¡®Perdidos¡¯ cumple 20 a?os: 2004, la temporada que revolucion¨® las series
La coincidencia en el tiempo de ¡®Mujeres desesperadas¡¯, ¡®House¡¯ o ¡®Anatom¨ªa de Grey¡¯ y la pirater¨ªa llevaron a la ficci¨®n televisiva a alcanzar un punto de fen¨®meno global
En 2004, algo en la televisi¨®n estaba cambiando, aunque los ejecutivos todav¨ªa no lo sab¨ªan. La tecnolog¨ªa comenzaba a dar la vuelta a un modelo que se hab¨ªa mantenido d¨¦cadas inamovible. Y, aunque Netflix y las plataformas quedaban lejos, un grupo de exitosas series dieron el empuje que le hac¨ªa falta a la ficci¨®n para pasar a otro nivel: llegaron en la misma temporada las amas de casa de Mujeres desesperadas, la ciencia ficci¨®n pol¨ªtica post-11S de Battlestar Galactica, los amor¨ªos hospitalarios de Anatom¨ªa de Grey, la investigaci¨®n m¨¦dica de House, la adolescencia detectivesca de Veronica Mars, la comedia cotidiana de The Office, y, por supuesto, el irrepetible vuelo 815 de Perdidos, que explot¨® un 22 de septiembre de hace 20 a?os. Todas coincidieron, y lo que en ellas se escribi¨® todav¨ªa sigue influyendo. Las series se postulaban como el primer entretenimiento de masas global.
Los Soprano trajo el prestigio para minor¨ªas a la peque?a pantalla, pero esta a?ada iba a poner a fan¨¢ticos de todo el mundo a ver los cap¨ªtulos de sus series favoritas sin retraso, casi al un¨ªsono. El auge de blogs y foros, y tambi¨¦n de la pirater¨ªa, hac¨ªan al espectador part¨ªcipe del fen¨®meno. Ellos traduc¨ªan subt¨ªtulos desde sus casas para que gente de otros pa¨ªses las entendiera y abr¨ªan sus propios recovecos en internet para elucubrar sobre teor¨ªas imposibles, analizar cada plano y compartir cada novedad. Las series eran ahora m¨¢s grandes, globales, diversas y ten¨ªan menos l¨ªmites. ¡°Con Twin Peaks en los noventa sucedi¨® algo parecido, hab¨ªa fanzines y triunf¨® en Jap¨®n, pero en 2004 coincidi¨® la explosi¨®n en conjunto de la ficci¨®n estadounidense con la democratizaci¨®n de internet y el an¨¢lisis colectivo. Perdidos no habr¨ªa sido lo que fue sin internet¡±, sentencia Javier P. Mart¨ªn, que este domingo cierra su podcast Perdidas, donde han repasado uno a uno los episodios situados en su misteriosa isla: ¡°Se retroalimentaba de los fans y los guionistas estaban enterados de lo que dec¨ªan, hasta el punto de matar a personajes que odiaban como Nikki y Paulo de forma supercruel, solo por divertirse. Por otro lado, los seguidores convirtieron la serie en lo que no era, esperando respuesta a todo¡±.
Hoy, Perdidos todav¨ªa se asoma a veces entre lo m¨¢s visto. Incluso si, en 2024, el panorama es otro. Hace tiempo que dejamos de decir aquello de que vivimos en la edad dorada de las series. Entretanto, se ha librado una guerra de una d¨¦cada entre plataformas de streaming que ha encontrado en Netflix su ganadora. Y precisamente nacieron para desterrar esa pirater¨ªa que este a?o creci¨®. 2004 y su internet bonito era otro mundo, pero all¨ª se empez¨® a escribir este cap¨ªtulo.
La influencia se nota en la manera de escribir series, de verlas y comentarlas, aunque las tornas para los canales en abierto que triunfaban entonces hayan cambiado. Tras darse cuenta del fen¨®meno viral, en 2005, la cadena ABC, responsable de Lost y Mujeres desesperadas, puso el primer ladrillo para su evoluci¨®n al alcanzar un acuerdo con Apple para presentar sus series m¨¢s punteras en las diminutas pantallas del iPod. Todo por el m¨®dico precio de 1,99 d¨®lares por episodio, como recuerda el libro Desperate Network, donde Bill Carter repasa las tribulaciones de aquel a?o magn¨ªfico para la televisi¨®n estadounidense. Los ejecutivos comenzaban a darse cuenta de que ten¨ªan que dar un golpe sobre la mesa para mantener su negocio. Nac¨ªa la televisi¨®n bajo demanda y la grabaci¨®n digital.
