Hasta el acn¨¦ ser¨¢ un delito
Saldremos mejores, dec¨ªan. Y aqu¨ª estamos: tom¨¢ndola a lo bestia y masivamente con un grupo de menores de edad por hacer cosas propias de su minor¨ªa de edad
Qu¨¦ bien se nos da educar a los hijos de los dem¨¢s. Es un arte instintivo que hemos refinado durante generaciones, pero hace muy poco que lo incorporamos a la discusi¨®n p¨²blica. Hasta ahora, era una sabidur¨ªa propia de abuelas y amigos de amigos que se sol¨ªa cultivar de espaldas a los aludidos. Salvo por alg¨²n desliz impertinente o alguna groser¨ªa senil eructada en una sobremesa, los padres no recib¨ªan en la cara casi ning¨²n consejo de paternidad no solicitado. Y no porque los consejeros no tuvieran ganas de soltarlos, sino porque sab¨ªan c¨®mo funciona el instinto mam¨ªfero: prueben a acercarse a una cr¨ªa de cualquier animal con colmillos o zarpas y ver¨¢n lo que les pasa.
Esa san¨ªsima autopreservaci¨®n se ha olvidado, como tantas otras cosas de antes del Neol¨ªtico, y hoy asistimos al edificante espect¨¢culo de un pa¨ªs entero que vocifera contra unos padres. Llevamos muchas horas de tele y toneladas de texto invertidas en afear la conducta de unos chavales en Mallorca y en cuestionar el talento pedag¨®gico de su progenie (cuando no les dedican palabras y recuerdos m¨¢s gruesos). Ha sido preciosa esta ordal¨ªa de la que muy pocas voces han querido privarse. Saldremos mejores, dec¨ªan. Y aqu¨ª estamos: tom¨¢ndola a lo bestia y masivamente con un grupo de menores de edad por hacer cosas propias de su minor¨ªa de edad. Ya podr¨ªan buscarse todos esos opinadores un rival de su tama?o. A m¨ª me dar¨ªa verg¨¹enza abusar as¨ª de unos cr¨ªos.
Se reprocha a los padres que no secunden la bronca nacional y que se atrevan a salvar la cara de sus cachorros. Que no se quiten el cintur¨®n y les den una buena zurra es intolerable para esta sociedad irascible, asustada y vengativa que estamos amasando, donde hasta el acn¨¦ ser¨¢ pronto considerado un delito, en tanto que manifestaci¨®n de la adolescencia.
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