El pelotazo del abuelo y el ni?o: por qu¨¦ el regreso del ¡®Grand Prix¡¯ ha arrasado
El programa de La 1 ha sido el mayor ¨¦xito del verano televisivo en Espa?a, con una cuota media del 24% en sus tres primeras emisiones
Muchos han sido los programas y series que han regresado en la actual ola de nostalgia que domina la televisi¨®n, pero muy pocos los que han logrado hacerlo con ¨¦xito. El Grand Prix lo ha conseguido. Lo ha hecho en verano, la ¨¦poca de menor consumo televisivo del a?o, y en una cadena, La 1, que desde hace a?os no atraviesa su mejor momento. ¡°El programa del abuelo y el ni?o¡±, como reza su sinton¨ªa, no ha necesitado grandes cambios en su f¨®rmula para volver a atraer a las masas. ?Qu¨¦ ha pasado para que este verano todos estemos viendo los golpes en los troncos locos y las explosiones de las patatas calientes?
Entretenimiento familiar
En una televisi¨®n con un p¨²blico cada vez m¨¢s fragmentado, con programas que se dirigen a audiencias cada vez m¨¢s espec¨ªficas, las grandes cadenas en abierto todav¨ªa buscan (y necesitan) espacios que congreguen a p¨²blicos masivos. En el fondo, es su raz¨®n de ser. Tras 18 a?os fuera de TVE, Grand Prix volvi¨® a La 1 el 24 de julio, justo el d¨ªa despu¨¦s de las elecciones generales. Y de repente, familias enteras se asomaron a ese programa de entretenimiento blanco, diversi¨®n sin pretensiones, que cambiaba de tercio tras semanas en las que los pol¨ªticos parec¨ªan haber secuestrado la televisi¨®n.
El estreno del renovado Grand Prix fue visto por 2.572.000 espectadores, a los que hay que sumar los 635.000 que lo vieron en diferido (en los siete d¨ªas posteriores a su emisi¨®n original a trav¨¦s de sistemas de grabaci¨®n o servicios de visionado de la ¨²ltima semana de las operadoras). Desde entonces, su seguimiento ha descendido, pero se mantiene en cifras muy superiores al resto de programas del horario de m¨¢xima audiencia. Las tres primeras entregas han promediado 2.176.000 espectadores y un 24% de cuota de pantalla, seg¨²n la informaci¨®n de la consultora Barlovento Comunicaci¨®n a partir de los datos de la auditora Kantar Media.
El p¨²blico que no ve la tele
¡°Es una mentira aceptada eso de que los j¨®venes no ven la televisi¨®n. La televisi¨®n ha ido muchas veces a lo c¨®modo y ha pensado que la mejor forma de congregar grandes cuotas de pantalla era acudir a la gente mayor¡±, dice el analista cultural Borja Ter¨¢n. Uno de los datos que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n de la audiencia del Grand Prix es, precisamente, la elevad¨ªsima cuota que logra entre el p¨²blico m¨¢s joven. El 41,3% de los ni?os de 4 a 12 a?os que estaban viendo la televisi¨®n los tres ¨²ltimos lunes por la noche, lo hac¨ªan por el programa de La 1. La cuota media de esta cadena en esa franja de edad es un raqu¨ªtico 5,3%. En el p¨²blico de entre 13 y 24 a?os, la cuota fue del 31,8% (la media de la cadena en esa franja es del 8,7%). Aunque el porcentaje sea elevad¨ªsimo, lo cierto es que esas franjas solo aportaron 136.000 y 132.000 espectadores, respectivamente, al total del programa, seg¨²n Barlovento Comunicaci¨®n. Pero s¨ª es significativo el inter¨¦s que despert¨® entre el p¨²blico m¨¢s joven que ve la televisi¨®n los lunes por la noche.
Un grupo de edad especialmente esquivo para la televisi¨®n tradicional es el que va de 25 a 44 a?os al tratarse del p¨²blico que m¨¢s se decanta por las plataformas digitales. Ellos eran, precisamente, los espectadores que estaban reclamando el regreso del Grand Prix: son los que tienen recuerdos de su infancia relacionados con el programa. El tir¨®n en esa franja fue del 42% y aport¨® 677.000 espectadores.
