David Simon: ¡°Trump no cree en nada. Y le odio por ello¡±
La nueva serie del guionista, ¡®La conjura contra Am¨¦rica¡¯, es una distop¨ªa basada en el libro de Philip Roth en la que el antisemitismo gobierna Estados Unidos
David Simon suda, como todos. Es una calurosa tarde de finales de julio en New Orange, un municipio de Nueva Jersey que parece sacado de una pintura de Edward Hopper. En medio de dos casas, agazapado, hay un combo de rodaje desde el que el creador de The Wire observa dos pantallas negras. En una mano tiene un iPhone viejo que no deja de revisar. En la otra, una servilleta marr¨®n con la que peri¨®dicamente se seca el sudor de la frente. Es un d¨ªa nublado y bochornoso, y a su alrededor el equipo de rodaje de La conjura contra Am¨¦rica mira al cielo, temeroso de una lluvia que amenaza pero no termina de llegar.
"Antes de Lindbergh pens¨¢bamos tener un hijo. Ahora ya no s¨¦ qu¨¦ va a ser lo siguiente¡¡±, dice la actriz Zoe Kazan en la pantalla. Dos mujeres vestidas como dictaba la moda durante los a?os cuarenta hablan en el s¨®tano de la casa. Son jud¨ªas y temen la deriva que el Gobierno estadounidense ha tomado desde que el aviador Charles Lindbergh, antisemita y contrario a la intervenci¨®n norteamericana en la Segunda Guerra Mundial, se hiciera con la presidencia de los Estados Unidos y aplicara pol¨ªticas de separaci¨®n y reeducaci¨®n a los jud¨ªos. Aquello, por si no lo recuerdan, pas¨® en 1940.
¡°Veremos una toma m¨¢s y luego podemos hablar tranquilamente, ?ok?¡± dice Simon gir¨¢ndose ¡ªgirando sus ojos grises y hundidos¡ª hacia los cuatro periodistas que HBO ha invitado al rodaje de la que es su s¨¦ptima colaboraci¨®n con la cadena que cambi¨® la televisi¨®n para siempre. En La conjura contra Am¨¦rica, que HBO Espa?a estrena el 17 de marzo, se enfrenta a un material ajeno (la novela de Philip Roth ¡ªnombre tambi¨¦n del protagonista¡ª publicada en 2004) y a un g¨¦nero nuevo, la distop¨ªa: de repente, en plena Segunda Guerra Mundial, una celebridad ajena al mundo de la pol¨ªtica se hace con la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos. Con mensajes simples y una campa?a muy personalista que divide a la poblaci¨®n entre ¡°nosotros¡± y ¡°ellos¡±, consigue hacerse con la presidencia sin que ning¨²n sondeo pudiera predecir su victoria. Evidentemente, el material refleja una situaci¨®n que, rodada a d¨ªa de hoy, se convierte en una carga de profundidad contra la actual Administraci¨®n estadounidense.
¡°El se?or Roth nos pidi¨® pocas cosas cuando nos reunimos con ¨¦l. La primera fue que no us¨¢ramos el apellido Roth en la serie¡±, explica Simon, ya sentado en el sal¨®n de una de las casas del rodaje. ¡°La segunda cosa fue que nunca olvid¨¢ramos lo que es y representa la familia protagonista: jud¨ªos r¨¢pidamente asimilados al estilo de vida norteamericano¡±. ¡°Y la tercera fue: 'est¨¢s aqu¨ª sentado porque un populista ha alcanzado la presidencia. Pero ten en cuenta que no son la misma persona. Lindbergh era un h¨¦roe absoluto. Era fundamentalmente un hombre extraordinario que se convirti¨® en leyenda. Trump es todo lo contrario¡±.
