¡®La casa de papel¡¯: Demasiado tiempo confinados
No se puede decir que la serie no se haya mantenido fiel a s¨ª misma. Mantiene las mismas fortalezas y las mismas debilidades
La poblaci¨®n de medio mundo lleva semanas encerrada en casa. La cuarentena se vuelve larga. Pero los que parece que lleven media vida entre cuatro paredes son los ladrones de La casa de papel. Los dos confinamientos, el de la vida real y el de la ficci¨®n, tendr¨¢n un final, por supuesto. Pero los dos se hacen demasiado largos.
No se puede decir que La casa de papel no se haya mantenido fiel a s¨ª misma. Desde el principio, ha tenido las mismas fortalezas y las mismas debilidades. Las dos primeras entregas, las que s...
La poblaci¨®n de medio mundo lleva semanas encerrada en casa. La cuarentena se vuelve larga. Pero los que parece que lleven media vida entre cuatro paredes son los ladrones de La casa de papel. Los dos confinamientos, el de la vida real y el de la ficci¨®n, tendr¨¢n un final, por supuesto. Pero los dos se hacen demasiado largos.
No se puede decir que La casa de papel no se haya mantenido fiel a s¨ª misma. Desde el principio, ha tenido las mismas fortalezas y las mismas debilidades. Las dos primeras entregas, las que se emitieron en Antena 3 y se volvieron un repentino ¨¦xito mundial en Netflix, ten¨ªan momentos de adrenalina pura con unos personajes cuyas motivaciones era imposible no comprender. La mezcla de acci¨®n desenfrenada y drama emocional funcionaba muy bien. Visualmente, La casa de papel era (y es) un ca?¨®n, con un uso del color, de la luz y la iconograf¨ªa que la hace reconocible en cualquier parte del mundo, se hable el idioma que se hable. En su paso a Netflix, con dos nuevas tandas de cap¨ªtulos despu¨¦s de que el primer atraco tuviera un final cerrado, ha mantenido y reforzado esa apuesta est¨¦tica y la buena conjunci¨®n con la m¨²sica que le acompa?a, muy bien ejecutados desde la direcci¨®n. Personajes carism¨¢ticos y di¨¢logos repletos de frases ideales para ser estampadas en camisetas hicieron el resto. Adem¨¢s de ese factor misterioso que nadie sabe qu¨¦ es y que convierte unas series en ¨¦xitos mientras que deja a otras sepultadas por la marea de contenido.
Tras ver cuatro cap¨ªtulos de los ocho que llegan este viernes a Netflix, tambi¨¦n se constata que La casa de papel vuelve a tropezar con las mismas piedras que en su primera etapa. Entonces, como ahora, ya tuvo altibajos en el desarrollo de la historia, con un tramo central demasiado alargado. El arranque de la cuarta entrega retoma la historia en el punto en el que se qued¨®: los ladrones dentro del Banco de Espa?a pasando por momentos complicados y una de ellos, Nairobi, al borde de la muerte, mientras El Profesor sigue creyendo que Lisboa ha muerto a manos de la Polic¨ªa, cuando en realidad solo est¨¢ retenida. Pero muestra s¨ªntomas claros de desgaste una historia que ya se va alargando demasiado y a la que le cuesta cada vez m¨¢s sorprender al espectador, que ya sabe de qu¨¦ son capaces unos y otros. Los robos, tanto el de la F¨¢brica de Moneda y Timbre como el del Banco de Espa?a, se han alargado durante demasiados cap¨ªtulos. Tampoco parece que a estas alturas tenga mucho sentido mantener los flashbacks de Berl¨ªn, El Profesor y Palermo m¨¢s all¨¢ de poder seguir contando con el personaje de Pedro Alonso.
La casa de papel, como ?lite hace unas semanas, llega a Netflix en el mejor momento, con millones de personas encerradas en sus casas y locas por tener un entretenimiento al que engancharse. El bombazo, en cualquier caso, est¨¢ asegurado.