Concentraci¨®n
Al parecer, no he sido el ¨²nico en esta desolada ¨¦poca que renunci¨® al esfuerzo mental que puede exigir la lectura
Me cuenta un amigo que vive en otro continente y que ha pasado en soledad el a?o de la peste que jam¨¢s hab¨ªa le¨ªdo tanto y absolutamente concentrado durante toda su vida. Gust¨¢ndole mucho el cine, no hab¨ªa tenido el deseo o la necesidad de encontrar su refugio en las pel¨ªculas de las plataformas, las series y su nutrida filmoteca. Yo, que dispongo de tanto tiempo libre, he limitado mi profundo sentido de la aventura a trasladarme de la cama al sof¨¢ para pasar los interminables d¨ªas o entretener el frecuente insomnio, ese intolerable asaltante nocturno, revisando infinito cine, series admirables, esas salvadoras cositas. Pero me resultaba muy arduo o imposible leer novelas y ensayos, una de las principales tablas de n¨¢ufrago que me han acompa?ado desde que era un ni?o. Al parecer, no he sido el ¨²nico en esta desolada ¨¦poca que renunci¨® al esfuerzo mental que puede exigir la lectura. Tampoco me he hecho acompa?ar por la bendita m¨²sica. O sea, que el cerebro y el coraz¨®n deben de estar seriamente averiados.
Haciendo agradecida memoria de las nuevas pel¨ªculas que me han impresionado en el a?o fat¨ªdico descubro dos joyas como Mank y 1917. Tambi¨¦n vi en el Festival de San Sebasti¨¢n una delicia danesa sobre el gozoso alcohol y la ruina que acaba provocando, y un vibrante y emotivo documental sobre el l¨ªder de The Pogues. No se han estrenado a¨²n en las agobiadas salas de cine, suponiendo que estas sigan existiendo en el futuro.
Y, c¨®mo no, he disfrutado de algunas series que desear¨ªa fueran interminables, como las espa?olas Patria y Antidisturbios, y la inglesa After Life. The Crown sigue manteniendo la calidad habitual. Y tambi¨¦n me conmovi¨® la ni?a solita y drogada que encuentra su raz¨®n de sobrevivir en el ajedrez en Gambito de dama. Si el bicho nos sigue acorralando dispongo de mucho material para resistir su asedio. Es mi ¨²nico consuelo. Y a lo mejor, consigo volver a leer, ese placer de dioses.
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