Catequesis
¡®?Qui¨¦n se r¨ªe ahora?¡¯ ha querido ser una cr¨ªtica al humor machista, hom¨®fobo, racista y clasista que fue, durante d¨¦cadas, la viga maestra de los programas de variedades de TVE. Pero no tiene ni gracia, ni ritmo, ni qu¨ªmica, ni ideas
Hab¨ªa en tiempos un encuentro semanal para j¨®venes llamado El C¨ªrculo. No pod¨ªa acudir cualquiera, y si eras admitido pod¨ªas hablar de los temas que le preocupan a un adolescente, sin cortapisas. Unos veintea?eros muy modernos moderaban los debates que propon¨ªan los adolescentes, y estos volv¨ªan a casa con algunas ideas claras: por qu¨¦ no hay que abortar, por qu¨¦ no hay que masturbarse, por qu¨¦ no hay que quedar con chicos¡ lo organizaba el Opus Dei. Antes de saber siquiera qu¨¦ era el Opus, rogu¨¦ para que me dejaran ir, pero no me quer¨ªan all¨ª. Yo no les val¨ªa.
Y gracias a RTVE Play he experimentado lo que deb¨ªan ser aquellas tediosas charlas de doctrina en horario del Pach¨¢ light. ?Qui¨¦n se r¨ªe ahora? ha querido ser una cr¨ªtica al humor machista, hom¨®fobo, racista y clasista que fue, durante d¨¦cadas, la viga maestra de los programas de variedades de TVE. Y ha resultado ser una deslucida catequesis para pobres de esp¨ªritu. Ni gracia, ni ritmo, ni qu¨ªmica, ni ideas. Como pieza para el an¨¢lisis, el programa es infantil, y como producto de humor, deslucido. Cuando alguien se empe?a tanto en decir lo buena persona que es ser¨¢ porque algo tiene que callar. La sociedad evoluciona, pero el ser humano no cambia. El mundo del espect¨¢culo es como siempre ha sido: arrimarse a uno en un bar, regalarle la oreja a otro, y lamerle las botas a un famoso para, si un d¨ªa llegas a su altura, escupirle a la cara. Y cuando el resultado es como el de este programa, la gente se calla o lo pone bien por si le hacen una cruz y no les vuelven a llamar (como, sospecho, me va a acabar pasando a m¨ª). Y as¨ª tenemos ¡°mejores series¡±, ¡°mejores programas¡± y ¡°mejores libros¡± que casualmente no le gustan a nadie que no trabaje en el sector. As¨ª tenemos productos como ?Qui¨¦n se r¨ªe ahora?. El problema del mundillo del espect¨¢culo no es tanto el heteropatriarcado como la mediocridad, un mal end¨¦mico que se ha extendido a todos los sectores, oficios y rincones de Espa?a.
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