¡®Hacks¡¯ o lo di¨¢logos de una monologuista

Probablemente la clave de la calidad de la comedia Hacks (HBO Max) sean sus di¨¢logos. Las largas charlas entre una veterana monologuista, Deborah Vance, con una vida plena de ¨¦xitos, dinero y glamour que comienza el lento descenso art¨ªstico y vital, y una joven guionista, Ava, despedida por impertinente de la serie en la que trabajaba, con una corta vida plena de inseguridades, de fracasos sentimentales y escasez de dinero, son un alarde de ingenio y sabidur¨ªa vital.

Enfrentar a dos personajes, dos estilos y dos conceptos del mundo, da mucho juego si se tiene talento. Eso lo entendi¨® perfectamente Miguel de Cervantes, y varios siglos despu¨¦s, algunos dialoguistas de las series de televisi¨®n. Baste recordar los excelentes di¨¢logos entre Sandy Kominsky y Norman Newlander de El m¨¦todo Kominsky.

Deborah Vance, desde esa Disneylandia para adultos que es Las Vegas, y al parecer la mayor¨ªa de los monologuistas, tiene ese punto de sarcasmo necesario para entretener. No llega a la acidez de Lenny Bruce pero es que no es f¨¢cil alcanzar la cima, como espl¨¦ndidamente nos ense?¨® Bob Fosse. Ava, por su parte, a?ora poder emplear su oficio en tareas consideradas de mayor empe?o, pero lo cierto es que se complementan y necesitan para poder sobrevivir, la una para no claudicar ante la audiencia y la otra, para pagar sus facturas.

Las dos temporadas de Hacks permiten tambi¨¦n conocer mejor los entresijos de la industria del entretenimiento, los personajes secundarios que rodean a la estrella, como la inolvidable road manager o la secretaria de su representante, sus adicciones y la dureza de un mundo del espect¨¢culo en el que el rasero no es el ingenio sino la cantidad de butacas que se llenan cada noche.

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