Los Goya 2024: nuestra gala so?ada
Los Javis empezaron los Goya fantaseando con su gala so?ada. Yo estaba viendo la m¨ªa. Igual que cuando rindieron tributo a las galas que vieron desde su casa, las mismas que alimentaron mi vocaci¨®n de guionista
Como todos los lunes, el 30 de octubre, abr¨ª el ordenador dispuesta a teclear para este peri¨®dico. Se acababa de anunciar que Ana Bel¨¦n y los Javis presentar¨ªan los Goya, as¨ª que decid¨ª dedicarles la columna. Escrib¨ª ¡ªperd¨®n por la autocita¡ª: ¡°Hacer los Goya es un regalo envenenado. Y ni regalo. Cada a?o los que la seguimos ponemos nuestra (poquita) fe en que saldr¨¢ bien, pero casi siempre la cosa termina, por ser benevolente, de aquella manera. Es como enamorarse. No depende solo de uno ¡ªni aunque as¨ª fuera¡ª¡±. Aun as¨ª, el anuncio de sus nombres ¡ªde eso iba el texto¡ª era un motivo para la esperanza: ¡°Pero si alguien puede caer de pie son los Javis y Ana Bel¨¦n. Al final, es como enamorarse. A veces sale bien¡±.
Horas despu¨¦s de enviar esa columna y horas antes de que se publicara recib¨ª una llamada. Era ?ngel Custodio, de Gestmusic. Me ofrec¨ªa formar parte del equipo de guion de la gala de los Goya. Los Javis me hab¨ªan recomendado, nunca se lo podr¨¦ agradecer lo suficiente. No lo har¨ªa sola, pero a¨²n no pod¨ªa decirme con qui¨¦n m¨¢s, ten¨ªa que aprobarnos la Academia. Nunca hab¨ªa escrito una gala, sab¨ªa que necesitaba cerca a alguien que s¨ª. Mi compa?era so?ada era Pilar de Francisco. No la conoc¨ªa personalmente, pero su estupendo trabajo en las galas de los Feroz la avalaba. Una semana despu¨¦s, recib¨ª otra llamada: confirmada. Y mi compa?era ser¨ªa Pilar. A esas alturas empec¨¦ a fantasear con pedirle al cielo un mill¨®n de euros y extender la mano por si me ca¨ªa un cheque. Pero me cay¨® algo mejor, una de las experiencias m¨¢s gratificantes de mi vida.
Unas cuantas reuniones y separatas despu¨¦s, lleg¨® la primera lectura de guion. Conocer a Ana Bel¨¦n, ese privilegio. Y la lecci¨®n vital que ha supuesto ver convivir con su propia inseguridad a una de las mujeres m¨¢s talentosas que he tenido cerca. Y en un parpadeo nos plantamos en Valladolid. Los ensayos, el engranaje, la cuenta atr¨¢s.
Los Javis empezaron los Goya fantaseando con su gala so?ada. Yo estaba viendo la m¨ªa. Igual que cuando rindieron tributo a las galas que vieron desde su casa, las mismas que alimentaron mi vocaci¨®n de guionista. Me equivoqu¨¦ del todo: no era un regalo envenenado, ha sido uno de los m¨¢s bonitos de mi vida. Al final, fue como enamorarse. A veces sale bien.
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