Perdidos ejemplifica el periodo de transici¨®n: ¡°Es extremadamente imperfecta e irregular, pero por el tiempo que le toc¨® vivir. Fue la serie bisagra¡±, explica Mart¨ªn, ¡°tiene las caracter¨ªsticas de la tele tradicional, hab¨ªa que rellenar horas y sobra mucho. Al mismo tiempo, con ella naci¨® otro tipo de series, menos accesibles al gran p¨²blico. Hoy ya estamos acostumbrados, pero eran aquellas en las que tienes que seguir un argumento, no te puedes perder un cap¨ªtulo y exige atenci¨®n. La trama impera y no ser solo una serie sobre la vida. Stranger Things es heredera de Perdidos¡±. Lo recuerda tambi¨¦n el documental Getting Lost, que se estrena en octubre en el Festival Serializados en Barcelona.
El ¨¦xito fue inmediato. Su primer episodio cost¨® 14 millones de d¨®lares (12,5 millones de euros), el m¨¢s caro entonces, y sum¨® 18 millones de espectadores en EE UU. Once d¨ªas despu¨¦s, el 3 de octubre, 21 millones vieron Mujeres desesperadas, estreno m¨¢s exitoso en ABC desde 1996. Su final de temporada alcanz¨® los 30 (Tracker, serie m¨¢s vista hoy en los canales cl¨¢sicos, se conforma con 10 millones). Este pelotazo inesperado pon¨ªa en el mapa al canal de Disney, que hasta ahora parec¨ªa enterrado. Y todo con una serie femenina sobre las preocupaciones de estas mujeres, que trataban de desentra?ar la muerte de su vecina en el burtoniano Wisteria Lane (se oye m¨²sica de Danny Elfman). Sus protagonistas lanzaban frases como ¡°Rex llora al eyacular¡± o ¡°un pene erecto no tiene consciencia¡±. No sonaba a televisi¨®n en abierto.
¡°Es un a?o incre¨ªble, por lo que supuso que coincidieran. Entre ellas no ten¨ªan mucho que ver, salvo que estaban muy serializadas y hab¨ªa teor¨ªas sobre el misterio y qu¨¦ iba a pasar. El resto nada, y enganchaban al mismo p¨²blico¡±, recuerda Mart¨ªn. Todas presentaban un gran valor de producci¨®n semanal, m¨²sica reconocible y una mezcla de g¨¦neros. Como en 1999 en el cine (con Matrix, El sexto sentido, American Beauty, Magnolia¡ ), la calidad de esta coincidencia es lo que gener¨® impacto. Todos quer¨ªan el nuevo Perdidos, pero, pese al misterio, era una serie fundamentada en personajes y no todos ten¨ªan la qu¨ªmica de Jack, Kate y Sawyer, el carisma de Locke o la m¨²sica de Michael Giacchino. A su sombra nacieron Prison Break, Sobrenatural o H¨¦roes, y experimentos serializados que no gozaron de tanta salud como Surface, Treshold o Invasi¨®n.
Mujeres desesperadas marc¨® ¨¦poca
Mujeres desesperadas era el ¨¦xito sobre el que pod¨ªa construirse una programaci¨®n. La de ABC aquel a?o fue de leyenda. A mediados de temporada hab¨ªa que cubrir la necesidad con una compa?era de parrilla m¨¢s femenina que la serie de abogados Boston Legal. Hoy, tras 21 temporadas en emisi¨®n, est¨¢ bien recordar que Anatom¨ªa de Grey naci¨® como una serie con la que complementar la noche de Teri Hatcher, Felicity Huffman, Eva Longoria y Marcia Cross. La primera temporada de este culebr¨®n con bata solo tuvo nueve episodios, poco habitual en una televisi¨®n donde se escrib¨ªan temporadas de 24 cap¨ªtulos. ¡°Hay un aire experimental, el dejar que surjan cosas e improvisar por lo que diga la audiencia¡±, opina Mart¨ªn. Grey¡¯s hoy ya no llega a 20 episodios por temporada, y su audiencia se ha reducido de 12 millones a cinco.
