¡®Perdidos¡¯: tenemos que volver (a las series de largo recorrido)
El ¨¦xito de ¡®Perdidos¡¯ se debi¨® a la comunidad de comunidades que se cre¨® a su alrededor. No hay religi¨®n sin comunidad y ¡®Perdidos¡¯ se convirti¨® en un culto laico formado por fieles devotos, ex¨¦getas, profetas e incluso cr¨ªticos integrados
En su segunda temporada, Perdidos emiti¨® un cap¨ªtulo titulado Vivir juntos, morir solos. En ¨¦l la serie redundaba en uno de sus temas centrales: la idea de comunidad por contraposici¨®n a la soledad a la que parec¨ªan abocados algunos de sus personajes. M¨¢s all¨¢ de las fronteras de su narraci¨®n, el ¨¦xito de Perdidos se debi¨® a la comunidad de comunidades que se cre¨® a su alrededor. No hay religi¨®n sin comunidad y Perdidos se ...
En su segunda temporada, Perdidos emiti¨® un cap¨ªtulo titulado Vivir juntos, morir solos. En ¨¦l la serie redundaba en uno de sus temas centrales: la idea de comunidad por contraposici¨®n a la soledad a la que parec¨ªan abocados algunos de sus personajes. M¨¢s all¨¢ de las fronteras de su narraci¨®n, el ¨¦xito de Perdidos se debi¨® a la comunidad de comunidades que se cre¨® a su alrededor. No hay religi¨®n sin comunidad y Perdidos se convirti¨® en un culto laico formado por fieles devotos, ex¨¦getas, profetas e incluso cr¨ªticos integrados. Viv¨ªamos juntos y no ve¨ªamos la tele solos.
Por supuesto, la tele generalista espa?ola siempre la hab¨ªamos visto en compa?¨ªa y comentado con otros, pero esta, que la mayor¨ªa no ve¨ªa por los cauces tradicionales (y legales) era otra cosa. Hacer pi?a nos hizo espectadores m¨¢s inquietos, entusiastas y exigentes. Tanto, que 400.000 almitas nos sentamos frente al televisor a una hora intempestiva del 24 de mayo de 2010 a ver su final en Cuatro. Recuerdo, como si lo hubiera vivido ayer, el ambiente en la cafeter¨ªa de Globomedia a la hora del desayuno esa ma?ana. Becarios ¡ªhoy responsables de algunas de las series que vemos¡ª y trabajadores veteranos ¡ªhoy nombres consagrados¡ª comentaban la jugada con pasiones encontradas, todo a voces. El ambiente era tal que los pocos que no hab¨ªan madrugado para verlo le encargaron el caf¨¦ a otros para evitar spoilers.
La cr¨ªtica se ha hartado a se?alar a HBO como la gran art¨ªfice de la revoluci¨®n de las series, pero esto es una verdad a medias. Los Soprano y sus disc¨ªpulos fueron la piedra de toque del acercamiento de cierta ¨¦lite cultural a la tele, medio otrora desde?ado. Pero fue la tele generalista norteamericana a partir de 2004 la que consigui¨® la revoluci¨®n popular. Vinieron Mujeres desesperadas, Anatom¨ªa de Grey, The office y se quedaron. Y Grey sigue teniendo cuerda en emisi¨®n.
Hoy, que las plataformas han querido crear esas comunidades alrededor de su marca en lugar de alrededor de sus series, cada vez con menos cap¨ªtulos y temporadas, los datos siguen avalando a la televisi¨®n generalista de largo recorrido. Suits fue la serie m¨¢s vista en streaming el a?o pasado en Estados Unidos. En el ¨²ltimo mes lo ha sido Prison Break. Nos siguen atrapando las historias, como han hecho siempre ¡ªlas ¡°religiones de libro¡± lo son por algo¡ª y eso no hay marca que lo enmiende. Como le dec¨ªa Jack a Kate: tenemos que volver.