Kathy Bates es mucho m¨¢s grande que ¡®Matlock¡¯
Los primeros cap¨ªtulos de la serie de Movistar Plus+ no est¨¢n a la altura de su talentosa protagonista, pero Bates se ha ganado el cr¨¦dito suficiente como para que le demos otra oportunidad. Y las que hagan falta
Por fin los dioses de la televisi¨®n han escuchado a Abe Simpson. El retorno de Matlock era una petici¨®n recurrente del abuelo de Los Simpson y el resto de parroquianos del asilo de Springfield. ¡°?Que vuelva Maaaaaatlooooock!¡±, gritaban mientras amenazaban a la pantalla con sus bastones temblorosos. Era tal su querencia por el abogado sure?o que cuando el alcalde Quimby quiso ganarse el voto de los ancianos, prometi¨® llamar a la autopista de la...
Por fin los dioses de la televisi¨®n han escuchado a Abe Simpson. El retorno de Matlock era una petici¨®n recurrente del abuelo de Los Simpson y el resto de parroquianos del asilo de Springfield. ¡°?Que vuelva Maaaaaatlooooock!¡±, gritaban mientras amenazaban a la pantalla con sus bastones temblorosos. Era tal su querencia por el abogado sure?o que cuando el alcalde Quimby quiso ganarse el voto de los ancianos, prometi¨® llamar a la autopista de la ciudad Autopista Matlock. Sirvan estos datos para explicar su penetraci¨®n en la cultura popular estadounidense. No fue el ¨²nico procedimental de los ochenta protagonizado por un septuagenario que resolv¨ªa cr¨ªmenes que ol¨ªan a merienda. Por la parrilla, la de all¨ª y la de aqu¨ª, campaban asimismo el padre Dowling y el vivaz Dick Van Dyke de Diagn¨®stico: Asesinato. Y, por supuesto, la enorm¨ªsima Jessica Fletcher de Angela Lansbury.
Matlock ha vuelto y no ha vuelto porque esta serie s¨®lo utiliza su t¨ªtulo como un recurso metatelevisivo; no hay nada en ella que remita a la ficci¨®n de Andy Griffith, se llama Matlock como podr¨ªa llamarse Fletcher. Y tendr¨ªa m¨¢s sentido porque la trayectoria de sus protagonistas comparte muchos elementos. Al igual que sucedi¨® con Lansbury, a Kathy Bates le cost¨® salvar el escollo que supon¨ªa su f¨ªsico. Se las trat¨® de actrices ¡°de car¨¢cter¡±, lo que ven¨ªa a significar que no eran suficientemente guapas para ser protagonistas. Y ni eso garantizaba papeles. Cuando llevaron al cine Frankie y Johnny, la historia de una camarera poco agraciada sin suerte en el amor que Terrence McNally escribi¨® para Bates y que ella hab¨ªa convertido en un ¨¦xito en Broadway, Hollywood la sustituy¨® por Michelle Pfeiffer. Se resarci¨® alzando el Oscar por Misery y regal¨¢ndonos papel tras papel su extraordinaria capacidad para resultar tierna y aterradora en la misma secuencia.
Es una actriz sin l¨ªmites y sin prejuicios; s¨®lo hay que ver su paso por American Horror Story. Ryan Murphy puede haberse desnortado un poco, pero sigue sabiendo llevar a su redil a esa clase de actrices que dicen m¨¢s con un movimiento de ceja que con tres p¨¢ginas de guion. Un don que ha hecho confiarse en exceso a los creadores de la nueva Matlock (en Movistar Plus+) que parecen haberlo apostado todo exclusivamente al carisma de su estrella. Vistos los dos primeros cap¨ªtulos, cuesta imaginar que dentro de 30 a?os alguien alce un bast¨®n tembloroso para reclamar su retorno. Aunque el cr¨¦dito de Bates es suficiente para darle una oportunidad, a ella siempre la querremos de vuelta.