¡®Locos por los monos¡¯: una traficante de animales ex¨®ticos, un chimpanc¨¦ desaparecido y un actor de Hollywood
La nueva serie documental del director de ¡®Tiger King¡¯ se adentra en los peligros de tratar a los primates como miembros de la familia
Los cuatro cap¨ªtulos de la serie documental Locos por los monos ¨Dya disponibles dos episodios en Max¨D tienen todos los ingredientes de una producci¨®n de Hollywood. Suspense, emoci¨®n, giros de guion, protagonista carism¨¢tica, historia de amor y hasta una estrella de cine. Empecemos por su protagonista. Tonia Haddix se describe a s¨ª misma como ¡°la Dolly Parton de los chimpanc¨¦s¡±. Enfermera reconvertida en agente de animales ex¨®ticos, se adentr¨® en el mundo de los primates de la mano de Connie Casey, conocida criadora de chimpanc¨¦s que aprovecha que el Estado de Misuri no proh¨ªbe la propiedad privada de animales salvajes peligrosos para hacer negocio facilitando monos a quienes los quieren, sea para fiestas privadas o para tenerlos como mascotas en casa. All¨ª, Tonia conoci¨® a Tonka, un chimpanc¨¦ con pasado en el cine. Y as¨ª llegamos a la historia de amor: Tonia asegura ante la c¨¢mara que quiere m¨¢s a ese animal que a sus propios hijos.
Turno para que la estrella de Hollywood entre en acci¨®n: el actor de The Good Wife Alan Cumming trabaj¨® con Tonka en una pel¨ªcula de 1997, Buddy, y quiere asegurarse de que su antiguo amigo vive en condiciones dignas. Los buenos (o los villanos, seg¨²n se mire) de esta historia son la asociaci¨®n animalista PETA, con quienes ha colaborado Cumming en diferentes campa?as, y quienes tratan de aplacar esa falta de leyes que protejan a los animales salvajes.
Ellos son los que acudir¨¢n al criadero de Connie Casey y denunciar¨¢n el estado en el que tiene a los animales. Dejando fuera algunos detalles para no entrar en excesivos destripes, esta historia llega a su primer gran giro de guion cuando Tonka desaparece, lo que ser¨¢ el detonante de una lucha entre Tonia Haddix y PETA.
El conservacionista y cineasta Eric Goode no ten¨ªa ni idea de que se iba a encontrar con esta historia en su camino, del mismo modo que tampoco se imagin¨® que mientras indagaba sobre animales en peligro de extinci¨®n terminar¨ªa d¨¢ndose de bruces con los personajes que protagonizan Tiger King, la serie documental de Netflix que fue todo un ¨¦xito durante la pandemia.
¡°Grababa por todo el mundo a gente relacionada con los rinocerontes, los reptiles, las mariposas en Indonesia¡ y al final empec¨¦ a centrarme en la gente de los grandes felinos. Mientras preparaba Tiger King, descubr¨ª algo llamado madres de monos. Nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar de las madres de monos, mujeres que cuidaban de monos como si fueran hijos. As¨ª que despu¨¦s de Tiger King, empec¨¦ a grabar a madres de monos. Grab¨¦ a un mont¨®n de gente, tienes que hacer una red de contactos muy grande para encontrar una historia as¨ª. Durante esas grabaciones de gente relacionada con los chimpanc¨¦s empez¨® a desarrollarse esta historia, que se fue volviendo cada vez m¨¢s loca. Fue la uni¨®n de tenacidad y suerte¡±, cuenta Goode a EL PA?S por videollamada.
