Risas
Ya era hora de que el Premio Nacional de Televisi¨®n coronara a un creador de humor
Desayuno con su vi?eta y el trago de caf¨¦ se torna tan amargo como necesario. Es el ¨²nico editorial en el que creo, me fascina, me conmueve. Utiliza permanentemente el sarcasmo y la ira ante el estado de las cosas, tambi¨¦n la compasi¨®n. Es un humorista que te congela la risa y despierta el rictus. Est¨¢ m¨¢s all¨¢ del elogio. Su seud¨®nimo es El Roto. Consecuentemente los protagonistas de su universo son gente rota y tambi¨¦n los miserables que manejan el planeta. El martes un inconsolable perdedor fijaba su vista en el suelo y susurraba: ¡°Pido un trabajo y me ofrecen ayuda psicol¨®gica. Creen que estoy loco¡±. Y siento a?oranza de Forges, me pregunto qu¨¦ dir¨ªan, pensar¨ªan y har¨ªan sus personajes en esta ¨¦poca atroz. Seguro que me provocaba la sonrisa y la ternura. Lo que poseen estos dos artistas no se llama talento, sino genialidad.
A diferencia de tanto personal que se ha sentido acompa?ado y entretenido a lo largo de su existencia por la televisi¨®n, yo hubiera podido prescindir de este aparato. Con excepciones, claro est¨¢. Por ejemplo, me ha hecho re¨ªr mucho en ocasiones y arrancarte ese gesto posee un valor incalculable. Lo hicieron en el pasado c¨®micos tan originales y surrealistas como Gila, Tip y Coll, aquel cuentachistes tan l¨²gubre como inquietante llamado Eugenio, algunos sketches memorables de Martes y Trece, Tony Leblanc, gente as¨ª.
Y me sigue generando esa sensaci¨®n Broncano (ya s¨¦ que es dios para los delincuentes del botell¨®n, tan j¨®venes y despreciativos ellos), Wyoming (aunque preferir¨ªa que un improvisador tan brillante como ¨¦l se saltara de vez en cuando los guiones que le escriben) y Andreu Buenafuente. Este ¨²ltimo ha conseguido el Premio Nacional de Televisi¨®n. Ya era hora de que coronaran a un creador de risa. Falta nos hace en medio del desasosiego.
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