Cambalache

No conozco mejor descripci¨®n del eterno estado de las cosas, que la que hizo Santos Disc¨¦polo en el incontestable tango Cambalache. Dice cosas como estas: ¡°Que el mundo fue y ser¨¢ una porquer¨ªa ya lo s¨¦, en el 506 y en el 2000 tambi¨¦n. Que siempre habr¨¢ y habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos. Siglo XX, Cambalache, problem¨¢tico y febril. El que no llora no mama y el que no afana es un gil¡±.

El cambalache debi¨® de comenzar con Ad¨¢n y Eva y se prolongar¨¢ hasta el apocalipsis, algo que tiene la pinta de no estar tan lejano. Siempre he cre¨ªdo en t¨®picos tan manidos como que la cara es el espejo del alma y que por la apariencia conoceremos al personal. Con excepciones, por supuesto. Pienso en ello viendo el funeral de Estado que le han dedicado al todopoderoso Berlusconi, corrupto ancestral, estafador a gran escala, entra?able colega de la mafia, magnate de la telebasura. ?C¨®mo se puede fiar alguien de individuo semejante, con ese careto operado hasta la n¨¢usea? Pues gran parte de los italianos le amaban. O tal vez le envidiaban, quer¨ªan haber sido como ¨¦l. Otro que inspira inmediata grima es ese gorila mentiroso y sin el menor escr¨²pulo llamado Trump. Pero alcanzaron el trono y son admirados por gran parte de la plebe. A Putin, antiguo jefazo del KGB, te lo imaginas tortur¨¢ndole los genitales a cualquiera que no est¨¦ de acuerdo con ¨¦l. O lanzando una bomba at¨®mica sin que se altere lo m¨¢s m¨ªnimo su anatom¨ªa ni su cerebro. Porque coraz¨®n no tiene. Tambi¨¦n amenaza con ello el s¨¢trapa de Corea del Norte, cuya pinta es la de un beb¨¦ monstruoso.

En Espa?a los integrantes o aspirantes al eterno cambalache, solo aspiran a mantenerlo o a reemplazarlo despu¨¦s de las sagradas elecciones. Pero todos ellos piensan ¨²nicamente, como no, en el bien del pueblo espa?ol. ?Qu¨¦ ser¨¢ eso del pueblo espa?ol?

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