Restaurantes de lujo y salmones noruegos
¡®Boiling Point¡¯ se adentra en una cocina de un restaurante de post¨ªn en Londres, mientras que ¡®La isla del salm¨®n y la discordia¡¯ muestra el capitalismo m¨¢s voraz a partir de la industria del salm¨®n en Noruega
Puede ser el azar o la moda pero lo cierto es que en dos plataformas televisivas distintas coinciden un par de series con el denominador com¨²n de la comida aunque, eso s¨ª, con enfoques muy distintos.
De una parte est¨¢ Boiling Point en Movistar Plus+, una excelente y exhaustiva radiograf¨ªa de una cocina de un restaurante de post¨ªn en el Londres de hoy. Diez o 12 empleados encerrados en un espacio reducido que tendr¨¢n que compartir durante varias horas al d¨ªa bajo la presi¨®n de realizar platos con la calidad y rapidez suficientes que justifiquen su precio. El que lo hace, lo cobra.
Naturalmente, no todo ocurre en la cocina, lo que es un plus a?adido a la trama. Historias individuales, peque?os o grandes conflictos bajo la inevitable autoridad de una chef que manda y ordena con firmeza y con creatividad. Y aqu¨ª cabe destacar una cualidad de las series bien hechas: la informaci¨®n, algo que en Boiling Point est¨¢ m¨¢s que confirmada. Philip Barantini, cocreador y director de dos de los cuatro episodios de la serie, trabaj¨® durante 12 a?os en cocinas profesionales. Sabe de lo que habla. Con un s¨®lido plantel de profesionales de la interpretaci¨®n destaca entre ellos Vinette Robinson, la chef con un complicado pasado y un presente no menos complicado en ese micromundo de los fogones.
La otra serie, la noruega La isla del salm¨®n y la discordia, en Netflix, nos habla de la principal industria de la isla de Fr?ya, en la regi¨®n de Tr?ndelag: el salm¨®n. Y al hablar de industria resulta inevitable hablar de empresarios, que en el caso de la serie es Ingrid Skjerven, la propietaria de la mayor empresa de salm¨®n de la isla y obsesionada con engullir a su rival local, una compa?¨ªa familiar. Llegados a este punto es de justicia se?alar las ventajas del ¡°copiar y pegar¡± que ofrece la inform¨¢tica y que ahorra referencias complejas como las de los creadores de la serie Anne Bj?rnstad y Eilif Skodvin.
De nuevo, calidad e informaci¨®n, pues tras contemplar los episodios de la serie sabemos mucho m¨¢s del capitalismo voraz y de las piscifactor¨ªas de salm¨®n, una voracidad que encarna la implacable Julie Lange frente a un m¨¢s tradicional Knut Holstad, tambi¨¦n capitalista pero m¨¢s comprensivo con lo que llamamos el g¨¦nero humano. Hijos rebeldes, amores prohibidos y mucho salm¨®n en una peque?a isla noruega.
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