Desechos de tienta
Nos llama la atenci¨®n que criaturas sin fuste tengan tanta importancia. Existe la teor¨ªa de que hablar de ellos es darles seguidores, pero ?c¨®mo vamos a ignorarlos?
Hace una semana, Objetivo La Sexta anunciaba programa doble (de reposiciones) para la ma?ana del domingo: Llados vs. Desokupa. Dos grotescos caricatos, fruto de una sociedad enferma, enfrentados para nuestro solaz. Esa misma noche descubrimos asombrados que el exasesor de Toni Cant¨® logra tres esca?os con un partido creado ex profeso para no ir a la c¨¢rcel, y cuyo logo es una ardilla con una m¨¢scara de Guy Fawkes (en la versi¨®n ¡°meme¡± de la versi¨®n que la 20th Century Fox hizo del comic V de Vendetta, del maestro Alan Moore). Con esos mimbres llegan ¨¦l y dos amigos suyos empresarios de la noche a Bruselas.
Este tipo de personaje, muy presente en el mundo entero, pero en especial en Europa, tienen mucho en com¨²n: unos or¨ªgenes no demasiado heroicos (el ¡°empresario¡± de Desokupa tiene antecedentes relacionados con la violencia y la extorsi¨®n; Llados ha borrado sus inicios como mentor, y el l¨ªder de S.A.L.F. ya sabemos que aparte de pedir perras por Telegram no ha hecho nada m¨¢s con su vida), un auge provocado por las redes sociales primero, y por los medios de comunicaci¨®n despu¨¦s, y una aceptaci¨®n entre una parte de la poblaci¨®n minoritaria, pero lo suficientemente poderosa como para que sea tema de debate y/o preocupaci¨®n. Nos llama la atenci¨®n que criaturas sin fuste tengan tanta importancia. Existe la teor¨ªa de que hablar de ellos es darles seguidores, pero ?c¨®mo vamos a ignorarlos? ?C¨®mo vamos a pasar por alto estas anomal¨ªas de un pa¨ªs democr¨¢tico? ?Deber¨ªamos hacer un pacto de silencio en torno a todo mentecato que monte un chiringuito alegal, por m¨¢s adeptos que le salgan?
La realidad es que este perfil de personaje va cobrando importancia con cada a?o que pasa. Yo lo veo ligado a la destrucci¨®n del sistema educativo y a la baja calidad del poco empleo que se crea. ?C¨®mo no se va a agarrar la gente a un clavo ardiendo? Fuera de ese mundo de promesas de ¨¦xito hortera y exaltado patriotismo, lo que nos queda es: viviendas que no podemos pagar, trabajos embrutecedores (eso para el que tiene, claro), ocio a precios desorbitados salvo que seas turista, y un tel¨¦fono m¨®vil para acceder a toda tabla de salvaci¨®n digital que te ofrezcan. ?C¨®mo no vamos a hablar de esta gente? Son el s¨ªntoma de que la casa est¨¢ mal construida. Ahora, en vez de mirar al tejado, nos queda revisar las vigas.
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