¡®Conversaciones entre amigos¡¯ o la nueva er¨®tica de la veintea?era aburrida
?Retrato generacional o una serie sobre una chica sosa que espera mensajes de su amante en su sof¨¢? Tras el ¨¦xito de ¡®Gente normal¡¯, la adaptaci¨®n de la primera novela de Sally Rooney polariza el debate sobre la intimidad en televisi¨®n
Frances es una poeta de spoken word (recitales improvisados de poes¨ªa) en su ¨²ltimo a?o de carrera en Dubl¨ªn. Frances lee mucho porque le pagan (bastante mal) por hacerlo para una agencia literaria, escribe poco y habla menos. Aunque se intuye una profunda vida interior; tan evidente es su desafecci¨®n, tal es su afici¨®n por los monos¨ªlabos y la desgana en las interacciones sociales que hasta su madre le implora en una visita: ¡°Por favor, intenta mostrar un poco de inter¨¦s aqu¨ª¡±. Vista desde fuera, Frances podr¨ªa ser otra de esas veintea?eras de biorritmos y discurso lento. Esas que se antojan como introvertidas e intrigantes, las que jam¨¢s se interesan por las modas del momento y cuyo atractivo reside en proyectar un m¨ªnimo esfuerzo con su aspecto. J¨®venes que en las fiestas lo miran todo desde una esquina, distantes, mientras el resto se pregunta si esa chica est¨¢ ausente porque es de las misteriosas e intensas por dentro o es una sosa de manual.
Frances es la protagonista de Conversaciones entre amigos, la adaptaci¨®n de la primera novela de la irlandesa Sally Rooney (County Mayo, 31 a?os), aquella que se edit¨® en 2018 y que dio salida al lucrativo fen¨®meno de una escritora a la que, muy a su pesar, se le ha colgado el sambenito de ser la voz de su generaci¨®n. La serie, que va por su cuarto episodio y llegar¨¢ a los 12 cap¨ªtulos de emisi¨®n semanal en Espa?a en HBO Max, est¨¢ dirigida por Lenny Abrahamson, el mismo que se hizo cargo de llevar a la peque?a pantalla a Gente normal, la segunda novela y aut¨¦ntico fen¨®meno editorial que encumbr¨® a Rooney. Lejos de tener el magnetismo que irradiaba la Marianne de Gente normal, para buena parte de la cr¨ªtica, con Frances ¡°se ha llegado a un nuevo l¨ªmite en la representaci¨®n de la chica blanca aburrida¡±. As¨ª lo escribe la cr¨ªtica cultural Sarah Hagi en la web Gawker, donde destaca una extra?a paradoja con esta nueva producci¨®n televisiva: ¡°Tiene a dos de los protagonistas m¨¢s insignificantes posibles, pero la serie es pr¨¢cticamente hipn¨®tica¡±, sentencia. Y no le falta raz¨®n.
Conversaciones entre amigos trata sobre las relaciones cruzadas entre Frances (Alison Oliver) y Bobbi (Sasha Lure) con Melissa (Jemima Kirke) y Nick (Joe Alwyn, un actor despeg¨¢ndose de la etiqueta de novio de Taylor Swift tras pasar por esta serie, The souvenir: Part II, de Joanna Hog; Stars at Noon, de Claire Denis y encarar la esperada versi¨®n de Retorno a Brideshead, de Luca Guadagnino). En esta ficci¨®n sobre sexo, correspondencias y celos, cabe destacar que Bobbi es la exnovia y mejor amiga de Frances, una estadounidense despierta con la que mantuvo una relaci¨®n amorosa en el instituto y con la que ahora comparte universidad y recitales de poes¨ªa anticapitalista sobre el escenario. Melissa y Nick son una d¨¦cada mayores que Frances y Bobbi, un matrimonio m¨¢s adinerado (y menos idealista) formado por una escritora de moda y un actor deprimido. Nick, otro hastiado de la vida, mantendr¨¢ un t¨®rrido affaire secreto con su versi¨®n femenina, Frances; mientras Melissa se encapricha creativamente, y algo m¨¢s, con Bobbi.
Curiosamente, las dos mujeres m¨¢s ingeniosas de la serie, Bobbi y Melissa, quedar¨¢n relegadas a un segundo plano frente a la relaci¨®n de los introvertidos Frances y Nick. En esta confluencia de deseos, los correos electr¨®nicos y los mensajes de WhatsApp que se env¨ªan los implicados se equilibran con esas conversaciones con copa de vino en mano en fiestas, actos literarios y vacaciones compartidas en Croacia. Inciso: si de algo pueden presumir las adaptaciones televisivas de Rooney es de un contundente porno inmobiliario estival. Todav¨ªa no hab¨ªamos superado la casa rodeada de cerezos de la Toscana en Gente normal y aqu¨ª se hace imposible no suspirar por el conjunto de casitas de piedra con vistas al mar de la isla de Hvar que se podr¨¢ admirar en el cuarto y quinto episodio.
