Las grandes aventuras televisivas se pasan a YouTube
Creadores de contenidos veintea?eros arrastran a millones de personas a sus canales de viajes extremos y supervivencia en internet
Desde que era peque?o a Rub¨¦n D¨ªez (Castro Urdiales, 24 a?os) le gust¨® coger la bici, irse por ah¨ª, al r¨ªo, hacer el gamberro, buscar animales, vivir peque?as aventuras. Luego, un poco mayor, con 15 a?os, se interes¨® por hacer v¨ªdeos de YouTube; comenz¨® con un amigo dedic¨¢ndolos a los experimentos cient¨ªficos. Pero la cabra tira al monte (casi literalmente) y D¨ªez acab¨® produciendo v¨ªdeos de supervivencia, viajes y aventura. ¡°Todo cambi¨® cuando se puso de moda en YouTube probar comida de supervivencia militar de diferentes pa¨ªses¡±, explica, ¡°la gente lo hac¨ªa en casa, pero yo, para darle mayor realismo, me iba al monte, el lugar para el que estaba pensada esa comida, y me pasaban un mont¨®n de cosas¡±. Sus v¨ªdeos comenzaron a hacerse populares y ahora le siguen m¨¢s de cuatro millones de personas en su canal, llamado Lethal Crysis. Entre sus mejores aventuras, ya de mucha mayor envergadura que aquellas de juventud, est¨¢n las que vivi¨® con la ¡°secta¡± congole?a Tata Gonda, con los mundari en Sud¨¢n del Sur o con los kalash en Pakist¨¢n.
D¨ªez es uno de los jovenc¨ªsimos creadores de contenido que triunfan en l¨ªnea con v¨ªdeos dedicados a la aventura, a los viajes, a la supervivencia, a la exploraci¨®n urbana. Lejos de los canales habituales, estos youtubers se lo montan para ofrecer un producto de calidad e inter¨¦s sin apoyo de grandes medios, aunque, eso s¨ª, con frecuente financiaci¨®n de marcas (tecnolog¨ªa, coches¡) que ven en ellos una buena forma de promoci¨®n entre los j¨®venes, y no tan j¨®venes. Algunos de sus reportajes y documentales no tienen nada que envidiar a los producidos para televisi¨®n y plataformas, y transpiran al mismo tiempo la frescura y cercan¨ªa de los nuevos medios. Adem¨¢s de Lethal Crysis, nombres a tener en cuenta son Pau Clavero, Portillo, Marc Vilas, entre otros. En no pocas ocasiones colaboran entre ellos. Adem¨¢s de mucho arrojo y no poco conocimiento, tienen grandes capacidades para la comunicaci¨®n.
¡°Hab¨ªa muchos canales de viajes, pero todos se dedicaban a lo bonito, a recomendar playas y restaurantes¡±, dice Pau Clavero (Barcelona, 23 a?os, 1,55 millones de seguidores), ¡°nosotros decidimos fijarnos en el lado m¨¢s oscuro de los viajes¡±. En su canal, con una muy buena factura audiovisual ¡ªClavero tambi¨¦n le da a la fotograf¨ªa y tiene su propia marca de ropa sostenible, Kioto13¡ª, el aventurero se adentra en los bajos fondos del peligroso barrio de Alexandra o el gueto vertical de Ponte City en Johannesburgo (lugares poco recomendables), conoce a personas transg¨¦nero en Pakist¨¢n o investiga la explotaci¨®n en la industria de la moda en Bangladesh. Con frecuencia, sus v¨ªdeos tienen un importante componente period¨ªstico. ¡°Lo nuestro es una adaptaci¨®n del g¨¦nero tradicional del youtuber, con su toque personal y cercano, al formato audiovisual profesional de las televisiones¡±, dice el aventurero.
¡°Empec¨¦ explorando lugares abandonados en la ciudad: eran experiencias que no costaban dinero, me ofrec¨ªan grandes posibilidades fotogr¨¢ficas y, adem¨¢s, un relato¡±, cuenta Clavero. Luego fue consiguiendo financiaci¨®n de empresas o instituciones tur¨ªsticas para realizar aventuras cada vez m¨¢s lejanas y trabajadas. Clavero es un tipo lleno de inquietudes: este s¨¢bado, dentro del festival Inverfest, en Madrid, presenta su nuevo proyecto musical de indie pop electr¨®nico, con influencias, en palabras del artista, de bandas como Daft Punk o Babas¨®nicos.
Solemos identificar la figura del youtuber con el joven aficionado a los videojuegos, el busto parlante que emite desde su casa y tiene gusto por hacer el ganso con sus amigos, como en el caso de Ibai o El Rubius, que han cosechado un ¨¦xito sin precedentes. Pero es un mundo mucho m¨¢s amplio y rico, y en la plataforma se encuentra material de inter¨¦s en m¨²ltiples materias como la m¨²sica (Jaime Altozano, Music Radar Clan), la arquitectura y el dise?o (Ter), el arte (Antonio Garc¨ªa Villar¨¢n), la historia (Academia Play, Puto Mikel), la geograf¨ªa (Un mundo inmenso), la ciencia (Quantum Fracture, la Gata de Schr?dinger) o la pol¨ªtica (Visual Politics). ¡°Es algo que deber¨ªa cambiar en la mentalidad de la gente: en YouTube hay un contenido inacabable y gratuito que no se acaba de conocer¡±, opina Clavero. Si en la televisi¨®n importa el entretenimiento, que pasen cosas, por banales que sean, en YouTube lo que importa es el contenido: que se cuenten cosas, y que sean interesantes. El p¨²blico, contra lo que pueda parecer, es de todo tipo. ¡°He sabido de padres que me conocen por sus hijos, pero tambi¨¦n de hijos que me conocen por sus padres¡±, dice D¨ªez.
Interesantes son tambi¨¦n algunas de las propuestas del youtuber Portillo (1,9 millones de suscriptores): como Clavero comenz¨® por la exploraci¨®n urbana, visitando lugares abandonados, pero ha derivado en curiosas experiencias de resistencia: pasar 24 horas en una plataforma giratoria, o 14 horas en las catacumbas parisinas, someterse a la tortura de la gota china o pasar un d¨ªa navegando un lago t¨®xico. En una de sus ¨²ltimas aventuras viaja a Islandia a cocinar pan bajo la lava, el tradicional pan de lava island¨¦s. Su amigo Marc Vilas (1,7 millones de suscriptores) transita caminos similares: construye un b¨²nker apocal¨ªptico, navega por el metro inundado de Valencia o se adentra en una tuneladora abandonada. A veces los contenidos son un poco menos llamativos y arriesgados, pero tienen una cotidiana originalidad: son los casos en los que los protagonistas tratan de colarse en un cine (con ¨¦xito), se van de tiendas por Barcelona o prueban todo tipo de comida callejera en Nueva York.
Los canales de YouTube cada vez alcanzan mayor profesionalizaci¨®n y permiten cumplir el sue?o prometido de internet: que cada uno, desde su casa (o desde un bosque cercano, o un lago t¨®xico, o un gueto vertical) y con sus propios medios y esfuerzos pueda llegar al gran p¨²blico, e incluso vivir de su producto. ¡°Con sus contenidos m¨¢s frescos, m¨¢s independientes, las plataformas digitales superan hoy en p¨²blico con mucho a la tele¡±, concluye D¨ªez, ¡°pero la tele sigue moviendo m¨¢s dinero en publicidad: eso es lo ¨²nico que falta para completar la transici¨®n, lo que falta por cambiar¡±.
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