?Violador?

La miniserie documental de Netflix se titula El imputado de la habitaci¨®n 2806. El ilustre hu¨¦sped de esa habitaci¨®n en el hotel Sofitel de Nueva York se llama Dominique Strauss-Kahn. Era un triunfador absoluto en lo profesional y en lo personal. Director gerente del FMI, aspirante con todas las papeletas a favor para presidir Francia, casado con la impresionante y riqu¨ªsima Anne Sinclair, representante exquisito de la izquierda francesa m¨¢s divina que se recuerda, con curr¨ªculo deslumbrante en seducci¨®n. Hasta que una camarera, inmigrante, negra y pobre le acusa de haberla violado cuando fue a limpiar su habitaci¨®n.

De acuerdo en que a la vengativa plebe nos pega un subid¨®n cuando los poderosos se estrellan, cuando se produce algo tan raro y antinatural como que entrullen a millonarios, les amenace la ruina econ¨®mica y moral, sufran el oprobio y la humillaci¨®n. Pero despu¨¦s de ver este turbador documental, puedo creer en una cosa y en la contraria, puedo dudar del testimonio de la presunta v¨ªctima y tambi¨¦n del que plantea su agresor. La defensa que hacen de ¨¦l sus amigos y la condena de sus enemigos (es gracioso y parad¨®jico que Sarkozy, el m¨¢s trascendente de ellos, pueda ser condenado en breve a varios a?os de c¨¢rcel por m¨²ltiples corrupciones) me resultan tan declamatorias como vacuas. Todo huele a s¨®rdido y podrido en esta retorcida historia. Strauss-Kahn es finalmente absuelto despu¨¦s de que sus brillantes abogados hayan pactado una confidencial y apabullante reparaci¨®n econ¨®mica con la defensa de la v¨ªctima.

Y me pregunto si a este t¨ªo con poder ilimitado, que sufre la condena p¨²blica pero que se libra judicialmente, se le acos¨® por ser inmoral y putero, o bien por delincuente y violador. Lo que tengo claro es que la prostituci¨®n de lujo, la oferta de diosas sexuales y la demanda de los ricos seguir¨¢n existiendo en el futuro universo gal¨¢ctico, aunque sea declarada delito mayor.