¡®The Romanoffs¡¯, una buena serie que cae en sus propias trampas
La nueva creaci¨®n de Matthew Weiner est¨¢ cuidada, bien producida, bien escrita, bien interpretada. Pero le pesan el formato, la duraci¨®n y las expectativas
Cuando eres el creador de Mad Men, una de las grandes series de la televisi¨®n reciente, la que encaden¨® cuatro premios Emmy al mejor drama en sus cuatro primeras temporadas, las expectativas con tu siguiente creaci¨®n son tan altas como peligrosas. Por eso The Romanoffs era una bomba de relojer¨ªa que pod¨ªa explotar en las manos de Matthew Weiner. El guionista deb¨ªa ser consciente (si es que su ego se lo permite...) de que las expectativas iban a jugar en su contra. Porque The Romanoffs no es Mad Men. Ya lo sab¨ªamos, pero sus dos primeros cap¨ªtulos ¡ªestrenados de una tacada en Amazon Prime Video; los seis restantes llegar¨¢n semana a semana¡ª lo dejan claro.
Weiner se ha permitido jugar a hacer algo diferente y ha decidido contar en cada cap¨ªtulo una historia independiente, con personajes, escenarios y tonos distintos. Solo tienen en com¨²n que al menos uno de los personajes se cree o es descendiente de la familia real rusa. El primer cap¨ªtulo es un cuento en el que una joven francesa de origen musulm¨¢n entra a trabajar para una arisca, orgullosa, racista e hipocondr¨ªaca mujer mayor tambi¨¦n francesa. El segundo est¨¢ centrado en una pareja cuya vida ha ca¨ªdo en la rutina y buscan por separado nuevas emociones. La actriz Marthe Keller brilla en la primera historia, mientras que en la segunda es Kerry Bish¨¦ quien destaca por encima de Corey Stoll.
Ambos episodios duran 90 largos minutos, siempre demasiados para la televisi¨®n, est¨¦ detr¨¢s quien est¨¦. A los dos les pasa factura esa duraci¨®n excesiva, con bajones en su recorrido, pero, en total, los dos son entretenidos, incluso simp¨¢ticos. No pasar¨¢n a la historia y no son nada revolucionario, pero tampoco son un desastre. Eso s¨ª, el formato antol¨®gico har¨¢ que no nos podamos encontrar con una Peggy Olsen o una Joan Harris que vayan ganando profundidad y crezcan a lo largo del tiempo. Pero ya lo dec¨ªamos, esto no es Mad Men.
The Romanoffs est¨¢ cuidada, bien producida, bien escrita, bien interpretada. Es una buena serie, o al menos eso parece en su arranque. Al tener cap¨ªtulos independientes, habr¨¢ unos mejores que otros y todav¨ªa puede haber gratas sorpresas. Pero cae en sus propias trampas: en las del formato, las de la duraci¨®n de sus cap¨ªtulos y las que implica ser la sucesora de Mad Men en la carrera de Matthew Weiner.
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