Qu¨¦ pat¨¦tico duelo entre el senil y la bestia
No soy tan ingenuo para creer que Biden y Trump representan la lucha entre la luz y la oscuridad, pero todav¨ªa s¨¦ distinguir entre lo mediocre, lo malo y lo peor
Veo con malestar variados extractos del lamentable debate en televisi¨®n entre un goril¨®n permanentemente te?ido, mentiroso profesional y casi siempre impune, con el que no sabes si te desagrada m¨¢s su babosa gestualidad que su temible pensamiento, y un anciano con signos inequ¨ªvocos de devastaci¨®n f¨ªsica y mental. Todo en el primero, llamado Trump, me provoca ancestralmente l¨®gico asco. Y ante Biden siento piedad. Fui dolorido testigo en mi familia del nacimiento y la progresi¨®n de esas enfermedades brutales llamadas Alzh¨¦imer y demencia. Inicialmente pueden exasperarte, pero despu¨¦s solo queda la compasi¨®n y la ternura ante cerebros devastados. La desigual batalla en ese plat¨® entre el senil y la bestia tendr¨¢ consecuencias inquietantes para el resto de la humanidad. No soy tan ingenuo como para creer que representan la lucha entre la luz y la oscuridad, pero todav¨ªa s¨¦ distinguir entre lo mediocre, lo malo y lo peor.
Las mayores atrocidades en la historia del siglo XX fueron protagonizadas por fulanos como Hitler, Stalin y Franco. Exhibiendo, qu¨¦ casualidad, los tres, bigotito o bigotazo. Pero es muy turbador recordar que todos ellos fueron idolatrados por la inmensa mayor¨ªa de su pueblo. Alemania, el pa¨ªs m¨¢s alfabetizado de Europa en aquella ¨¦poca, vot¨® masivamente a los nazis. Estos protagonistas de la historia universal de la infamia utilizaron el terror cuando les conven¨ªa, pero tambi¨¦n sintieron la adoraci¨®n de sus compatriotas. Digo yo que alguna responsabilidad tendr¨¢n las masas, el pueblo llano, en las dictaduras que ejercen los monstruos.
Abundan esos bichos en las jefaturas del mundo actual. Qu¨¦ miedo dan gente como Trump, Putin, ese beb¨¦ caprichoso y enfermizo en posesi¨®n de bombas at¨®micas que reina en Corea del Norte, Netanyahu, los ayatol¨¢s de tantas religiones. Aunque solo fuera por cuesti¨®n est¨¦tica y cultural, cu¨¢nta a?oranza despiertan pol¨ªticos como Churchill, Kennedy, Obama. A los amos del actual universo no se los inventa ni la imaginaci¨®n m¨¢s calenturienta de los guionistas del cine de terror.
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