Por qu¨¦ engancha tanto su sexo normal
Que Frances se pase buena parte de la serie en silencio, mirando al infinito desde una ventana o petrificada en su sof¨¢ mientras espera los mensajes de Nick no significa que el show vaya cojo de sexo. Tal y como pas¨® con Gente normal, esas escenas han alimentado el discurso polarizado en internet. All¨ª se pueden leer art¨ªculos llamados a viralizarse en nichos de consumo milenial como Las nueve escenas de sexo de ¡®Conversaciones entre amigos¡¯ ordenadas por nivel de calent¨®n, Por qu¨¦ las escenas de sexo de Sally Rooney son tan excitantes o El sexo de ¡®Conversaciones entre amigos¡¯ es combustible para la depre-televisi¨®n. ?Por qu¨¦ algunos se encienden tanto con el sexo de Rooney y otros cargan contra una er¨®tica que ¡°ni es arriesgada ni tiene pinta de mover muchos muebles¡±?
Para la coordinadora de intimidad de la serie, la tambi¨¦n irlandesa Ita O¡¯Brien, toda esta dualidad de opiniones radica en un cambio de prisma, en un salto generacional a la hora de entender el consentimiento sexual. Todo depende de con qu¨¦ ojos se miren esas escenas. ¡°Es una cuesti¨®n de voluntad y autonom¨ªa¡±, cuenta en una conversaci¨®n v¨ªa Zoom la responsable de coreografiar las escenas ¨ªntimas en el rodaje, de que los int¨¦rpretes se sientan seguros y a salvo durante la creaci¨®n de las mismas. ¡°Esto no es solo sexo. No es el pum-pum-pum que nos acostumbramos a ver en el pasado. Aqu¨ª los encuentros no son planos y aislados, cada escena dice algo nuevo de la propia relaci¨®n de los personajes. Hay una coreograf¨ªa de respiraci¨®n, de detalles, de qu¨¦ implica en su propia historia¡±, explica, y rememora una escena en el segundo episodio en la que es la protagonista, Frances, quien toma la iniciativa hasta el orgasmo con Nick. ¡°Ella es la que sabe encontrar el ritmo, le pregunta qu¨¦ le gusta y lo gu¨ªa, toma el control. Hay un poder en ese descubrimiento¡±, explica. Lejos de alinearse con los que lo ven como algo sopor¨ªfero, ella asegura que Sally Rooney ¡°escribe sobre sexo de una forma totalmente innovadora, especialmente en lo que concierne a la intimidad. No tengo dudas de que escribe para esta era y generaci¨®n¡±.
O¡¯Brien, que se ha convertido en la gur¨² que marca los nuevos tiempos del sexo televisivo ¡ªha coordinado la sexualidad e intimidad de Gente normal, Podr¨ªa destruirte, Sex education, It¡¯s a Sin, Gentleman Jack, o la ¨²ltima temporada de Master of None¡ª, considera que todo se debe a un cambio de prisma: la mirada masculina que imperaba en el thriller er¨®tico de los noventa, esa manera de entender el sexo a lo noir como en Instinto b¨¢sico, ha desaparecido. ¡°Influye que ahora tengamos a m¨¢s mujeres escribiendo sobre todas las caras del sexo, desde el gozo er¨®tico, a la aceptaci¨®n de la propia sexualidad o al mismo abuso, como han hecho Laurie Nunn en Sex Education, Sally Wainwright en Gentleman Jack o Michaela Coel en Podr¨ªa destruirte. Estamos ampliando las miras. Y no solo tienen que ser mujeres, ah¨ª est¨¢ Russell T. Davies, que traslada la mirada queer a It¡¯s a Sin sobre las relaciones entre hombres¡±, concluye.
Lo ver¨¢n aburrido o excitante, pero si algo ofrece esta serie m¨¢s all¨¢ del sexo es la misma droga que dan los libros de la irlandesa: un retrato sobre la intimidad de esas j¨®venes nihilistas seducidas por la autodestrucci¨®n, chavalas intentando aprender a quererse a s¨ª mismas frente un horizonte poco halag¨¹e?o que les vaticina lo dif¨ªcil de compaginar el ideal rom¨¢ntico con el advenimiento de un apocalipsis moral, econ¨®mico y ambiental.
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