Cuando el Madrid de Ancelotti reinvent¨® las remontadas: ¡°Si no muero hoy, soy inmortal¡±
La docuserie ¡®Hasta el final¡¯, de Apple TV+, reconstruye la temporada loca que termin¨® con la 14? Copa de Europa del club blanco
Despu¨¦s de eliminar al Chelsea en el Bernab¨¦u el a?o pasado, Carlo Ancelotti entra en el vestuario del Real Madrid resoplando. Como reci¨¦n vaciado y a punto de desvanecerse. ¡°Muerto. Muerto. Incre¨ªble¡±, murmura. Cuelga el abrigo en una percha y se sienta en un banco. ¡°Si no muero hoy, soy inmortal¡±, dice a la c¨¢mara. Ese instante de Ancelotti, que ha ganado todo en todas partes, exprimido al l¨ªmite f¨ªsica y emocionalmente, contiene toda la esencia del alucinante viaje del Madrid en la ¨²ltima Champions, la de las remontadas locas. La escena aparece en la docuserie de tres cap¨ªtulos ...
Despu¨¦s de eliminar al Chelsea en el Bernab¨¦u el a?o pasado, Carlo Ancelotti entra en el vestuario del Real Madrid resoplando. Como reci¨¦n vaciado y a punto de desvanecerse. ¡°Muerto. Muerto. Incre¨ªble¡±, murmura. Cuelga el abrigo en una percha y se sienta en un banco. ¡°Si no muero hoy, soy inmortal¡±, dice a la c¨¢mara. Ese instante de Ancelotti, que ha ganado todo en todas partes, exprimido al l¨ªmite f¨ªsica y emocionalmente, contiene toda la esencia del alucinante viaje del Madrid en la ¨²ltima Champions, la de las remontadas locas. La escena aparece en la docuserie de tres cap¨ªtulos Hasta el final que estren¨® el viernes 10 de marzo Apple TV+.
Visto desde el final, el trayecto parece predestinado a lo ins¨®lito desde el principio. En el verano de 2021 Florentino P¨¦rez buscaba entrenador despu¨¦s del abandono de Zinedine Zidane. Por entonces, Ancelotti ocupaba el banquillo del Everton. Un d¨ªa llam¨® al director general ejecutivo del club, Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez, para preguntarle por alg¨²n descarte que llevarse a Inglaterra. El cierre de esa llamada es un giro asombroso, que relata el t¨¦cnico: ¡°He visto que estaban buscando un entrenador y he dicho: ¡®Mira, el Real Madrid necesita uno de los mejores¡¯. Y ¨¦l me pregunta: ¡®?Qui¨¦n?¡¯. Y yo le he dicho: ¡®?Te has olvidado de 2014?¡±.
2014 fue el primer prodigio absurdo del Madrid con Ancelotti. En Lisboa, en la final de la Champions contra el Atl¨¦tico, cuando perd¨ªa 1-0, y ya hab¨ªan sobrepasado el minuto 93, Sergio Ramos cabece¨® un c¨®rner, empat¨®, y el Madrid gan¨® su d¨¦cima Copa de Europa. S¨¢nchez colg¨® y a los cinco minutos son¨® el tel¨¦fono de Ancelotti: ¡°Me llam¨® el presidente. No hemos hablado del contrato, de nada, solo si me gustaba volver¡±, cuenta. Tres d¨ªas m¨¢s tarde lo presentaron en Valdebebas.
Descifrar lo indescifrable
Aquella Champions de Lisboa del italiano abri¨® una serie de documentales elaborados a partir de material grabado en el interior de la expedici¨®n por el club: En el coraz¨®n de la D¨¦cima, En el coraz¨®n de la Und¨¦cima¡ Con la nueva Champions de Ancelotti, el formato se ha expandido hasta los tres cap¨ªtulos. En esencia, es el mismo material de las otras veces, enriquecido con entrevistas a jugadores, directivos, t¨¦cnicos y periodistas que tratan de descifrar lo indescifrable.
En algunos momentos de las eliminatorias del curso pasado, en el vestuario del equipo bull¨ªa el mismo derrotismo que en buena parte de la afici¨®n. Casemiro se sincera sobre el efecto de perder la ida de los octavos de final en el Parque de los Pr¨ªncipes: ¡°Cuando termin¨® el partido, yo dec¨ªa: ¡®Es imposible ganar al Paris Saint-Germain ahora mismo¡¯. Est¨¢n mucho mejor que nosotros¡±. Sin embargo, en el grupo sobreviv¨ªa la confianza del indomable Modric: ¡°Cuando sal¨ª del campo, con Carvajal en el banquillo, le digo: ¡®En la vuelta, los vamos a machacar¡±.
