Desde la zona cero de ¡®Milton¡¯: ¡°Dentro del ojo del hurac¨¢n de repente hay una calma absoluta, hasta que vuelve a empezar¡±
El condado que recibi¨® de lleno el golpe del cicl¨®n todav¨ªa se estaba recuperando de los estragos de ¡®Helene¡¯ hace dos semanas
En los barrios residenciales de Sarasota la calma es enga?osa. No hay apenas actividad en las calles, muchas de ellas todav¨ªa cortadas por completo a causa de ramas, ¨¢rboles y postes de luz derribados por el hurac¨¢n. Los suburbios de casas bajas colindan con el costero downtown, que tiene sus propias cicatrices en forma de fachadas de ventanas rotas y hasta un barco encallado al lado de la calle principal camino al muelle. Pero entre los jardines delanteros tropicales, con sus palmeras y plantas coloridas regados por los suelos, Flo Pondet estaba bajo el sol, rastrillo en mano, agrandando la pila de escombros de casi dos metros que adorna la acera enfrente de su casa. ¡°Esto no es todo de Milton, por lo menos un cuarto est¨¢ ah¨ª desde Helene...¡±.
El trauma y la devastaci¨®n en la costa del golfo de Florida se ha duplicado desde que en la noche del mi¨¦rcoles Milton golpeara de lleno a apenas unos kil¨®metros de all¨ª, en Cayo Siesta. Eso es precisamente lo que resalt¨® el gobernador republicano, Ron DeSantis, que se est¨¢ convirtiendo en un experto en el manejo de cat¨¢strofes. ¡°Enfrentas dos huracanes en un par de semanas ¡ªlo cual no es f¨¢cil de llevar¡ª pero he visto mucha resiliencia en todo el Estado¡±, dijo desde Sarasota en la tarde del jueves. Confiaba, eso s¨ª, ¡°en que la zona se recuperar¨¢ muy r¨¢pido¡±.
Milton toc¨® tierra en el condado de Sarasota como un hurac¨¢n de categor¨ªa 3. Y, aunque los da?os han sido menores que las peores predicciones, trajo consigo vientos potentes que han dejado estragos extendidos por toda la zona. Las autoridades tambi¨¦n han alertado de posibles inundaciones en los pr¨®ximos d¨ªas.
El saldo de muertes en todo el Estado de Florida asciende a al menos 16 en el ¨²ltimo conteo, realizado la noche del jueves, aunque se espera que el n¨²mero pueda seguir aumentando en los pr¨®ximos d¨ªas. Casi 2,7 millones de personas segu¨ªan sin electricidad en el atardecer del jueves. Y la pr¨¢ctica totalidad de los condados que sufrieron el embate m¨¢s directo continuaban condenados a pasar a oscuras una noche m¨¢s, sin una previsi¨®n clara de cu¨¢ndo se restablecer¨¢ el servicio.
Despu¨¦s de que el hurac¨¢n saliera al Atl¨¢ntico a la altura de Cocoa Beach, por la ma?ana, los servicios de emergencia y rescate comenzaron a trabajar. Seg¨²n el ¨²ltimo informe dado por el gobernador, tarde en la noche del jueves, se han llevado a cabo casi mil rescates de personas y 105 animales. Todav¨ªa hay 23 equipos de b¨²squeda y rescate urbanos con m¨¢s de 1.600 efectivos desplegados por todo el Estado, junto con 10 equipos de aguas r¨¢pidas, adem¨¢s de 6.500 miembros de la Guardia Nacional de Florida y otros 2.500 que se esperan de otros Estados.
Los agentes del condado de Hillsborough encontraron a un ni?o de 14 a?os flotando sobre un trozo de valla y un helic¨®ptero de la Guardia Costera rescat¨® a un hombre que hab¨ªa sobrevivido aferrado a una hielera en el Golfo de M¨¦xico despu¨¦s de que su barco pesquero naufragara en la tormenta. La agencia estim¨® que hab¨ªa sobrevivido a vientos de entre 121 y 145 kil¨®metros por hora (75 y 90 millas por hora) y olas de hasta siete metros y medio (25 pies) durante su noche en el agua. ¡°Este hombre sobrevivi¨® en un escenario de pesadilla, incluso para el marinero m¨¢s experimentado¡±, dijo el Teniente Comandante de la Guardia Costera, Dana Grady.