Otra serie de m¨¦dicos, aunque a golpe de investigaci¨®n por episodio, como House peg¨® el campanazo en Fox, y pronto se convirti¨® en otro ¨¦xito global. En Espa?a lleg¨® meses despu¨¦s a trav¨¦s de Cuatro, y arras¨® como pocas series han hecho en la televisi¨®n en abierto. ¡°Descubrimos que hab¨ªa otra manera de ver series y tambi¨¦n nos llev¨® a la pirater¨ªa¡±, reconoce Mart¨ªn en referencia a foros como TusSeries: ¡°Estabas m¨¢s interconectado con los estadounidenses y ten¨ªas que ir al d¨ªa para no tragarte spoilers. No pod¨ªas esperar a una cadena espa?ola, entonces muy por detr¨¢s del espectador. Pese a que hoy seamos motor en series, y nos hayamos equiparado, entonces eran unas series raras para lo que se hac¨ªa aqu¨ª¡±. Eran virales cuando no exist¨ªan las redes sociales. No hab¨ªa entonces tampoco estrenos globales a los que ya nos hemos acostumbrado. ¡°Nos hemos vuelto de nuevo m¨¢s consumidores pasivos, llevados por el algoritmo. El seri¨¦filo de los 2000 buscaba, se interesaba y era trendsetter [creador de tendencias]. Es algo que ahora solo veo en la cultura otaku. Entonces busc¨¢bamos y pele¨¢bamos porque nos llegaran esas series, pero una vez que ya es m¨¢s accesible, nos hemos acomodado¡±, aporta P. Mart¨ªn.
Tambi¨¦n cambi¨® lo que se pod¨ªa hacer. El canal por cable HBO hab¨ªa empujado a los tradicionales a tomar riesgos, y a no tener que seguir una doctrina cerrada. D¨¦cadas antes que The Bear, Mujeres desesperadas abri¨® el debate sobre si era comedia o drama, popularizando el t¨¦rmino de dramedia. Su creador, Marc Cherry, ven¨ªa de Las chicas de oro y solo buscaba un sueldo tras muchos rechazos. Los ejecutivos de NBC no supieron d¨®nde encajarla: ¡°Me dijeron que era genial, y despu¨¦s que no estaban seguros de que fuera una comedia, as¨ª que la enviaron a la secci¨®n drama. Lo pr¨®ximo que supe es que la rechazaban¡±, contaba en el libro de Bill Carter.
Meses m¨¢s tarde, NBC tuvo que lidiar con la p¨¦rdida a manos de su rival ABC de Mujeres desesperadas, la serie m¨¢s exitosa de la televisi¨®n, una que, junto a Perdidos form¨® la mayor dupla desde Urgencias y Friends. Mientras, la cadena estrenaba Me llamo Earl, el spin-off Joey (eso no acab¨® bien) y el fracaso m¨¢s costoso de la temporada, E-Ring. Tambi¨¦n contaban con el remake estadounidense de The Office, que se lanz¨® con tan poco inter¨¦s que solo al reducir su presupuesto de 600.000 d¨®lares a 300.000 por episodio logr¨® una segunda temporada. Aquel verano, Steve Carell se convirti¨® en una estrella con Virgen a los 40, y su destino y el de la serie cambiaron. Como el de Cherry, que pas¨® de mendigar 79.000 d¨®lares por su propuesta de Mujeres desesperadas a ser el mejor pagado de la ¨¦poca. Su serie, seg¨²n Eurodata TV Worldwide, fue la m¨¢s vista del mundo de 2006 a 2012, a asesinato por temporada, como muchas ficciones que siguieron el patr¨®n que populariz¨®.
Esta interconexi¨®n digital global empujada por servicios alegales como eMule iba a marcar la popularidad de los eventos compartidos en torno a las series. Un a?o antes de YouTube, la temporada 2004/2005 fue el anticipo de lo que estaba por llegar. Lo que all¨ª se decidi¨® marc¨® el rumbo. Es m¨¢s, quiz¨¢s ese a?o no solo cambi¨® la ficci¨®n, sino el sentir completo de la democracia contempor¨¢nea, ya que meses antes del comienzo de temporada en septiembre, el entonces magnate (y hoy expresidente de EE UU) Donald Trump se hab¨ªa lanzado al ruedo con el reality The Apprentice.
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