Trump mina la confianza electoral insistiendo en el bulo de que los inmigrantes ilegales votan
El actual candidato presidencial del Partido Republicano ha repetido la misma mentira desde que gan¨® en 2016 y este a?o su apuesta sobre ella ha sido doble
A simple vista, podr¨ªa ser cualquier anuncio dirigido al electorado latino: una voz en off en espa?ol asegura que en Estados Unidos ¡°el voto es un derecho sagrado¡± e insta al espectador a ejercerlo. ¡°Si eres ciudadano estadounidense, cumple con tu deber: reg¨ªstrate para votar¡±, exhorta la voz. Pero el tono del ad cambia bruscamente a los 13 segundos: desaparece el montaje de latinos sonrientes, reemplazado por un fondo blanco en el que se puede leer: ¡°Es ilegal que los no ciudadanos voten en las elecciones federales, incluidas las elecciones presidenciales de 2024¡å. Y el locutor remata: ¡°Hacerlo es generalmente un delito federal y te puede llevar a la deportaci¨®n¡±.
Este anuncio, lanzado la semana pasada por una organizaci¨®n conservadora vinculada a Donald Trump, es solo el ¨²ltimo ejemplo de la cruzada del Partido Republicano contra lo que consideran la mayor amenaza para las elecciones presidenciales de este a?o: el voto generalizado de personas que no son ciudadanas. El candidato republicano y sus aliados llevan los ¨²ltimos meses de la campa?a ¡ªen realidad los ¨²ltimos a?os¡ª alimentando la mentira de que miles de inmigrantes indocumentados en el pa¨ªs votan en las elecciones de manera ilegal y que este 5 de noviembre podr¨ªan alterar el resultado de los comicios, a pesar de que, como bien apunta la nueva campa?a publicitaria, solo ciudadanos estadounidenses tienen derecho a votar en las elecciones federales.
Aunque las evidencias refutan de manera definitiva cualquier credibilidad a esta narrativa de los republicanos, tras ocho a?os repitiendo la misma mentira, una mayor¨ªa de los estadounidenses la creen. En concreto, al 51% de todos los votantes ¡ªy al 82% de los republicanos¡ª les preocupa que personas que no sean ciudadanos estadounidenses voten en noviembre, seg¨²n una encuesta publicada la semana pasada. As¨ª, el bulo de que los inmigrantes ilegales votan de manera masiva ha sido el mazo con el que Trump ha triturado la confianza en el proceso electoral.
En las semanas que quedan antes de las elecciones, y a medida que arranca la votaci¨®n anticipada a lo largo del pa¨ªs, esta campa?a publicitaria, financiada por la Article III Foundation ¡ªcuyo fundador, Mike Davis, es un ¨ªntimo aliado del expresidente¡ª, se emitir¨¢ en Estados clave como Arizona, Nevada y Pensilvania, territorios disputados que tienen una considerable poblaci¨®n latina. Por un coste de un mill¨®n de d¨®lares, el anuncio se transmitir¨¢ por ESPN Deportes, Galavisi¨®n, Univision y otros canales de cable en espa?ol, as¨ª como en la radio en espa?ol, seg¨²n NBC News.
Aunque Davis ¡ªde quien se rumorea que podr¨ªa ser el fiscal general de Trump si el expresidente vuelve a la Casa Blanca¡ª defiende el anuncio como uno de servicio p¨²blico, a la vez el video tiene otro efecto: poner en duda la integridad del sistema electoral del pa¨ªs, una t¨¢ctica que Trump ya us¨® para cuestionar los resultados de las votaciones de 2016 y 2020. Cuatro a?os despu¨¦s, en lo que ha llamado su ¨²ltima campa?a presidencial, el republicano ha retomado la estrategia. Y con cada mitin, entrevista o debate en el que alega que el voto de las personas no ciudadanas determinar¨¢ el resultado de las elecciones de noviembre, parece estar sentando las bases para rechazar lo que los ciudadanos decidan en las urnas.
Tres ciclos electorales distintos, una misma mentira
El pasado 10 de septiembre, durante el debate presidencial contra Kamala Harris, Trump acus¨® a la Administraci¨®n dem¨®crata de permitir la entrada al pa¨ªs de millones migrantes para que voten en los comicios de noviembre. ¡°Ni siquiera saben hablar ingl¨¦s. Ni siquiera saben en qu¨¦ pa¨ªs est¨¢n, pr¨¢cticamente. Y esta gente est¨¢ intentando que voten, y por eso les permiten entrar en nuestro pa¨ªs¡±, dijo el republicano, repitiendo una teor¨ªa conspirativa que empez¨® a difundir hace casi una d¨¦cada.
En 2016, cuando el republicano gan¨® las elecciones contra Hillary Clinton pero perdi¨® el voto popular, se apresur¨® a culpar al supuesto voto ilegal inmigrante por la derrota. ¡°Gan¨¦ el voto popular si se descuentan los millones de personas que votaron ilegalmente¡±, escribi¨® en sus redes sociales un par de semanas despu¨¦s de la votaci¨®n de aquel a?o, sin ofrecer ninguna prueba de ello. Luego, ya como presidente y durante una reuni¨®n con l¨ªderes del Congreso, Trump fue m¨¢s all¨¢ y concret¨® que habr¨ªa ganado el voto popular de no ser por los votos de entre 3 y 5 millones de inmigrantes que resid¨ªan de manera ilegal en el pa¨ªs. Y a los cuatro meses de haber iniciado su presidencia, en mayo de 2017, cre¨® una comisi¨®n para investigar el supuesto fraude. La comisi¨®n luego se disolvi¨® sin identificar un solo caso de un voto emitido por un no ciudadano.