David Simon ha dicho por primera vez la palabra Trump y ya no soltar¨¢ a su presa durante la conversaci¨®n. El protagonista, el peque?o Philip, dice una frase lapidaria en un momento de la novela: ¡°Lindbergh fue el primer americano vivo a quien yo aprend¨ª a odiar¡±. ?Cree Simon que hoy hay ni?os estadounidenses pensando eso del presidente actual? ¡°Bueno¡ un d¨ªa me sent¨¦ con Kissinger en un restaurante. Y lo pens¨¦. Pens¨¦: odio a este tipo. Quiero decir con esto que hay bastante gente en la vida americana que puede no gustarte¡±, explica el escritor, pasando sus manos sobre su frente y desliz¨¢ndolas hasta la nuca, como Brando en Apocalypse Now. ¡°S¨¦ que la palabra odio es grande¡ pero, s¨ª, yo odio a Donald Trump. Odio lo vac¨ªo que est¨¢ y lo peligroso que es para Estados Unidos y para el mundo. Trump no cree en nada m¨¢s all¨¢ de Trump. Es un soci¨®pata que no tiene conciencia de su comportamiento, y odio lo que le est¨¢ haciendo a mi pa¨ªs¡±.
Tras un silencio, reconoce las implicaciones de la serie: ¡°Hago una historia que se solapa a lo que vivimos en lo que respecta a la din¨¢mica del populismo y del miedo. La din¨¢mica que usa Lindbergh como combustible pol¨ªtico en este 1940 es la misma que us¨® Trump ahora. Es el mismo populismo. El Lindbergh del libro de Roth us¨® a los jud¨ªos; Trump, a los inmigrantes¡±, analiza antes de hacer una pausa y mirar a los ojos a sus interlocutores. ¡°Pero no puedo escribir a Trump. He de escribir a Lindbergh¡±, explica. O lamenta.
La conjura contra Am¨¦rica supone (tras la mencionada de The Wire, The Corner, Generation Kill, Treme, Show me a Hero y The Deuce) la s¨¦ptima colaboraci¨®n del escritor con la cadena. Un trabajo de casi dos d¨¦cadas (The Corner es del a?o 2000) que Simon resume en pocas y concisas palabras: ¡°Todo es pol¨ªtico. Todo lo que hago para HBO es pol¨ªtico. Y antes, como periodista, tambi¨¦n: en mi trabajo siempre ha de haber una premisa pol¨ªtica¡±. Y a?ade tambi¨¦n una clave de su nueva serie: ¡°La verdad es que la din¨¢mica de Trump es tan r¨¢pida y tan vergonzosa que si intentas escribir de Trump directamente, probablemente fracases. Pero hacerlo a trav¨¦s de este trabajo, s¨ª es posible¡±.
?Y no le preocupa perder espectadores por ese posicionamiento? Hablando en plata: que los partidarios republicanos directamente huyan de su ficci¨®n. ¡°Bueno¡ Nadie nunca ve mis series cuando se est¨¢n emitiendo ¡ªdice entre risas¡ª. Lo ¨²nico que puedo hacer es agachar la cabeza, contar las historias que quiero contar y hacerlo lo mejor que pueda¡±. Y casi sin querer pone los pies sobre la mesa de madera que tiene delante. ¡°Eso es todo lo que puedo hacer. Si te gusta Trump y crees que es lo mejor del mundo, probablemente no ver¨¢s esta serie¡±.
?C¨®mo ve Simon, descendiente de jud¨ªos, la situaci¨®n actual de los jud¨ªos en Estados Unidos? ¡°Yo me muevo en los c¨ªrculos que me muevo¡ la mayor¨ªa de los jud¨ªos con los que trato no apoyan a Trump, claro¡ pero lo cierto es que hay parte de los jud¨ªos americanos que ha sido cooptada por Trump y el conservadurismo, por la posici¨®n de Israel y de Netanyahu¡±. As¨ª, no duda en afirmar que siente ¡°verg¨¹enza de los jud¨ªos que apoyan esta Administraci¨®n, y que ven c¨®mo se trata a la gente que huye de Honduras o Siria; gente en pa¨ªses donde son humanos vulnerables, y que solo quiere llegar a un lugar mejor¡±, explica. ¡°Porque la gente que mejor deber¨ªa entender esto son¡ los jud¨ªos¡±.
