¡®Wandavision¡¯: superh¨¦roes y risas enlatadas

Westview era una peque?a e id¨ªlica localidad de Nueva Jersey hasta que sus 3.892 vecinos desaparecieron sin dejar rastro. Desde entonces, es una ciudad fantasma en la que nada ni nadie puede entrar. En realidad, pueden hacerlo, pero a riesgo de tambi¨¦n desaparecer y no regresar quiz¨¢ jam¨¢s. La infinidad de microondas que el lugar desprende solo pueden decodificarse con un viejo aparato de televisi¨®n porque, sorpresa, lo que all¨ª ocurre est¨¢ televis¨¢ndose. De hecho, es una comedia de situaci¨®n que va mutando ¨Ccada episodio pertenece a una d¨¦cada distinta¨C protagonizada por un par de Vengadores: Wanda Maximoff, tambi¨¦n conocida como Bruja Escarlata, y Visi¨®n, el tipo de metal.

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Disney quiere ser la ¨²nica

He aqu¨ª el punto de partida, sujeto a hondos volantazos, de la serie Bruja Escarlata y Visi¨®n (Wandavision en su versi¨®n original), de Disney +. Convertida en el primer cl¨¢sico de culto cat¨®dico de Marvel, la ficci¨®n, obra de la temeraria Jac Schaeffer ¨Cguionista de otros productos del mundo cinematogr¨¢fico de Marvel, como La Viuda Negra y Capitana Marvel¨C, se despide este viernes con el estreno de su noveno episodio, habiendo dejado claro de qu¨¦ forma otro mundo de los superh¨¦roes es posible. ?Recuerdan el delirio c¨®mico na¨ªf de las pel¨ªculas de Batman de Tim Burton? ?El absurdo camp de Joel Schumacher en Batman y Robin? S¨²menle el esp¨ªritu de un What if (Y si... ) de autor y buenas dosis de metanarrativa inteligent¨ªsima y se acercar¨¢n al resultado.

?Un What If de autor? Genios de la historieta underground firmaron en su momento n¨²meros alternativos de Spiderman y Hulk en los que se permit¨ªan llevar a Peter Parker o Bruce Banner a su terreno, el de, en el caso de Peter Bagge, una desesperaci¨®n decididamente absurda que propulsaba el universo en otra direcci¨®n, la que permit¨ªa jugar con las posibilidades del personaje en lo rid¨ªculamente cotidiano. Ah¨ª estaban esos tipos con todo ese poder llegando siempre tarde a sus citas y siendo un completo desastre. O intentando casarse. O buscando un trabajo porque estaban arruinados. Los What If han sido, fuesen o no de autor invitado, un campo de juegos.

Con esa intenci¨®n, Schaeffer plante¨® la posibilidad de instalar a Wanda (una bruja con poderes ps¨ªquicos y telep¨¢ticos) y Visi¨®n (un androide con cierta humanidad) en una comedia que crecer¨ªa con sus protagonistas para poder ver a la pareja lejos de situaciones de vida o muerte ¡ªincluso a veces a nivel planetario¡ª para en cambio verla, en sus palabras, ¡°preocupada por algo tan corriente como servir una cena correcta al jefe¡±. Esta comedia mutante es un refugio ¡ªporque la historia habla de crear mundos dentro del mundo, mundos escudo que nos protegen de lo que no queremos que ocurra aunque ya haya ocurrido¡ª, es decir, un nuevo universo, y uno que pone en valor la vida dom¨¦stica, y opta por la compleja batalla interior frente al simple belicismo instrumental del g¨¦nero.

Pero la cosa no se queda aqu¨ª. Schaeffer convierte el recurso de la comedia de situaci¨®n en una deliciosa herramienta metanarrativa con la que construye un ingenioso homenaje a la siempre inteligente, pero denostada a menudo por su popularidad ¡ªcomo los propios c¨®mics de superh¨¦roes¡ª, televisi¨®n de risas enlatadas de los ¨²ltimos 60 a?os, copiando formatos especialmente aptos para nost¨¢lgicos. Hasta se reconstruye y se readapta la sinton¨ªa de Los problemas crecen y se plaga de gui?os a cl¨¢sicos de cada ¨¦poca. Por ejemplo, al final, parecen vivir como los Pritchett ¨Cprotagonistas de Modern Family¨C en el decorado de Mujeres Desesperadas, es decir, en Wisteria Lane.

Y todo eso lo hace mientras edifica el trist¨ªsimo pasado de Wanda, y explora las fascinantes posibilidades interpretativas de Elizabeth Olsen, que pasa de flamante ama de casa de los a?os cincuenta a pretendidamente descuidada madre de los noventa en dos episodios, adem¨¢s de promover la creaci¨®n de personajes si no inolvidables s¨ª en alg¨²n sentido m¨ªticos. Y no solo estamos hablando de Agnes (una camale¨®nica Kathryn Hahn) y el resto de perfectos vecinos sino incluso de aquellos que la propia Schaeffer califica de ¡°instrumentales¡±, como Darcy Lewis (Kat Dennings), la astrof¨ªsica que, en un triple mortal metanarrativo, acaba siendo fan de la serie.

¡°La ¨²nica forma de avanzar es retroceder¡±, dice en un momento dado la poderosa bruja Agatha Harkness, y pod¨ªa no estar ¨²nicamente hablando de recuperar el pasado de Wanda para explicarse de qu¨¦ forma ha logrado construir un mundo basado en las comedias que ve¨ªa de ni?a con sus padres y su hermano cuando el mundo era ya un lugar horrible, pero a¨²n no estaba sola ¨Cla familia, siempre la kriptonita del superh¨¦roe, aquello que lo hace vulnerable, porque nada querr¨ªa m¨¢s que que nada hubiese pasado¨C. Tal vez estaba hablando de una vuelta a los or¨ªgenes, aprovechando la serialidad cat¨®dica. Una definitiva apuesta por el esp¨ªritu libre y voraz y sin complejos de los c¨®mics ¨Cy las series¨C de otro tiempo que se tomaron en serio no tom¨¢ndose en serio.