Honra
Me pregunto si la gente normal siente alg¨²n inter¨¦s ante el repulsivo circo que est¨¢n montando. Solo me atrae la pol¨ªtica cuando Shakespeare me habla de ella
Es muy cruel el esperpento y la vileza cong¨¦nita que est¨¢ ofreciendo esa cosa tan sucia llamada pol¨ªtica. Me pregunto si la gente normal, a la cual ellos ignoran o desprecian aunque vivan de ella (?existen los ERTE para la clase pol¨ªtica, corre el m¨¢s remoto peligro su sueldo?), siente alg¨²n inter¨¦s ante el repulsivo circo que est¨¢n montando. Solo me atrae la pol¨ªtica cuando Shakespeare me habla de ella.
Vuelvo a ver la extraordinaria adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica que hizo Mankiewicz de Julio C¨¦sar. Marco Antonio, en un discurso diab¨®lico, logra que la plebe, un minuto antes enfervorizada con la justificaci¨®n que ha hecho Bruto del asesinato de C¨¦sar, cambie en poco tiempo su opini¨®n sobre el magnicidio. Y remata su seducci¨®n con algo infalible. Informa al pueblo de que C¨¦sar se acord¨® de ¨¦l en su testamento, que lega un mont¨®n de denarios a los ciudadanos de Roma. A partir de ah¨ª, los agradecidos oyentes exigen que le corten la cabeza a Bruto. El ministro Marlaska, despu¨¦s de destituir a los jefes de la Guardia Civil por un informe (?torticero?) en el que su gesti¨®n sale malparada, le asegura a los Cuerpos de Seguridad del Estado que desde este mes aumenta su n¨®mina en un 20%. Es soez y barato. ?Tal vez eficaz? Pero no puedo evitar el ataque de hilaridad cuando un sindicato de la Benem¨¦rita saca un comunicado en el que afirma algo tan calderoniano como: ¡°Ni todo el oro del mundo puede comprar nuestra honra¡±. Mi frivolidad y mi desconocimiento se preguntan en qu¨¦ consiste eso tan enf¨¢tico de la honra. Tengo c¨ªnicas dudas, constatando la historia de la humanidad, de que todo el oro del mundo no pueda comprar lo que le d¨¦ la gana.
Y mientras tanto seguimos con acusaciones de marquesado y de paternidad terrorista. El nivel es cochambroso. Y lo que nos falta por escuchar.
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