Sin embargo, durante la primera hora de la vuelta en el Bernab¨¦u, parece que va a suceder lo contrario. Marchan 0-1 sin apenas se?ales de vida. Hasta que Benzema presiona al portero, recupera la pelota y empata. El franc¨¦s ni siquiera trata de explicarlo: ¡°Los fans se meten ya para la remontada. Y luego pasa lo que pasa¡±, dice con una sonrisita que sugiere un secreto que quiz¨¢ ni exista.
Alaba tampoco entiende lo que sucedi¨®. Ni lo que le pas¨® a ¨¦l: ¡°Cuando marc¨® Karim [el 3-1], el estadio se volvi¨® loco. Nosotros nos volvimos locos. Entonces vi esa silla de los de seguridad, y la levant¨¦. No s¨¦ por qu¨¦, no s¨¦ c¨®mo se me meti¨® en la cabeza¡¡±, recuerda. Esa silla es el s¨ªmbolo de la locura. De un misterio que aterr¨® rivales a partir de ah¨ª. Y Alaba se la llev¨® a casa. ¡°Tengo esa silla¡±, confiesa en el documental.
El equipo hab¨ªa entrado en una etapa m¨ªstica en la que lo m¨¢s disparatado le resultaba lo m¨¢s razonable. Ancelotti cuenta que cuando el Bar?a les gan¨® 0-4 en el Bernab¨¦u, un sopapo que en condiciones normales habr¨ªa arrasado al Madrid, dijo en el vestuario algo propio de un lun¨¢tico: ¡°Tranquilos. Vamos a ganar la Champions y la Liga... Pero lo dec¨ªa para darme tambi¨¦n un poco de coraje¡±, confiesa ahora. Y se r¨ªe.
Cuando la siguiente eliminatoria lleg¨® al Bernab¨¦u, el Madrid enterr¨® la ventaja que tra¨ªa de Stamford Bridge (1-3) y volvi¨® a verse de nuevo al borde de la eliminaci¨®n contra el Chelsea. Marcelo recuerda que entonces el cham¨¢n fue ¨¦l: ¡°Entramos Rodygo y yo. Y yo antes hablaba con Rodrygo: ¡®Vas a marcar¡±, recuerda divertido, y a¨²n medio incr¨¦dulo. ¡°Pero en mi cabeza era: a ver lo que pasa, porque est¨¢ muy dif¨ªcil¡±. Y Rodrygo marc¨®. Marcelo recuerda que despu¨¦s el chico, asombrado, le pregunt¨®: ¡°?De verdad que me dijiste que iba a marcar?¡¯. A ver¡ Dije que ibas a marcar por ayudarnos¡±.
?Qu¨¦ no podr¨ªan ya creer entonces? En la ida de la semifinal en M¨¢nchester, contra el City, Benzema dispuso de un penalti para reducir la desventaja, que entonces estaba en 4-2. Llegaba de fallar dos penas m¨¢ximas contra Osasuna. Y lo tir¨® a lo panenka. ¡°O lo hago ahora o nunca lo voy a hacer¡±, recuerda. ¡°Es un gol para mostrar al adversario que estamos con mucha confianza. Lo hago porque es un partido importante y s¨¦ que se va a quedar en la cabeza de la gente¡±. Todav¨ªa en el estadio del City, Benzema vuelve a apelar al conjuro: ¡°En el Bernab¨¦u vamos a hacer una cosa m¨¢gica, que es ganar¡±. Y as¨ª fue.
Algunas omisiones
El Madrid avanzaba hacia su decimocuarta Copa de Europa confiado en que portaba algo sobrenatural. Cualquier cosa constitu¨ªa una se?al definitiva. La serie incluye un v¨ªdeo que grab¨® Courtois de la puerta de su habitaci¨®n en el hotel a las afueras de Par¨ªs: ¡°Curioso detalle: mi habitaci¨®n acaba en 14 [era la 314]. A por la 14¡å.
Lo consiguieron, y el belga fue el mejor jugador de una final que comenz¨® tarde por los incidentes en los alrededores del estadio derivados de la desastrosa organizaci¨®n de la UEFA. Aunque esto ha desaparecido en la serie. Ni una menci¨®n. En un relato de prodigios sobrenaturales, resulta extra?a la eliminaci¨®n de lo que podr¨ªa considerarse el pen¨²ltimo obst¨¢culo ins¨®lito. Pero sobre todo es uno de los recuerdos m¨¢s intensos de los miles de aficionados que sufrieron el p¨¢nico de los asaltos de los v¨¢ndalos, la angustia de la desprotecci¨®n de las autoridades y la desesperaci¨®n por el maltrato de la polic¨ªa.
Y, sin embargo, se trata del relato de un prodigio de una instituci¨®n que resulta prodigiosa con una frecuencia inexplicable. ¡°Yo me quedar¨ªa aqu¨ª toda la vida¡±, dice Ancelotti.
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