Ser conocido por Tiger King no le ha puesto las cosas f¨¢ciles entre los propietarios de animales ex¨®ticos. ¡°Son gente muy paranoica ante cualquiera que se les acerque por un mont¨®n de razones: puede que tengan animales ilegales, o muy valiosos, o no quieran que la gente les conozca¡ La gente ahora me conoce y se protegen de m¨ª porque podr¨ªa atraer la atenci¨®n equivocada sobre ellos¡±, explica Goode. Por eso, para acercarse al entorno de Connie Casey contact¨® con Tonia Haddix sin saber a¨²n que terminar¨ªa siendo la protagonista de su documental. Tambi¨¦n recurri¨® a un ¡°director apoderado¡±, Dwayne Cunningham, un payaso profesional y ex artista circense con experiencia con animales salvajes, que hizo de mediador para ganarse la confianza de estas mujeres.
En el documental de HBO, Haddix se muestra ante la c¨¢mara en momentos diversos de su d¨ªa a d¨ªa laboral y personal, como cuando cuenta su vida mientras le hacen las pesta?as. ¡°No s¨¦ si ella lleg¨® a ser consciente de sobre qu¨¦ iba a tratar el documental, pero tampoco lo sab¨ªamos nosotros, la verdad. No soy de la polic¨ªa animal, yo creo que est¨¢ bien que la gente tenga animales si les pueden dar una buena calidad de vida. Tonia fue muy generosa y me permiti¨® grabarla haciendo cosas muy ¨ªntimas. Creo que todav¨ªa est¨¢ intentando entender por qu¨¦ hizo este documental y yo de verdad espero que le traiga algo bueno¡±, dice Eric Goode.
¡°Antes de que yo entrara en su vida, ella ya ten¨ªa problemas con los defensores de los derechos de los animales, no quiero que la gente piense que este documental es lo que la ha metido en problemas, ya hab¨ªa ocurrido antes de que nosotros apareci¨¦ramos¡±, aclara Goode.
En un momento de esta historia real, el director se convierte en un protagonista m¨¢s en un nuevo giro de guion que har¨¢ que la serie, de alguna forma, rompa la cuarta pared al obligar a Goode y Cunningham a tomar decisiones que afectan al devenir de los acontecimientos. El juego del gato y el rat¨®n en que se ha convertido esta historia se ampl¨ªa. En el documental, Goode pone de manifiesto los dilemas morales a los que se enfrent¨®. ¡°En realidad todav¨ªa estoy lidiando con esos dilemas¡±, confiesa ahora. ¡°Todav¨ªa sigo en contacto con Tonia y tengo mucho inter¨¦s por ver qu¨¦ ocurre con ella ahora. Espero de verdad que este documental le traiga cosas positivas a ella y a los chimpanc¨¦s¡±.
Locos por los monos muestra otras historias de ¡°madres de monos¡± y los peligros que supone convivir con chimpanc¨¦s, animales que de beb¨¦s pueden ser adorables, pero que al crecer son criaturas con mucha fuerza y peligrosas, como se comprueba en varias ocasiones en el documental. Tambi¨¦n pone el foco en la escasa protecci¨®n que tienen estos animales en Estados Unidos, donde, como recuerda la serie, no hay leyes federales que proh¨ªban que los humanos tengan chimpanc¨¦s. Goode se pregunta por qu¨¦ ocurre esto. ¡°?Y por qu¨¦ las armas en Estados Unidos? Tenemos unas leyes muy locas y luego en otras cosas no tenemos leyes. No tengo respuesta para esto¡±, reflexiona.
Al igual que el espectador, el director vivi¨® esta historia como una constante sorpresa, incapaz de decidirse ahora por el giro m¨¢s loco de todo lo que ocurri¨®. ¡°No pude creer que hubiera un chimpanc¨¦ desaparecido, no pude creer que un actor famoso, Alan Cumming, hubiera estado relacionado con ese mismo chimpanc¨¦ hace 25 a?os¡ Hubo tantas cosas que ocurrieron que superaban la ficci¨®n. Yo solo iba a grabar a mujeres con chimpanc¨¦s, pero nunca imagin¨¦ que la historia terminara siendo as¨ª¡±, remata el director.
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