V¨ªdeo | As¨ª se desatan la tortura y la violaci¨®n en la guerra de Ucrania
Los psiquiatras Alberto Fern¨¢ndez Liria y Pau P¨¦rez Sales explican las secuelas que pueden dejar este tipo de abusos y c¨®mo puede llegar alguien a cometerlos
Kiev. Mariupol. Kramatorsk. En estas ciudades se han producido algunas de las escenas m¨¢s cruentas que hemos visto de la guerra en Ucrania. Pero estos ataques pueden dejar menos secuelas en sus v¨ªctimas que otros que suelen escapar a las c¨¢maras y ser m¨¢s dolorosos a largo plazo: la tortura y la violaci¨®n. ¡°Un da?o causado intencionalmente destruye las creencias que necesitamos para poder desenvolvernos en la vida¡±, explica en el v¨ªdeo que acompa?a a esta noticia el psiquiatra Alberto Fern¨¢ndez Liria.
En las guerras es habitual que aparezcan comportamientos que nunca se dar¨ªan en otros escenarios. La excitaci¨®n que provoca la violencia puede llegar a provocar la aparici¨®n del llamado wargasm u orgasmo de la guerra. ¡°Hay un placer en el control. La fascinaci¨®n por transgredir l¨ªneas rojas. Y hay una parte importante de poblaci¨®n que tiene curiosidad por el horror¡±, a?ade Pau P¨¦rez Sales, psiquiatra y director del centro Sir[a].
Los combatientes viven en un mundo en el que no existen las normas de las sociedades en paz. Act¨²an desde una supuesta impunidad y arrastrados por la coacci¨®n del grupo. ¡°La crueldad y el horror en mucha gente generan culpa, pero si esto lo colocamos en un entorno grupal en el que hay un proceso de cohesi¨®n de grupo basado en el ejercicio de la crueldad, entonces la persona lo que intenta justamente es no ser diferente a los dem¨¢s¡±, a?ade P¨¦rez Sales.
Las secuelas
Seg¨²n datos de la ONU, el 92% de los prisioneros de guerra ucranios y el 49% de los rusos afirman haber sido v¨ªctimas de torturas. ¡°Necesitamos pensar que lo que tenemos enfrente son personas que nos reconocen como tales¡±, remata Fern¨¢ndez Liria; ¡°Cuando no podemos vivir en esta ficci¨®n de que todo el mundo de alg¨²n modo es bueno, no podemos entrar en el metro, no podemos salir a la calle, no podemos tener una conversaci¨®n en la que nos miremos a los ojos o no podemos soportar que nos toquen. Y esto es lo que sucede con las personas a las que esto se les ha destruido por la violaci¨®n o por la tortura¡±.