Cuatro a?os m¨¢s tarde, Trump volvi¨® a agitar el fantasma del fraude electoral al negarse a aceptar su derrota frente a Joe Biden en 2020. Sus mentiras sobre el supuesto fraude que le cost¨® una segunda presidencia resultaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y en que el republicano ahora se enfrente a dos causas penales por sus esfuerzos para revertir los resultados de las elecciones de ese a?o.
Ahora, a menos de 45 d¨ªas de una nueva cita en las urnas, el expresidente y los suyos insisten en el bulo, llegando incluso a intentar vincular la financiaci¨®n del Gobierno federal a que los Estados exigieran una prueba de ciudadan¨ªa cuando las personas se registren para votar. Aunque el speaker de la C¨¢mara de Representantes, Mike Johnson, fracas¨® en su intento de que el proyecto de ley para evitar un cierre parcial de la Administraci¨®n abordara el supuesto voto ilegal de los inmigrantes, Trump dej¨® claro que estaba dispuesto a que el Gobierno cerrase en v¨ªsperas de las elecciones si no consegu¨ªa lo que quer¨ªa.
Sin pruebas que le respalden
Es ilegal que una persona que no sea ciudadana estadounidense se registre o vote en cualquier elecci¨®n estatal o federal. Quien cometa este delito se enfrenta a una multa o a una pena de prisi¨®n de hasta un a?o, o a ambas, adem¨¢s de la posibilidad de ser deportado. No obstante, la ley federal no impide que los Estados o municipios concedan a los no ciudadanos el derecho a votar en las elecciones locales. Algunos territorios lo han hecho, entre ellos varias ciudades de Maryland, California e Illinois, mientras que otros Estados, como Ohio y Luisiana, han prohibido la pr¨¢ctica.
Adem¨¢s, cada vez m¨¢s Estados quieren endurecer los requisitos de prueba de nacionalidad a los ciudadanos para votar, requiriendo, por ejemplo, que presenten un pasaporte o un certificado de nacimiento o de naturalizaci¨®n a la hora de inscribirse. Organizaciones que se dedican a defender el derecho al voto insisten en que estos requisitos ¡ªcomo los que Trump quer¨ªa implementar mediante la legislaci¨®n para evitar el cierre del Gobierno¡ª acaban obstaculizando, e incluso, suprimiendo el voto de muchas personas que, aunque s¨ª sean ciudadanos, no tienen acceso f¨¢cil a los documentos pertinentes.
En esa misma l¨ªnea, entidades como el Brennan Center, un instituto de derecho y pol¨ªtica no partidista, consideran que exigir una prueba de ciudadan¨ªa es un tr¨¢mite innecesario cuando las investigaciones demuestran que es extremadamente raro que una persona que no es ciudadana vote. Sobre las elecciones de 2016 en concreto, un estudio de este mismo centro encontr¨® que en 42 jurisdicciones, que representaban un total de 23,5 millones de votos, los funcionarios electorales solo detectaron 30 incidentes de presuntos votos de no ciudadanos. Es decir, se sospechaba que solo el 0,0001% de los votos fueron emitidos de forma ilegal por inmigrantes que carec¨ªan de ciudadan¨ªa.
M¨¢s recientemente, en 2022, una auditor¨ªa del censo electoral de Georgia encontr¨® alrededor de 1.600 casos de no ciudadanos que intentaron registrarse para votar entre 1997 y 2022, pero ninguno tuvo ¨¦xito. Adem¨¢s, la Heritage Foundation, el grupo conservador que est¨¢ detr¨¢s del controversial Proyecto 2025, tiene una base de datos de fraude electoral en todo el pa¨ªs que incluye solamente 85 casos de voto de no ciudadanos desde 2002 hasta el a?o pasado.
A pesar de todas las pruebas que contradicen sus afirmaciones, Trump contin¨²a aferr¨¢ndose a la mentira. Y al hacerlo, est¨¢ mostrando cu¨¢l va a ser su excusa si pierde, pero tambi¨¦n infundiendo miedo entre los votantes inmigrantes que s¨ª pueden votar este a?o pero que quiz¨¢ decidan no hacerlo por temor a que su estatus migratorio sea cuestionado cuando acudan a las urnas. El abogado Cesar Ruiz, de la organizaci¨®n Latino Justice, se?ala que esto afecta de manera desproporcionada a los inmigrantes latinos, cuyas ¡°familias suelen ser de estatus mixto¡±, es decir, algunos son ciudadanos mientras otros no lo son, por lo que el medio a la deportaci¨®n est¨¢ muy presente.
¡°Puede que la ret¨®rica les inquiete o les ponga nerviosos y decidan no votar¡±, apunta el licenciado. ¡°Pero incluso cuando s¨ª votan legalmente, vemos que intentan suprimir su voto. As¨ª que estamos listos y prepar¨¢ndonos para esa realidad, entendiendo que estas van a ser unas elecciones muy re?idas, particularmente en zonas donde los latinos tambi¨¦n tienen una poblaci¨®n muy considerable¡±.
Trump plant¨® la semilla en 2016 y desde entonces la ha seguido cosechando con la ayuda de los suyos. En solo los ¨²ltimos cuatro a?os, el candidato y sus aliados han presentado un pu?ado de demandas que cuestionan los procedimientos de registro de votantes en varios Estados, incluyendo Texas, Nevada y Arizona, territorios que concentran una parte significativa del electorado latino. Adem¨¢s, ha habido demandas en Michigan y Pensilvania, dos de los territorios claves que se espera que decidan las elecciones dentro de un mes.