Robinson
Ver el f¨²tbol en la televisi¨®n con esos estadios vac¨ªos me provoca una notable indiferencia y un ligero sopor. Ser¨ªa m¨¢s llevadero si los comentara Michael Robinson, o¨ªrle era un lujo
Desde hace tiempo me percato de que estando en el campo de f¨²tbol puedo desconectar del partido durante prolongado tiempo. Pensar en mis movidas aunque sean ensordecedores el ruido y la pasi¨®n que me rodean. Por supuesto, eso no me ocurrir¨ªa jam¨¢s si en el c¨¦sped estuvieran jugando Messi, Zidane, Maradona, gente as¨ª, hipn¨®tica y genial. Si esa involuntaria capacidad de abstracci¨®n me ocurre viendo el f¨²tbol en su ambiente natural, imag¨ªnense lo que me pasa cuando es televisado en estadios vac¨ªos. Lo que he visto hasta el momento me provoca una notable indiferencia y un ligero sopor. Es probable que a los jugadores tambi¨¦n les ocurra algo extra?o. Supongo lo que deben de sentir los actores representando obras en teatros sin p¨²blico.
Y te preguntas por las razones de que el distanciamiento que nos exigen a los mortales para burlar al monstruo no exista en el permanente contacto f¨ªsico que marca el f¨²tbol. Alguien me responder¨ªa aquello tan antiguo y obvio de: ¡°Es la econom¨ªa, est¨²pido¡±. O sea, el negocio colosal que supone para algunos. No creo que los dirigentes hayan perdido el sue?o pensando en la adicci¨®n de los futboleros, sino recordando los multimillonarios contratos con las televisiones.
Estoy seguro de que estos rar¨ªsimos partidos ser¨ªan m¨¢s llevaderos si los comentara Michael Robinson. O¨ªrle supon¨ªa un lujo. Por su conocimiento, su sentido del humor, su distinci¨®n, su gracia. Este admirable se?or sab¨ªa mucho de muchas cosas, imprimi¨® su inconfundible sello en mod¨¦licos programas deportivos, era un placer impagable beber con ¨¦l (algo que solo hay que hacer en buena compa?¨ªa o en soledad), repasar lo humano y lo divino al lado de su talento narrativo, su iron¨ªa, su elegancia interna, su muy peculiar lenguaje, su experiencia en tantas batallas. Bendito seas, Michael. La vida y el tratamiento del deporte siempre tendr¨¢n una deuda contigo.
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