Elena Irureta y Ane Gabarain: ¡°Si llegamos a saber la repercusi¨®n de ¡®Patria¡¯, habr¨ªamos ido aterradas a trabajar¡±
Las actrices describen c¨®mo fue rodar el abrazo m¨¢s ic¨®nico de la televisi¨®n espa?ola reciente
Hace hoy una semana se emit¨ªa una escena tan poderosa que se ha hablado de ella durante los siete d¨ªas siguientes. La del abrazo ¡ªfurtivo, t¨ªmido, inevitable¡ª entre Bittori y Miren, las sufridas protagonistas de Patria (HBO Espa?a). Con ese gesto, la enconada rivalidad entre las dos mujeres, heridas cada una desde un extremo del conflicto vasco, quedaba matizada y la serie m¨¢s esperada del a?o, concluida con sobresaliente alto para sus muchos fieles. Quien tambi¨¦n habl¨® del abrazo durante estos d¨ªas fue ...
Hace hoy una semana se emit¨ªa una escena tan poderosa que se ha hablado de ella durante los siete d¨ªas siguientes. La del abrazo ¡ªfurtivo, t¨ªmido, inevitable¡ª entre Bittori y Miren, las sufridas protagonistas de Patria (HBO Espa?a). Con ese gesto, la enconada rivalidad entre las dos mujeres, heridas cada una desde un extremo del conflicto vasco, quedaba matizada y la serie m¨¢s esperada del a?o, concluida con sobresaliente alto para sus muchos fieles. Quien tambi¨¦n habl¨® del abrazo durante estos d¨ªas fue Elena Irureta, la veterana de 65 a?os que da vida a Bittori y disecciona la escena con cl¨¢sico apego vasco. ¡°Todo el mundo ¡®el abrazo, el abrazo, el abrazo¡¯. Bueno, pues es un abrazo. No nos parec¨ªa una escena dif¨ªcil¡±, cuenta al tel¨¦fono desde su casa en Zumaia, el pueblo de 10.000 habitantes en el que naci¨® y vive.
Al otro lado de la l¨ªnea est¨¢ Ane Gabarain (57 a?os), quien da vida a Miren y habla desde su San Sebasti¨¢n natal. Completa, cosa que suele hacer, las palabras de su compa?era y amiga de hace ya cuatro d¨¦cadas sobre aquel d¨ªa. ¡°Yo s¨ª tuve un peque?o bloqueo. Ese abrazo tiene una gran carga simb¨®lica, cada espectador lo va a interpretar como quiera. Y por esa carga, hab¨ªa en el ambiente esa cosa como de gran respeto. Me cre¨® mucha presi¨®n¡±, recuerda.
La dificultad que supone actuar en un proyecto como Patria radica precisamente ah¨ª, en que es una historia profundamente simb¨®lica y llena de met¨¢foras. Bittori es, en cierta manera, todas las viudas de v¨ªctimas de ETA y Miren, todas las madres de terroristas. Su historia no es solo suya, es la de toda una sociedad (a la cual, incluso, se le puede poner el rostro de Arantxa, la hija de Miren que sufre un ictus: herida, casi paralizada por completo, pero viva y en v¨ªas de recuperarse).
Sin embargo, es imposible interpretar a un s¨ªmbolo: actuar, por definici¨®n, es buscarle coraz¨®n y rasgos a un ser humano concreto. Equilibrar una cosa con la otra, humanizar entendiendo la trascendencia social y pol¨ªtica del texto, ha sido el reto de estas actrices. ¡°Te tienes que abstraer. Si no, te vuelves loca. Te entran unos miedos y unos bloqueos que no puedes actuar¡±, explica Gabarain, con la voz grave y soltando de vez en cuando alguna risita. ¡°Te tienes que centrar en tu tarea, e ir a lo concreto, al personaje, la secuencia, el momento. Luego ha habido este tsunami de an¨¢lisis y mensajes, de entrevistas, y hemos sido conscientes de la expectaci¨®n que ten¨ªa la historia y de todos los ojos que hab¨ªa mir¨¢ndote con lupa. Hostia, esto si llegamos a ser conscientes en el rodaje, vamos cagadas a trabajar¡±.
¡°Yo cuando leo un personaje intento desmenuzarlo de arriba abajo. ?Por qu¨¦ dice esto, por qu¨¦ dice lo otro? Y entender lo que le pasa. No tengo que estar de acuerdo con todo, pero entenderlo s¨ª¡±, a?ade Irureta. ¡°Al principio pens¨¦, pero qu¨¦ rencorosas son, qu¨¦ esto, qu¨¦ lo otro. Pero poco a poco vas a entrando y dices, bueno, ha ca¨ªdo en una depresi¨®n. Tiene esto, tiene lo otro. En Bittori busqu¨¦ imitar a mi madre, aunque luego ella era m¨¢s cari?osa. Intentas acercarlo, acercarlo y al final te lo haces tuyo. Y venga, a defenderlo a capa y espada¡±.