JAJAJAJAJAJA Por favor ???? Que se ha picado con la vaquilla por molestarle ??#GrandPrixTVE pic.twitter.com/z5N0eETDeb
— Srta GHVIP (@SrtaGH_VIP) August 7, 2023
De la nostalgia a la realidad
La nostalgia es un fuerte reclamo en el momento en el que se produce m¨¢s contenido televisivo que nunca. Recuperar t¨ªtulos del pasado hace m¨¢s f¨¢cil destacar. ¡°Pero la nostalgia es muy peligrosa, porque en el minuto uno del reencuentro el recuerdo se puede malograr¡±, alerta Ter¨¢n. Varias apuestas de este verano miraban al pasado. Tanto ?All¨¢ t¨²! como Passwords han logrado buenos datos de audiencia, no como Me resbala, un fracaso de p¨²blico. Incluso Amazon Prime Video se ha sumado a la fiebre por la nostalgia con El castillo de Takeshi, antes conocido en Espa?a como Humor amarillo. TVE seguir¨¢ subida a esta ola con la recuperaci¨®n del concurso Cifras y letras, que ya prepara para emitir en las noches de La 2.
La nostalgia puede ser un aliado en formatos que saben adaptarse a los nuevos tiempos, como apunta el experto. Es el caso de Operaci¨®n Triunfo, que regres¨® a La 1 en 2017, seis a?os despu¨¦s de su ¨²ltima emisi¨®n, y que antes de que termine 2023 volver¨¢ con una edici¨®n en Prime Video. ¡°El Grand Prix es ahora m¨¢s fluido. Pero antes del estreno, vi alg¨²n programa antiguo y ya era muy ¨¢gil, es un programa que no tiene fecha de caducidad porque tiene unos valores universales que no pasan de moda. El tartazo, el pringue, es infalible en la televisi¨®n, lo fue en los a?os setenta y lo es en 2023. Tiene la fuerza de la espontaneidad y el entusiasmo de los pueblos¡±, dice el analista.
La creatividad artesanal
Grand Prix ha mantenido la esencia del programa tal y como lo recordaban sus espectadores. Las principales incorporaciones han sido los comentarios de Cristinini, las explicaciones humor¨ªsticas de Wilbur y una nueva mascota, un dinosaurio, que se une a la vaquilla de mentira, todo ello destinado a enganchar al p¨²blico juvenil e infantil. Pero el resto conserva el estilo original. Los nuevos juegos podr¨ªan haber sido parte del programa hace 20 a?os, e incluso las explicaciones con animaciones, al estilo videojuegos de 8 bits, remiten al pasado. ¡°Est¨¢ muy bien armado a nivel de artesan¨ªa creativa. No se han quedado en las pantallas led, hacerlo tecnol¨®gico, un plat¨® oscuro¡ Han hecho el parque de atracciones. Han entendido que la televisi¨®n cl¨¢sica sigue siendo moderna cuando se hace bien. En tiempos en que la tecnolog¨ªa arrasa con todo, la artesan¨ªa creativa nos hace diferentes¡±, sostiene Ter¨¢n.
La sociedad real
¡°El Grand Prix pone a jugar a todos por igual, sin mirar a nadie por encima del hombro. Los concursantes son gente corriente, pero en lo corriente est¨¢n las grandes singularidades de c¨®mo somos¡±, dice el experto. Las gradas tambi¨¦n est¨¢n trufadas de historias personales, recuerdos de la infancia, familias que concursan juntas, recuerdos de abuelos con los que se ve¨ªa el programa¡ Ter¨¢n recuerda c¨®mo algunos intentos de copiar el programa y su base de pruebas f¨ªsicas, como Juegos sin fronteras o Wipeout (en Espa?a, rebautizado como Guaypaut), apostaron por otros perfiles de concursantes, ¡°guapos de manual, gente sobreactuada, olvid¨¢ndose de mirar en primer plano a la realidad que construye la sociedad¡±, destaca.
Los concursantes representan a pueblos de entre 5.000 y 10.000 habitantes. Las poblaciones de menos de 50.000 habitantes son precisamente las que m¨¢s audiencia aportan al programa, con una media de 1.071.000 espectadores, frente a los 753.000 televidentes que proceden de poblaciones de entre 50.000 y 500.000 habitantes y 352.000 de las ciudades con m¨¢s de medio mill¨®n de ciudadanos, seg¨²n los datos de Barlovento. Por cuota de pantalla, Castilla y Le¨®n es la comunidad con mayor seguimiento del programa (28,4%), seguida por Madrid y la Comunidad Valenciana (26,4%). Donde menos inter¨¦s ha concitado es en Baleares, donde se queda en un 12,1%.
Ram¨®n Garc¨ªa
El de Bilbao es el alma del Grand Prix. ¡°Sabe que es un programa para jugar, pero le da la autoridad que necesita el concurso¡±, dice Borja Ter¨¢n. ¡°Controla el plat¨® y tiene esa actitud esc¨¦nica que hace que el plat¨® nunca le coma, por grande que sea. Esa es una gran virtud de un presentador que no solo sabe hilar el programa, sino que sabe encontrar las singularidades de lo que va pasando, enfocar la historia peque?a con la que empatizamos y que hace la televisi¨®n grande¡±.
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