Lenny Bruce, la risa y la rabia
Publicadas 'C¨®mo ser grosero e influir en los dem¨¢s', memorias del c¨®mico Lenny Bruce
Era com¨²n que sus actuaciones terminaran con dos polic¨ªas llev¨¢ndoselo a Comisar¨ªa. Lenny Bruce (Nueva York 1925- Los ?ngeles 1966) se sub¨ªa al escenario y al instante, ¡°en clave de humor¡±, mezclaba su vida personal con sus particulares descripciones del mundillo sociopol¨ªtico estadounidense. Sus mon¨®logos, ejemplares para muchos comediantes contempor¨¢neos, desataban al mismo tiempo risa y rabia entre el p¨²blico que lo escuchaba en garitos perif¨¦ricos. Estaba en contra de la censura y, sobre todo, de la autocensura. As¨ª que para ¨¦l ning¨²n tema era tab¨². Hablaba sobre el jazz, la moral, la pol¨ªtica, el patriotismo, la religi¨®n, el sexo, la ley, las razas, las drogas, los jud¨ªos y el Ku Klux Klan. Quiz¨¢ por eso se convirti¨® en un icono de la bohemia y la rebeli¨®n.
¡°Lenny Bruce es el primer c¨®mico en el que persona y personaje son lo mismo. Fue el gran maestro del stand up. En Espa?a, El Club de la Comedia populariz¨® este g¨¦nero. Pero la verdad es que ha sido algo bastardo. Porque los monologuistas eran actores que interpretaban un guion. Y no eran transgresores, como los ingleses o los estadounidenses. Ellos, adem¨¢s, protestaban por la situaci¨®n social sobre el escenario, algo que en los espa?oles, en general, es cada vez m¨¢s raro¡±, dijo el humorista Ignatius Farray (Tenerife, 1973)? durante la presentaci¨®n en Madrid de C¨®mo ser grosero e influir en los dem¨¢s (Malpaso), las memorias de Bruce, escritas entre 1964 y 1965 por encargo de Hugh Hefner, el legendario director de la revista Playboy. ¡°Bruce utilizaba sus vivencias verdaderas para hacer humor. Es como si hubiese dicho: hay que ser simp¨¢tico a partir de tu verdad¡±, apostill¨® por su parte el tambi¨¦n comediante Javier Cansado (Madrid, 1957).
El c¨®mico tiene el privilegio y la obligaci¨®n de pasarse de la raya. Siendo insolente pero sin insultar.
En el libro, todo un homenaje a la literatura oral, el hijo de la artista teatral Sally Marr repasa su vida haciendo especial ¨¦nfasis en aquello que ayuda a entender su evoluci¨®n como c¨®mico: sus primeros a?os en un suburbio de Nueva York, su paso por la Armada estadounidense, su relaci¨®n con la stripper Honey Harlow, su paso por los locales de burlesque como maestro de ceremonias¡ Adem¨¢s, se ocupa de trazar su filosof¨ªa de vida: la cr¨ªtica constante con respecto al poder, la libertad personal como ¨²nica cuesti¨®n realmente capital, la importancia del amor en el mundo y la honestidad como bandera. En estas p¨¢ginas, Bruce se r¨ªe de s¨ª mismo para legitimar su cr¨ªtica a la sociedad.
¡°Un c¨®mico ha de ser outsider por naturaleza. La gente necesita personas que vayan a contracorriente. Antes hab¨ªa c¨®micos que iban a los pueblos, actuaban y se iban a dormir a una legua de distancia del pueblo. Les llamaban los c¨®micos de la legua. Y a eso tenemos que aspirar los que nos dedicamos a esto: a ver las cosas desde fuera, entrar para contarlas con humor, y salir. El c¨®mico tiene el privilegio y la obligaci¨®n de pasarse de la raya. Siendo insolente pero sin insultar. No obstante, en este pa¨ªs uno no puede re¨ªrse de cualquier cosa con cualquiera y, antes de decir algo, hay que fijarse bien a qui¨¦n tenemos al lado¡±, explic¨® Ignatius, quien form¨® parte del programa Muchachada Nui, ante unas 40 personas reunidas en la madrile?a librer¨ªa La buena vida.
¡°Espa?a es un pa¨ªs muy susceptible. Un d¨ªa, en una peregrinaci¨®n a El Roc¨ªo, dije: ¡®la verdad es que la Virgen del Pilar es m¨¢s milagrosa que la Virgen del Roc¨ªo¡¯ ?Y me echaron!¡±, record¨® Javier Cansado, una de las partes de del d¨²o ¡°Faemino y Cansado.¡± Ignatius estuvo de acuerdo con ¨¦l y a?adi¨®: ¡°es curioso el caso de Guillermo Zapata. Hace un tiempo public¨® unos tuits y alguien los desempolv¨® ahora que ¨¦l est¨¢ en el Ayuntamiento de Madrid y todo mundo empez¨® a exigir su dimisi¨®n. ?Qu¨¦ ?o?er¨ªa! ?Desde cu¨¢ndo la izquierda es pol¨ªticamente correcta? Lo que pasa es que la sociedad no es lo suficientemente inteligente para distinguir entre iron¨ªa y malicia.¡±
Espa?a es un pa¨ªs muy susceptible. Un d¨ªa, en una peregrinaci¨®n a El Roc¨ªo, dije: ¡®la verdad es que la Virgen del Pilar es m¨¢s milagrosa que la Virgen del Roc¨ªo¡¯ ?Y me echaron!
En C¨®mo ser grosero e influir en los dem¨¢s el atrevido Lenny Bruce dice: ¡°Deber¨ªamos fomentar el uso de la marihuana porque no produce c¨¢ncer de pulm¨®n. Los ni?os deber¨ªan ver pel¨ªculas pornogr¨¢ficas: es mejor que aprender sobre el sexo con pel¨ªculas de Hollywood. Las enfermedades ven¨¦reas s¨®lo son noticia cuando las padecen los pobres. La publicidad es m¨¢s fuerte que la cordura: con el relaciones p¨²blicas correcto, el pelo axilar en las cantantes podr¨ªa volverse un fetiche nacional. El fascismo en Am¨¦rica es solvente gracias al apetito de las izquierdas por la persecuci¨®n.¡±
Su verdadero nombre de Bruce era Leonard Alfred Schneider. Sus padres se divorciaron cuando ¨¦l ten¨ªa cinco a?os de edad. Se cas¨® con la stripper Honey Harlow en 1951. Una d¨¦cada despu¨¦s, el 4 de octubre de 1961, fue arrestado por obscenidad en San Francisco (California). El jurado le absolvi¨®, pero a partir de entonces sus actuaciones empezaron a ser supervisadas, lo que provoc¨® varios arrestos continuos por sus ¨¢cidos y mordaces mon¨®logos en los que opinaba sobre la guerra de Vietnam, los conflictos raciales, la Guerra Fr¨ªa, las cruzadas contra la obscenidad o la eclosi¨®n del movimiento hippie. En 1964 fue condenado a cuatro meses de trabajo en un correccional. Recurri¨® la sentencia, pero muri¨® antes de que se emitiera el veredicto. As¨ª que recibi¨® a t¨ªtulo p¨®stumo el perd¨®n gubernamental. Fue el 3 de agosto de 1966 cuando Bruce fue encontrado muerto en el ba?o de su casa en California. Estaba desnudo en el suelo, con una jeringa y un tap¨®n quemado de botella a su lado. La causa oficial de su muerte fue ¡°sobredosis de morfina.¡±
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.