¡®Vigil¡¯: el nuevo ¨¦xito de la BBC viene con pol¨¦mica
La serie estrella de esta temporada en el Reino Unido ha recibido fuertes cr¨ªticas por su final. Analizamos este ¡®thriller¡¯ de los creadores de ¡®Line of Duty¡¯ que en Espa?a se puede ver en Movistar +
El pasado lunes se emiti¨® en el Reino Unido el ¨²ltimo cap¨ªtulo de Vigil: conspiraci¨®n nuclear. Aliada de nuevo con World Productions, responsables de ¨¦xitos como el impecable policial Line of Duty o el irregular thriller pol¨ªtico Bodyguard, la BBC lo ha vuelto a conseguir: es capaz de aunar audiencia y calidad e, incluso, cuando esta es discutida por algunos domina la conversaci¨®n con facilidad. El final de la serie, de la que en Espa?a se puede ver el cuarto episodio desde este lunes en Movistar+ y los dos restantes en lunes sucesivos, ha sido pol¨¦mico y la audiencia ha respondido: 7,3 millones de espectadores para una producci¨®n que acumul¨® un total de 10,5 millones de visualizaciones en los primeros siete d¨ªas de emisi¨®n.
La explosi¨®n informativa en torno a la serie obliga a hablar de ella antes de que termine y sin haber podido ver todos los episodios. Para aquellos que se animen a disfrutarla desde el principio (los cap¨ªtulos ya emitidos est¨¢n disponibles bajo demanda), los destripes ser¨¢n m¨ªnimos. La premisa es sencilla y efectiva: la detective Amy Silva (una sobria Suranne Jones) ha de investigar la muerte por sobredosis de uno de los miembros de la tripulaci¨®n del submarino nuclear brit¨¢nico HMS Vigil. La v¨ªctima (un Martin Compston que, a pesar de ser uno de los rostros m¨¢s reconocidos de la televisi¨®n brit¨¢nica, pr¨¢cticamente no aparece) ha sido en realidad asesinada y Silva, traumatizada por un hecho del pasado que le genera ansiedad en lugares cerrados, tiene tres d¨ªas para encontrar a los culpables y manejarse en un ambiente fuertemente jerarquizado y masculinizado. Para oficiales que reciben ¨®rdenes del primer ministro y manejan un monstruo b¨¦lico con una brutal capacidad de destrucci¨®n, lo que diga una detective de la polic¨ªa puede significar poco. Ese contraste entre dos mundos que sirven en teor¨ªa al mismo bien com¨²n es una de las virtudes de la serie creada por Tom Edge (Judy o The Crown).
El procedimental puro funciona muy bien gracias a la investigaci¨®n realizada desde tierra por la detective Kirsten Longacre (interpretada con fuerza por el rostro p¨¢lido y la voz quebradiza de Rose Leslie) una trama paralela que ampl¨ªa la perspectiva de la serie y la hace menos claustrof¨®bica. No da este art¨ªculo para comentar uno a uno todos los actores que aparecen en esta producci¨®n que demuestra, de nuevo, el nivel interpretativo de la escuela brit¨¢nica. S¨ª resaltar a dos de los oficiales de la marina, personajes centrales de los que el espectador har¨¢ bien en desconfiar: el comandante del submarino (interpretado por Paterson Joseph, al que algunos recordar¨¢n por su intenso papel en The Leftovers) y el encargado de guiar a la detective por la embarcaci¨®n, el siempre s¨®lido Shaun Evans que tantos seguidores arrastra desde su impecable encarnaci¨®n del detective Morse en Endeavour.
No destripamos gran cosa si contamos que la trama vira hacia el espionaje y que eso lleva de forma inevitable a que aparezcan los rusos como ingrediente dram¨¢tico. Ahora bien, el final del tercer cap¨ªtulo deja la serie en todo lo alto, con la trama policial lanzada y las subtramas conspirativas a pleno rendimiento y con mucho por ofrecer. Hay demasiada gente que quiere ocultar demasiadas cosas y eso tiene que explotar por alguna parte. Como cualquier producto de ¨¦xito, Vigil ha recibido cr¨ªticas dispares por su final y otras injustificadas porque cargan el peso en supuestos aspectos ideol¨®gicos y no en lo art¨ªstico. Tambi¨¦n hay quienes subrayan su falta de precisi¨®n en detalles que tienen que ver, por ejemplo, con la vida en un submarino militar. No s¨¦ qu¨¦ ganar¨ªa la serie de haber tenido los pasillos del submarino seg¨²n el ancho real ¡ªtampoco es que parezcan los de un palacio¡ª porque en una ficci¨®n, por encima del calco de la realidad, por otro lado innecesario, est¨¢ la verosimilitud. Y, por ahora, Vigil obtiene un sobresaliente. Es ah¨ª donde se la juega y donde veremos, desde hoy, hasta d¨®nde llega.
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