porque dio una falsa noticia rosa contaminada por una fuente. El error es una minucia si, sobre todo, se compara con el terrible desliz que cometi¨® en 2005 (dando por viva a la hija desaparecida de Al Bano y Romina Power). Pero este patinazo rosa ha servido para organizar un sacramental con la Lozano de culpable y m¨¢rtir llorosa. A pesar de las apariencias, no se persegu¨ªa una mala pr¨¢ctica profesional, era como un sacrificio ritual. La prueba es que Lozano sigue en la emisora. El gancho estaba en el espect¨¢culo de la reparaci¨®n de una equivocaci¨®n sobre un asunto menor pero que, parece ser, es de gran importancia en el mundo rosa. No por eso el espectador se fiar¨¢ menos de lo que digan. Porque no se trata de que se lo crea. Se trata de entretener con la construcci¨®n de un juguete lleno de desamores, infidelidades, peleas, reconciliaciones¡ de una galer¨ªa de personajes c¨®mplices. Una construcci¨®n, eso s¨ª, con algunos arquitectos muy profesionales.
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