Distintas zorras, la misma pol¨¦mica

Aunque cuarenta a?os despu¨¦s todo el mundo siga hablando de ellas, el 16 de abril de 1983 a Las Vulpes no las vio casi nadie. Si Caja de ritmos hubiese sido popular hoy los nombres de Geny y los Boomerang o Metal y Ca nos dir¨ªan algo y no salen ni en Cachitos. En los ochenta la m¨²sica comercial se ve¨ªa en Aplauso y Tocata y los que estaban al loro ¡ªuna expresi¨®n que hoy suena tan rid¨ªcula como alg¨²n d¨ªa sonar¨¢ PEC, no abusen de ella¡ª estaban enchufados a Radio 3. Aquel d¨ªa s¨®lo est¨¢bamos frente a la tele los que lo ve¨ªamos todo porque todo nos parec¨ªa, y parece, mejor que la vida real. Todo, hasta Pista libre, el programa que preced¨ªa al de Tena, una suerte de La clave para ni?os en el que lo mismo entrevistaban a un ginec¨®logo que a la directora de Alcal¨¢ Meco 2. Ese s¨¢bado emitieron una pel¨ªcula b¨²lgara sobre las consecuencias de situar mal las comas, qu¨¦ joven no estar¨ªa ansioso por pasar la ma?ana del s¨¢bado siguiendo las vicisitudes de un signo ortogr¨¢fico.

La actuaci¨®n de Las Vulpes trajo al pairo a toda Espa?a porque los cuatro que la vimos en directo (el v¨ªdeo todav¨ªa no hab¨ªa llegado a las casas) entendimos entre poco y nada ¡ªlo de no vocalizar no lo invent¨® Bad Bunny¡ª y ya ten¨ªamos muy alto el umbral del esc¨¢ndalo. En los patios de colegio se berreaba el Me pica un huevo de Siniestro Total y pronto llegar¨ªa I?aki de Glutamato Y¨¦-Y¨¦ con su look hitleriano cant¨¢ndole Todos los negritos tienen hambre y fr¨ªo a una pata de pollo.

Fue, como se ha recordado estos d¨ªas, Abc, la lucecita de El Pardo de la decencia patria, quien puso el grito en el cielo, ojo, 11 d¨ªas despu¨¦s de la emisi¨®n, preocupad¨ªsimos por los efectos de aquella letra en las siques infantiles, aunque no consta que tras escucharla ninguna ni?a lanzase la Nancy por la ventana y corriese a pedir trabajo en una barra americana. De aquella actuaci¨®n que no vio casi nadie se habl¨® durante meses, como si en lugar de una canci¨®n para bailar abrazados a una litrona se tratase de una publicaci¨®n en el BOE, y acab¨® cost¨¢ndole el puesto a su director, Carlos Tena.

Desanima que una intrascendencia pop genere hoy tanta controversia como hace 40 a?os una intrascendencia punk, alivia que al menos nadie se vea obligado a dimitir por ella.

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