Eurocopa 2024: Si Hitler levantara su maldita cabeza
Es gozoso constatar en el torneo que la mayor¨ªa de los representantes europeos no son precisamente blancos
Los ej¨¦rcitos de la Eurocopa est¨¢n plagados de jugadores con piel oscura, ingente cantidad de negros o de rasgos ar¨¢bigos, hijos o nietos de la inmigraci¨®n que gracias a su correspondida historia de amor con un bal¨®n encontraron su lugar en el sol. El muy oportunista Gabriel Rufi¨¢n, cuyo descaro a veces tiene gracia, como si el Pijoaparte de la inmortal novela de Mars¨¦ ...
Los ej¨¦rcitos de la Eurocopa est¨¢n plagados de jugadores con piel oscura, ingente cantidad de negros o de rasgos ar¨¢bigos, hijos o nietos de la inmigraci¨®n que gracias a su correspondida historia de amor con un bal¨®n encontraron su lugar en el sol. El muy oportunista Gabriel Rufi¨¢n, cuyo descaro a veces tiene gracia, como si el Pijoaparte de la inmortal novela de Mars¨¦ ?ltimas tardes con Teresa hubiera logrado buscarse un hueco excelso en el negocio de la pol¨ªtica, nos recuerda, a prop¨®sito del control de la Marina espa?ola sobre los cayucos que ha sugerido el PP, que los dos mejores jugadores de la selecci¨®n, Nico Williams y Lamine Yamal, son negros y descendientes de la emigraci¨®n desesperada. Pero s¨ª es gozoso constatar en este torneo que la mayor¨ªa de los representantes europeos no son precisamente blancos.
Tambi¨¦n imagino el disgusto oculto en el Bernab¨¦u del anciano y tradicional facher¨ªo franquista al observar que la mayor¨ªa de los h¨¦roes son m¨¢s oscuros que las tinieblas. Y existen gratos recuerdos hist¨®ricos. Como el careto que se le debi¨® de poner a Hitler al ser testigo de c¨®mo un corredor negrata llamado Jesse Owens se coronaba como rey en las olimpiadas de Berl¨ªn. O comprender el supremo disgusto del antiguo torturador Jean Marie Le Pen al advertir que la selecci¨®n francesa estaba plagada de africanos y de moros, individuos que nunca podr¨ªan ser bendecidos por la Grandeur.
Imagino que todos los ni?os de los pa¨ªses m¨¢s depauperados del mundo y de los extrarradios de las ciudades europeas empiezan a dar patadas a un bal¨®n o a un trapo desde que son beb¨¦s. Si unos cuantos de sus compatriotas han logrado tocar el cielo, ser millonarios y adorados, sacar a su familia o a su tribu de la miseria, ?por qu¨¦ no ellos? Ya no me quedan pasiones y la del f¨²tbol creo que solo la tuve de ni?o. Desde hace mucho tiempo solo disfruto de sus escasos artistas. Leo una declaraci¨®n del seleccionado Fabi¨¢n tan sincera como embrutecida: ¡°Me quedo con el trabajo sucio, no me mueve el f¨²tbol vistoso¡±.
Pero a¨²n me escandaliza m¨¢s la de Dolores Fonzi, una argentina directora de cine: ¡°Ser militante es necesario. Y mi manera de hacerlo es rodar pel¨ªculas¡±. Pobres pel¨ªculas. Y les dejo, que ese mod¨¦lico emperador germano llamado Kroos va a tocar la pelota. Despojando de sonido al televisor, por supuesto. Qu¨¦ pesadilla escuchar a la mayor¨ªa de los comentaristas de TVE, encabezados por el indescriptible Juan Carlos Rivero. Son tan cutres como los de DAZN. Y pensar que en ese oficio tambi¨¦n se desempe?aba el a?orado y adorable Michael Robinson, un narrador tan profesional como Carlos Mart¨ªnez, o un se?or que habla primorosamente y escribe a¨²n mejor. Un tal Valdano. Aunque procuro saltarme sus brillantes juicios cuando se refiere al due?o de casi todo, Florentino P¨¦rez.
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