Los Romanoffs

En determinadas plataformas, adem¨¢s de prevenirte con cartelitos sobre el pecaminoso contenido de algunas series que vas a ver (no solo sexo, drogas, alcohol, desnudismo, sino tambi¨¦n que alguien aparece fumando) te preguntan si la serie te est¨¢ gustando, te apasiona o si consideras que no es para ti. Lo ¨²ltimo es demasiado prudente o melifluo. Yo tal vez responder¨ªa al cuestionario si el interrogante fuera: ?te parece una mierda? Porque abunda la escatolog¨ªa en ese mercado, pero sobre todo la mediocridad, lo repetitivo, el infinito estiramiento de chicles que ya de entrada pose¨ªan escaso sabo...

En determinadas plataformas, adem¨¢s de prevenirte con cartelitos sobre el pecaminoso contenido de algunas series que vas a ver (no solo sexo, drogas, alcohol, desnudismo, sino tambi¨¦n que alguien aparece fumando) te preguntan si la serie te est¨¢ gustando, te apasiona o si consideras que no es para ti. Lo ¨²ltimo es demasiado prudente o melifluo. Yo tal vez responder¨ªa al cuestionario si el interrogante fuera: ?te parece una mierda? Porque abunda la escatolog¨ªa en ese mercado, pero sobre todo la mediocridad, lo repetitivo, el infinito estiramiento de chicles que ya de entrada pose¨ªan escaso sabor. Las plataformas tambi¨¦n exhiben la lista de las diez series m¨¢s seguidas por el p¨²blico, muchas de ellas capaces de enrojecer de verg¨¹enza a cualquier paladar m¨ªnimamente educado. Pero volvemos a lo evidente y es que millones de moscas no pueden equivocarse al consumir su alimento favorito.

Imaginas que ante la fabulosa demanda de guiones para series habr¨¢ multitud de chavales que de mayores ya no querr¨¢n dedicarse a la econom¨ªa empresarial, a la pol¨ªtica o a la odontolog¨ªa, profesiones siempre seguras, sino que aspirar¨¢n a ser guionistas, trabajo en el que no existir¨¢ el angustioso problema del paro.

Hay pocas noticias de los creadores que marcaron la edad de oro de las series en los primeros a?os de este siglo. De los que se sabe algo, no han vuelto ni de lejos a estar a la altura de su antiguo talento. Por ello, me resulta grato encontrarme con el nombre de Matthew Weiner ejerciendo de showrunner en la inquietante y atractiva serie The Romanoffs (Amazon Prime Video). Weiner elev¨® la ya muy alta calidad de Los Soprano cuando empez¨® a trabajar en ella y despu¨¦s se invent¨® la adictiva Mad Men. The Romanoffs, ocho cap¨ªtulos que sobrepasan cada uno la hora de duraci¨®n, con tem¨¢ticas independientes y protagonizada por personajes que descienden de los zares, ofrece algo inteligente y perturbador. En su turbia atm¨®sfera hay ecos de Polansky, de Highsmith, de Hitchock. Weiner no los vampiriza pero flotan los ecos de esos mundos. No es la bomba esta serie, pero posee estilo, te sorprende, te divierte. Y eso es mucho.

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