Se dice ¡®f¨²tbol¡¯ no ¡®soccer¡¯, as¨ª se rindi¨® Estados Unidos al deporte rey
La popularidad del deporte m¨¢s seguido del mundo crece a mayor ritmo que cualquier otro impulsada por la pasi¨®n latina, el efecto Messi, la Copa Am¨¦rica y el Mundial de 2026
Retumba el bombo. La barra canta en la grada. ¡°Ol¨¦, ol¨¢, cada d¨ªa te quiero m¨¢s¡±. Podr¨ªa ser la tribuna de un estadio cualquiera en Argentina. O en Colombia. O M¨¦xico. Pero no. Quienes entonan estas palabras que se pueden escuchar en boca de infinidad de hinchas por todo el continente son los miembros de La12deAtlanta. Es la principal barra latina del Atlanta United FC, equipo con una d¨¦cada de vida, que juega en la liga de f¨²tbol profesional estadounidense, la MLS, desde 201...
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Retumba el bombo. La barra canta en la grada. ¡°Ol¨¦, ol¨¢, cada d¨ªa te quiero m¨¢s¡±. Podr¨ªa ser la tribuna de un estadio cualquiera en Argentina. O en Colombia. O M¨¦xico. Pero no. Quienes entonan estas palabras que se pueden escuchar en boca de infinidad de hinchas por todo el continente son los miembros de La12deAtlanta. Es la principal barra latina del Atlanta United FC, equipo con una d¨¦cada de vida, que juega en la liga de f¨²tbol profesional estadounidense, la MLS, desde 2017. Los entre 400 y 800 miembros viajan tras el equipo ¡ªacompa?ados de sus tambores, trompetas y banderas enormes¡ª a lo ancho del pa¨ªs norteamericano, dentro de las posibilidades log¨ªsticas en una geograf¨ªa tan extensa, esparciendo la pasi¨®n futbolera latinoamericana por el territorio.
No son una excepci¨®n. ¡°Todos los equipos de Estados Unidos tienen sus barras latinas porque hay latinos en todos lados¡±, se?ala el presidente y fundador de la12, Gabriel D¨ªaz, uruguayo de 35 a?os, que lleva 20 en la capital de Georgia y celebra parte de su identidad misma con cada grito de gol. Los miles y miles de hinchas como D¨ªaz son el abono del crecimiento tard¨ªo del deporte m¨¢s popular del mundo en Estados Unidos: aqu¨ª ya no se dice ¡°soccer¡±, se dice ¡°f¨²tbol¡±.
Los latinos nacen con una pelota en la cuna y crecen pateando balones en canchas de c¨¦sped sint¨¦tico, parques empolvados y el asfalto de las calles enfrente de casa. El 73% de los latinos mayores de 16 dice ser fan¨¢tico del deporte, el 32% hered¨® el amor por un escudo en particular y el 22% se considera un ¡°super-fan¡±. Para miles de ellos es una parte importante de quienes son. Es natural que busquen replicar la tradici¨®n que dejaron atr¨¢s ellos mismos o generaciones anteriores.
Es algo que no siempre fue posible. Hasta 1996, cuando se jug¨® la primera temporada de la MLS con diez equipos, no hab¨ªa liga profesional de f¨²tbol en el pa¨ªs. Es verdad que hubo un experimento fallido entre 1968 y 1984 que visti¨® a Pel¨¦ y Beckenbauer con la camiseta de los New York Cosmos. Pero el proyecto nunca tuvo futuro en un pa¨ªs donde el beisbol, el futbol americano y el baloncesto dominaban absolutamente los intereses deportivos de la poblaci¨®n. Seg¨²n una encuesta de Gallup, en 1997 el soccer estaba empatado en ¨²ltimo lugar en la lista de deportes favoritos junto con el patinaje art¨ªstico. Veinte a?os despu¨¦s hab¨ªa subido al cuarto lugar, muy cerca de superar al beisbol.
No hay datos definitivos al respecto, pero la correlaci¨®n del crecimiento de la poblaci¨®n latina, y tambi¨¦n su asimilaci¨®n y mayor participaci¨®n cultural en el pa¨ªs, con el aumento en la popularidad del f¨²tbol tampoco deja demasiadas dudas. Se puede ver en la selecci¨®n de las ciudades para albergar equipos de la MLS, que con el debut de un nuevo equipo en la ciudad fronteriza de San Diego en 2025 alcanza los 30 clubes. Cuando eso suceda, solo entre California, Texas y Florida (los Estados con mayor poblaci¨®n latina) tendr¨¢n nueve equipos, casi un tercio de toda la liga; Nueva York, el otro gran foco latino del pa¨ªs, tiene dos equipos.
La latinizaci¨®n del f¨²tbol tambi¨¦n es contagiosa: el 90% de los fan¨¢ticos latinos prefiere ver las transmisiones en espa?ol, pero el 65% de los fans blancos no latinos tambi¨¦n. Y cada vez m¨¢s personas las ven. De acuerdo a datos de Forbes, la final del Mundial de Qatar la vieron 26 millones de personas en Estados Unidos y los partidos de la selecci¨®n nacional en la fase de grupos tuvieron entre 12 y 15 millones de televidentes. Como comparaci¨®n, el primer partido de las finales de la NBA de este a?o lo vieron en promedio 11 millones de personas. En la MLS los n¨²meros no se acercan, pero ya superan el mill¨®n regularmente y el r¨¦cord actual lo ostenta la final de la MLS Cup de 2022, que tuvo m¨¢s de dos millones de televidentes.