?Pol¨ªticamente es optimista? ¡°No¡±. En tiempo de primarias, ?apoya a alg¨²n candidato? ¡°A cualquier dem¨®crata¡±. Y respira hondo y analiza en voz baja y mirando al suelo su pesimismo: ¡°En realidad, creo que no conf¨ªo en la estructura. No tengo fe en este Gobierno haciendo nada. La mayor parte de los americanos creo que tenemos problemas de confianza con la estructura constitucional¡±.
Despu¨¦s de repasar a los actores, que van desde los ni?os protagonistas a Winona Ryder o John Turturro ¡ª¡°las actuaciones son alucinantes. Entienden el libro y lo que estamos haciendo. Est¨¢n orgullosos de lo que queremos contar¡±¡ª, y tras casi hora y media de conversaci¨®n, Simon vuelve a recordar su ¨²ltima charla con Philip Roth, fallecido en mayo de 2018 sin poder ver el rodaje de la serie (y sin Premio Nobel de Literatura). ¡°Ahora lamento no haberle pedido que me firmara Pastoral americana¡±, explica meneando la cabeza. ¡°Pero un periodista no hace eso, ya sab¨¦is. Es inapropiado, luego te sientes mal¡¡±, apunta con una mueca de tristeza mientras pone despacio toda su envergadura en pie. ?Y qu¨¦ hace el que firma estas l¨ªneas? Pues, l¨®gicamente, esconde con disimulo en su mochila el cuaderno que ya ten¨ªa preparado para el aut¨®grafo.
Un proyecto en clave personal
Poco dado a sentimentalismos, David Simon confiesa, sin embargo, algo profundo: ¡°Cuando me embarqu¨¦ en este proyecto, no hab¨ªa pensado tambi¨¦n en que esto era una oportunidad de escribir sobre mis padres y su tiempo¡±. Se refiere a la generaci¨®n posterior a la de los inmigrantes. ¡°Una generaci¨®n en la que hab¨ªa poes¨ªa. Y tambi¨¦n humor¡±. Uno de los primeros recuerdos de su padre es que, cuando ten¨ªa siete a?os, Max, su abuelo, lo llev¨® en 1927 a Manhattan para subirlo en sus hombros y ver a Lindbergh despegar hacia Par¨ªs. ¡°Fue un acontecimiento, y Lindbergh fue su primer h¨¦roe¡±. Un h¨¦roe que, aunque no lleg¨® a presidente, en la vida real s¨ª coquete¨® con el nazismo, y por ello ¡°sus ideas pol¨ªticas fueron tan dolorosas para mi padre¡±.
En 1977 Bernie Simon fue reh¨¦n en un ataque de la secta musulmana Hanafi en Washington D. C. ¡°Mi padre era una de las diez personas mayores que escogieron para alimentar al resto de rehenes. Tambi¨¦n, les dijeron que ser¨ªan los primeros en morir¡±, cuenta Simon. ¡°Tras muchas horas de encierro y negociaci¨®n, el hotel Hilton envi¨® s¨¢ndwiches de carne en conserva en pan blanco con mayonesa para alimentar a los rehenes¡±. Los jud¨ªos no tienen prohibido el pan blanco, pero tradicionalmente usan pan de centeno, sin mayonesa. Bernie Simon acerc¨® un pedazo de comida a la boca de otro jud¨ªo maniatado que lo mir¨® con extra?eza. ¡°?Pan blanco? ?mayonesa?¡±, pregunt¨® el hombre. Bernie Simons mene¨® la cabeza y se encogi¨® de hombros: ¡°Intentan matarnos¡±. Simon no puede evitar re¨ªr. ¡°?Es la frase m¨¢s graciosa de la historia de mi padre! En una situaci¨®n tan terrible¡ y todos los rehenes empezaron a desternillarse¡±. ¡°Inclu¨ª esa frase en la serie, claro. Del montaje final pueden desaparecer muchas cosas, pero no esa frase¡±.
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