A?ade su compa?era: ¡°Como seres humanos, el gran conflicto es que no tienen empat¨ªa con el dolor del otro. En el caso de Miren, comete errores garrafales por no saber gestionar bien sus sentimientos. Se arruina la vida a s¨ª misma por su amor de madre. Claro que hay pol¨ªtica y hay historia, pero son personajes con nombres y apellidos y con biograf¨ªa, con circunstancias. ?Que luego transciende? S¨ª. Pero hemos querido por encima de todo contar historias de seres humanos¡±.
Si en esta llamada cuesta arrancarles la ¨¦pica solemne habitual en otros actores, sobre todo cuando act¨²an en un proyecto como este, es porque estas dos mujeres no se consideran estrellas. Ni Patria les ha cambiado esa idea, esa humildad del currante veterano.
¡ªPues a m¨ª no me ha cambiado la vida. No lo s¨¦, no s¨¦ si soy famosa, no s¨¦. ?T¨², Ane?
¡ªYo no me siento famosa.
¡ªEn absoluto.
Gabarain retoma las riendas de la conversaci¨®n: ¡°Somos currantas, llevamos mil a?os trabajando, somos muy conscientes de lo que es esta profesi¨®n, este oficio, esta carrera de fondo. Hemos tenido la inmensa suerte de hacer Patria y es un trabajo estupendo, pero uno m¨¢s. Hay que seguir y hay que cotizar, que en nuestro sitio es muy dif¨ªcil sumar cotizaci¨®n¡±.
La complicidad les viene del roce. Se conocieron a principios de los ochenta, en una escuela de teatro, y desde entonces han compartido escena varias veces, sobre todo en Bi eta bat, la primera sitcom grabada en euskera (junto con Jos¨¦ Ram¨®n Soroiz, el Txato de Patria). Cada una tiene una buena carrera por separado: Irureta ha estado en La ardilla roja, Hola, ?est¨¢s sola?, El comisario o Al salir de clase y Gabarain, en La comunidad, 800 balas o Periodistas. Pero en el imaginario colectivo, es f¨¢cil verlas juntas.
Para diferenciar sus caracteres, sirve un detalle que describe un compa?ero del elenco de Patria. Cuando se bloquea en una escena, Irureta avisa a sus compa?eros: ¡°Vamos a hacer bien¡±, como para alejarse de lo anterior, el ¡°mal¡±. Gabarain, sencillamente, explota. Suelta su frustraci¨®n en 20 segundos de mala leche y luego vuelve. ¡°Es mi mal car¨¢cter, me cago en todo, la gente me mira como ¡®a esta qu¨¦ le pasa¡¯ y ya¡±, describen. Quedan as¨ª, pues. Ane, explosiva. Elena, introspectiva, lac¨®nica. Cuando se rod¨® la complicada escena en la que un grupo de abertzales ataca el autob¨²s en el que van Miren y Bittori, uno de los actores se acerc¨® a Irureta y le pregunt¨® cu¨¢l era su m¨¦todo para actuar como lo hace. Le dijo sencillamente: ¡°Lo que hay que hacer es aprenderte bien el texto y hala, a ver lo que sale¡±.
Al colgar, Irureta recuerda que Gabarain va esta noche a Zumaia con la obra de teatro que est¨¢ representando. Irureta ya tiene su entrada. Esta noche, Bittori y Miren se abrazar¨¢n de nuevo.
La nutrida cantera de los int¨¦rpretes vascos
Parte del ¨¦xito de Patria reside en haber jugado con acierto la baza de la veracidad. La clave de las interpretaciones de Irureta y Gabarain est¨¢ no solo en los grandes momentos de rabia y esperanza, sino en detalles mucho m¨¢s peque?os y casi costumbristas. La manera de moverse por la cocina, las miradas en la mesa, la forma de cargar por la calle con una bolsa de pescado¡
¡°Hay algo ah¨ª, que lo tenemos, como vascos, algo en el car¨¢cter, en el ADN¡±, sopesa Gabarain. ¡°En nuestro caso, como madres, como mujeres con caracteres fuertes, m¨¢s. Hemos querido huir de los estereotipos, que los personajes fueran un poco de carne y hueso. Que bueno, hay detr¨¢s una manera de ser, unos arquetipos, pero sobre todo hemos querido que sean. Tenemos una edad, una vida, conocemos a mucha gente, y con eso ya vamos armados. Aitor [Gabilondo, el productor] ten¨ªa claro que quer¨ªa actores vascos, y eso ayuda, tenemos mucho conocimiento de muchas cosas, grandes y peque?as¡±.
La decisi¨®n de rodar solo con actores vascos ha servido, adem¨¢s de para potenciar la ambientaci¨®n de la historia, para poner el foco sobre una cantera de int¨¦rpretes bregados en grupos de teatro de Bilbao, San Sebasti¨¢n o Vitoria, en producciones de ETB como Goenkale o Vaya semanita y en pel¨ªculas de cineastas como Alex de la Iglesia, Enrique Urbizu, Daniel Calparsoro, Borja Cobeaga o el tr¨ªo de directores de Handia. Ah¨ª est¨¢n los casos de ?lex Angulo, fallecido en 2014, Ram¨®n Barea (premio Nacional de Teatro en 2013), Najwa Nimri, Asier Etxeandia, Miren Ibarguren o Mariv¨ª Bilbao-Goyoaga, que alcanz¨® la fama al final de su vida gracias a Aqu¨ª no hay quien viva.