Una mina de oro por explotar
Vistos con ojos optimistas ¡ªy especuladores¡ª estos datos arrojan una conclusi¨®n positiva: el margen de crecimiento es todav¨ªa enorme y las potenciales ganancias tambi¨¦n. Solo la poblaci¨®n latina es un mercado inmenso que todav¨ªa no ha sido explotado del todo. En este momento mueven alrededor de 3,4 billones de d¨®lares anuales y el aumento de su poder adquisitivo es el doble del de los dem¨¢s grupos demogr¨¢ficos. Adem¨¢s, como colectivo gastan en promedio un 20% m¨¢s de sus ingresos en productos y experiencias deportivas.
En este contexto, el hecho de que el pa¨ªs haya ganado el privilegio de ser sede de una edici¨®n ampliada de la Copa Am¨¦rica este verano y, junto con M¨¦xico y Canad¨¢, de un in¨¦dito mundial de 48 selecciones en 2026, se puede ver m¨¢s claramente como una astuta inversi¨®n. Previsiblemente, generar¨¢ beneficios r¨¦cord y servir¨¢ como gasolina en el esparcimiento del fuego futbolero en el pa¨ªs. Las inversiones de bancos estadounidenses en grandes clubes europeos responden a la misma lectura del mercado del f¨²tbol. Otra cifra para apuntalar esta idea: unas 200 millones de personas en todo el mundo vieron el Super Bowl este a?o; el Cl¨¢sico -entre el Real Madrid y el Barcelona- lo ven m¨¢s de 600 millones cada a?o y aun as¨ª la final del f¨²tbol americano genera m¨¢s dinero.
Tal vez por eso el Inter Miami se esforz¨® tanto ¡ªhasta el punto de cambiar las reglas de la liga¡ª en traer a Lionel Messi y compa?¨ªa. El efecto Messi ha sido tangible econ¨®micamente y tambi¨¦n intangible en el inter¨¦s que ha generado sobre la nueva liga. En sus primeras 24 horas como jugador del equipo, los precios de las entradas a los partidos aumentaron en un 1034%, la MLS consigui¨® 22 millones de seguidores nuevos en Instagram y super¨® a la Premier League inglesa en b¨²squedas por primera vez en la historia. Los contratos de patrocinio tambi¨¦n se han multiplicado en valor, al igual que los derechos televisivos. La idea es que a partir de esto se genere un c¨ªrculo virtuoso de mayor inversi¨®n que genere mayores beneficios sucesivamente.
Otros fichajes de otros equipos, tal vez menos glamurosos, apuntan en esta direcci¨®n. No hay que ir m¨¢s lejos que el reciente anuncio de la llegada de Irving Chucky Lozano para la primera temporada del San Diego FC. Lozano es una de las principales estrellas mexicanas del deporte y en la ciudad fronteriza sin lugar a dudas generar¨¢ su propio frenes¨ª.
Es verdad que este no es un fen¨®meno del todo nuevo. En 2007 el astro brit¨¢nico David Beckham fich¨® por el LA Galaxy, donde tambi¨¦n han jugado futbolistas como Zlatan Ibrahimovic o Steven Gerrard. La imagen de la liga estadounidense como un lugar para disfrutar el ocaso de una carrera con un jugos¨ªsimo salario en realidad todav¨ªa no se va. Pero si en ese entonces algunos de los compa?eros de Beckham en Los ?ngeles estaban ganando salarios de menos de 13.000 d¨®lares al a?o, ahora la liga tambi¨¦n puede atraer talento joven de otras partes del mundo. Como Thiago Almada, que lleg¨® al Atlanta United como una promesa despu¨¦s de brillar con el Velez Sarsfield en Argentina. Lentamente la MLS quiere pasar de ser un cementario de carreras a un trampol¨ªn para las estrellas del futuro y eventualmente el destino final.
Gabriel Diaz, de la12deAtlanta, que ha estado viendo a Almada cada semana durante las ¨²ltimos dos a?os, cree en ese crecimiento. ¡°De aqu¨ª a cinco a?os, para m¨ª va a ser una de las mejores ligas del mundo¡±, dice convencido por el inter¨¦s que ve entre los j¨®venes y sabiendo que la Copa Am¨¦rica y el Mundial pueden suponer un antes y un despu¨¦s. Para ¨¦l, con la inclinaci¨®n por el f¨²tbol abonada, el deporte en Estados Unidos tiene todo para explotar: la infrastructura existente y la plata. Aunque admite que algunas cosas tienen que cambiar en la liga para hacerla m¨¢s competitiva: como el sistema de fichajes que no permite medirse tan f¨¢cilmente contra clubes europeos y el hecho de que no hay descenso ni ascenso.
Las proyecciones indican que esto apenas comienza. Queda la inc¨®gnita de si el apetito y la cultura futbolera del predominante hincha latino ser¨¢ compatible con una visi¨®n m¨¢s mercantil, caracter¨ªsticamente estadounidense ¡ªen Europa fue tajentemente rechazada por los fan¨¢ticos durante las turbulentas semanas en las que la Super Liga, que ten¨ªa detr¨¢s dinero de bancos de Estados Unidos, se desvel¨®¡ª.
La siguiente etapa del plan comienza ahora, con la Copa Am¨¦rica. La 12deAtlanta ya tiene eventos planeados para los partidos que se juegan en su ciudad, que incluye la inauguraci¨®n que enfrenta a Argentina y Canad¨¢. Puede que la mezcla de mercantilizaci¨®n y pasi¨®n latina sea la receta perfecta para el f¨²tbol, que ya no soccer.