Cine
Mis queridos ni?os pensar¨ªan alarmados que he vuelto a darle al trago o intentar¨ªan ingresarme en un frenop¨¢tico si un d¨ªa decidiera que vieran pel¨ªculas como ¡®Todo a la vez en todas partes¡¯ y ¡®Jeanne Dielman¡¯
Me identificaba en plan masoca con un poema que empezaba as¨ª: ¡°Cuando ya nada se espera personalmente exaltante¡±. Es mentira. Desde hace unos a?os, mi ahijado y su hermano, adolescentes afortunadamente normales, listos, buenas personas, me convencieron para ver juntos una pel¨ªcula cada vez que voy a su casa. Y practicamos ese ritual con gozo compartido. Estaba acojonado ante mi responsabilidad al elegirlas. Pero respiro cuando se parten de risa ante Con faldas y a lo loco, perciben que El apartamento es divertida pero tambi¨¦n triste, se estremecen de inquietud y de miedo con Psicosis, desear¨ªan que El Padrino no terminara nunca. Incluso me atrevo a que sean testigos de la perversa Las amistades peligrosas y tambi¨¦n les seduce ese juego tan sofisticado. Hasta ahora no me he equivocado. Les estoy contando lo que significa el cine para m¨ª. Me siento orgulloso del grato descubrimiento que supone para ellos.
Mis queridos ni?os pensar¨ªan alarmados que he vuelto a darle al trago, retornado a las sustancias prohibidas, o intentar¨ªan ingresarme en un frenop¨¢tico si un d¨ªa decidiera que vieran pel¨ªculas como Todo a la vez en todas partes y Jeanne Dielman. Dudo que resistieran m¨¢s de 10 minutos. Despu¨¦s les asegurar¨ªa que no me he vuelto repentinamente loco. Que lo hago para que comprendan las barbaridades que se pueden cometer en nombre del cine. Les revelar¨ªa que Todo a la vez en todas partes, esa idiotez sobre el metaverso, ha recibido este a?o siete Oscar. Y que la tal Jeanne Dielman, esa nader¨ªa interminable, ha sido declarada como la mejor pel¨ªcula de la historia del cine, seg¨²n el docto criterio de 1.700 cr¨ªticos, acad¨¦micos y estudiosos, encuestados por la revista Sight and Sound. Mis peque?os cin¨¦filos no entender¨ªan nada. Yo tampoco. Pero es mejor re¨ªr que alucinar.
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