Con los servicios de emergencia y rescate concentrados en otras zonas m¨¢s afectadas como ¡°las islas¡±, que hacen de barrera natural para la tierra firme de la pen¨ªnsula de Florida y bordean la costa durante kil¨®metros, las tareas de limpieza en las propiedades privadas son tarea de los residentes. Pondet lleg¨® a su casa para evaluar los da?os ¡ªpor suerte m¨ªnimos, porque acababa de cambiar el techo y porque el cicl¨®n no lleg¨® a cumplir las peores previsiones de marejadas de hasta cuatro metros¡ª a primera hora de la ma?ana y desde entonces se puso manos a la obra.
La energ¨ªa que la ha acompa?ado toda la jornada, aventura, es producto de la angustia y el af¨¢n por volver a una semblanza de normalidad despu¨¦s de pasar una noche aterradora y oscura en un hotel cercano al aeropuerto. En toda esta zona se fue la luz unas horas antes del impacto directo del hurac¨¢n. ¡°Llevo 30 a?os aqu¨ª y nunca hab¨ªa sentido el ojo del hurac¨¢n. De repente hay una calma absoluta, no sabes lo que est¨¢ pasando y tan pronto como entiendes que es porque est¨¢s debajo del centro de la tormenta vuelve a empezar. Apenas pude dormir¡±, recuenta. De las 7 millones de personas que estaban bajo orden de evacuaci¨®n, como Pondet, unas 80.000 personas pasaron la noche en refugios.
En un barrio un poco m¨¢s al norte, Dale Williams llegaba a su casa cuando se estaba poniendo el sol. Hab¨ªa evacuado hasta una zona del norte del Estado para pasar la noche con unos amigos que lo recibieron, pero por la distancia, y especialmente el tr¨¢fico de familias que tambi¨¦n volv¨ªan a sus hogares y los miles de equipos de rescate con sus camiones que colmaron las carreteras, hab¨ªa tardado m¨¢s del doble para poder reencontrarse con sus pertenencias. ¡°Estoy agotado¡±, y no dijo nada m¨¢s. Pasar¨¢ la noche en su casa. Con luz, eso s¨ª, gracias a un ruidoso generador que ya estaba andando.
A solo unas cuadras, Pedro Lanz, venezolano que lleva tres a?os en Estados Unidos, pero apenas desde febrero en Sarasota, tambi¨¦n se preparaba para la noche. Sin electricidad, porque no tiene generador, y sin mosquitera, porque el viento lo tumb¨®. ¡°Yo no he pegado el ojo por el susto de anoche. Estoy muy cansado. Y cuando llegamos en la ma?ana nos pusimos a limpiar para poder entrar. Ahora voy a tratar de dormir, a ver si los mosquitos y el calor me dejan¡±, dec¨ªa, con poco optimismo.
Su casa, por la elevaci¨®n en la que se encuentra a pesar de estar a metros del mar, no sufri¨® demasiado. Otras de su barrio, sin embargo, recibieron el golpe de un ¨¢rbol ca¨ªdo de lleno y est¨¢n mucho m¨¢s afectadas. En la oscuridad de las calles, sin postes de luz encendidos, parec¨ªan abandonadas. Tal vez sus due?os todav¨ªa no hab¨ªan vuelto; tal vez s¨ª, y hab¨ªan preferido lidiar con ello en mejores condiciones. Aun as¨ª, en esta zona los da?os han sido relativamente menores. En ¨¢reas donde las casas son menos robustas y donde las marejadas, aunque menores de lo temido, se adentraron desde la costa, s¨ª ha habido edificaciones que se han dado por perdidas y personas que se han quedado sin nada. Aunque todav¨ªa no se sabe cu¨¢ntas.
Con la resiliencia floridana que DeSantis destac¨®, pero de la que hablan tambi¨¦n muy orgullosos los ciudadanos, ya apropiada, Lanz asegura que sobrevivir a los ciclones que definen este territorio es cuesti¨®n de preparaci¨®n.
¡ª?Esto no le hace pensar dos veces vivir aqu¨ª?
¡ªNo, yo no me voy de Florida.